Makaay salva al Deportivo

Un minuto y un solo jugador bastaron para aliviar al Deportivo de los problemas en los que se hab¨ªa metido. El equipo de Javier Irureta hab¨ªa empezado la Liga con las botas del rev¨¦s, con un rid¨ªculo en Riazor ante el Betis, y en El Sadar iba camino de repetirse la pel¨ªcula. Un feo inicio, demasiados problemas y dudas para empezar. El Depor no se mov¨ªa. El partido demandaba el arte de Trist¨¢n. Apareci¨® Trist¨¢n, pero s¨®lo para ver de cerca c¨®mo su compa?ero de delantera, Makaay, zanjaba la crisis, por llamarla de alguna manera.

El Deportivo se hab¨ªa encontrado en un callej¨®n sin salida. Con menos calidad, pero con criterio, Osasuna encontr¨® la manera de que el cuadro de Irureta no disfrutara del juego. Al Depor le falt¨® liderazgo y chispa. Se encontr¨® con un gol madrugador, cuando empezaba a sobar el bal¨®n. Irureta se hab¨ªa cansado de decirles a sus futbolistas: 'Cuidado con esas faltas, esos centros, esa estrategia...'. Y en una de esas faltas, en un centro, uno de los nuevos de Osasuna, el mexicano Vidrio, se encontr¨® con el gol.

Al Deportivo se le cayeron los planes. Se vio superado por las circunstancias, por un Osasuna batallador, sin alharacas, pero con una idea clara: dejar el bal¨®n en pies del t¨¢ndem Gancedo-Pablo Garc¨ªa. Enfrente, la pareja formada por Mauro Silva y Duscher estaba ah¨ª para lo que estaba: defender y controlar. No para levantar una situaci¨®n que requer¨ªa imaginaci¨®n. El Depor ni siquiera pudo ponerse en manos, o en los pies, de Valer¨®n, que corri¨® mucho, pero sin premio, desasistido como estaba en la mediapunta.

No es que al Deportivo le falte engranaje. Del once titular, s¨®lo Juanmi en la porter¨ªa desconoc¨ªa la maquinaria de Irureta. Es s¨®lo que el equipo no ha entrado con buen pie en la Liga. Osasuna, con un t¨¦cnico que en dos jornadas ha usado otros tantos sistemas, se vio con un partido a su medida.

?Faltaba direcci¨®n y liderazgo? Entraron al c¨¦sped Sergio y Trist¨¢n. Con ellos, el Depor sinti¨® la necesidad de controlar. Lo hizo, pero sin gas. La entrada de los nuevos s¨ª consigui¨® fustigar a los presentes. Fran entr¨® en acci¨®n y Makaay se puso las botas y activ¨® la gran pregunta entre los osasunistas: ?por qu¨¦ no sentenciar¨ªa antes, cuando el Depor estaba adormilado?