Solo contra Irak

En la estela de Blair y Berlusconi, y tras el cambio de tono de Chirac, Aznar se ha sumado a los l¨ªderes europeos que en orden disperso van entrando en la senda marcada por Washington frente a Irak. Ayer fij¨® una l¨ªnea: la de estar 'siempre' con EE UU en la lucha contra el terrorismo, en la que Aznar involucra a Irak. Por primera vez en la historia de la democracia espa?ola, ante una crisis internacional de envergadura, el Gobierno se qued¨® solo, ante las cr¨ªticas generalizadas de los dem¨¢s partidos por el rumbo err¨®neo y la falta de informaci¨®n, consulta y consenso.

Como ya viene siendo habitual, Aznar descalific¨® a quien no le siga, como si la petici¨®n de Zapatero de un 'gran consenso internacional y nacional' basado en lo que decida el Consejo de Seguridad de la ONU pusiera al dirigente socialista en contra de 'los que luchan por la causa de la libertad y contra el terrorismo'. Aznar, aunque considera 'deseable agotar todas las v¨ªas de persuasi¨®n', se va decantando a favor de la doctrina Bush del ataque preventivo. Sin embargo, el propio secretario general de la ONU, Kofi Annan, previno ayer de los peligros que conlleva una acci¨®n unilateral por parte de EE UU.

El incumplimiento de resoluciones de la ONU no justifica en s¨ª mismo un bombardeo o una guerra, y Annan tuvo que recordar ayer que el uso de la fuerza, salvo en casos de leg¨ªtima defensa, s¨®lo lo puede avalar el Consejo de Seguridad. Sin duda, Sadam Husein es un dictador sanguinario que no ha dudado en utilizar armas qu¨ªmicas contra kurdos e iran¨ªes. Pero EE UU, y tambi¨¦n Blair, como ha prometido, deben aportar pruebas convincentes de que el r¨¦gimen iraqu¨ª tiene un programa en marcha para disponer de armas nucleares en un futuro cercano. No basta con que esto no sea 'ni inesperado ni inveros¨ªmil', seg¨²n palabras de Aznar. Es cierto que la ecuaci¨®n geopol¨ªtica en Oriente Pr¨®ximo y Asia Central sufrir¨ªa un vuelco si Bagdad se hiciera con tal armamento, pero una acci¨®n mal fundada, de inciertos resultados y que no viniera precedida de una iniciativa para reinventar un proceso de paz entre israel¨ªes y palestinos, correr¨ªa el riesgo de romper la coalici¨®n internacional contra el terrorismo que EE UU forj¨® tras el 11-S y que interesa a Espa?a. Tampoco quedar¨ªa este pa¨ªs inmune a una posible reacci¨®n antioccidental de las sociedades ¨¢rabes. Por eso, incluso siendo un aliado leal, Espa?a no tiene por qu¨¦ estar al pie de la letra que escribe Estados Unidos.

Bush deber¨¢ aclarar hoy en la Asamblea General de la ONU si est¨¢ por la l¨ªnea dura y unilateral de Cheney y Rumsfeld, por la que pasa por el Consejo de Seguridad (Powell), o por el camino intermedio de un ultim¨¢tum. Si Bush hubiera ya decidido atacar, y se limitara a escenificar una pol¨ªtica dictada tanto por la conveniencia de acabar con el r¨¦gimen de Sadam como por el fracaso en la caza a Osama Bin Laden, las opiniones p¨²blicas de muchos pa¨ªses no le seguir¨ªan, y la espa?ola, de no mediar informaci¨®n y consenso pol¨ªtico, podr¨ªa dividirse. Pero si el Consejo de Seguridad toma una decisi¨®n, el dictador iraqu¨ª debe saber que esta vez tendr¨¢ que abrir sin condiciones ni dilaciones puertas y ventanas a los inspectores de la ONU.