V¨ªa Crucis desde el Sur
La emigrante hondure?a suplic¨® clemencia al lanchero que la enca?onaba con una escopeta para violarla, pero s¨®lo pudo evitar el ultraje declar¨¢ndose enferma de sida. Tras asistir al masivo atropello de una paisana amiga en Oaxaca, Lourdes, de 19 a?os, decidi¨® no seguir porfiando con el destino y se entreg¨® a las autoridades migratorias para ser deportada. 'No fueron cinco, ni 10, los violadores. Fueron 15', declar¨® en la frontera guatemalteca. La piedad es un concepto extra?o en la salvaje ruta de los emigrantes centroamericanos hacia Estados Unidos, recorrida desde hace decenios por cientos de miles. A su paso por M¨¦xico, m¨¢s de 140.000 fueron detenidos el pasado a?o.
M¨¦xico exige a Estados Unidos que respete los derechos humanos de los millones de compatriotas aventurados sin papeles por la frontera norte, 3.200 kil¨®metros; pero las violaciones, asesinatos y robos cometidos en su frontera sur, 700 kil¨®metros lim¨ªtrofes con Guatemala, quedan, casi siempre, impunes. Las afrentas contra los fugitivos de la pobreza de Guatemala, El Salvador, Honduras o Nicaragua son cometidas por rufianes emboscados en los despachos migratorios y en los puestos de control de carreteras, y por bandas de criminales que asaltan los atestados trenes de indocumentados rumbo al sue?o americano. No hay otra letan¨ªa entre sus pasajeros: 'Me la juego porque all¨¢ est¨¢ cabr¨®n'.
Salteadores irrumpen en los vagones del infortunio, machete en mano; atracan mentando madres, y los gritos de las mujeres siendo forzadas son casi rutinarios
Di¨¢spora masiva
Am¨¦rica Central est¨¢ cabr¨®n porque a las guerras entre dictaduras y guerrillas, y a la corrupci¨®n de siempre, siguieron los huracanes, las inundaciones, los terremotos, la sequ¨ªa, la ca¨ªda de los precios del caf¨¦ y la incapacidad de los Gobiernos democr¨¢ticos. La di¨¢spora es masiva, y el primer destino, Estados Unidos. Buena parte del PIB regional, desde los 8.000 millones de d¨®lares recibidos por M¨¦xico a los 623 millones de Honduras, seg¨²n datos oficiales, depende de las remesas enviadas por quienes lograron alcanzar los andamios norteamericanos. Cientos, o miles, murieron antes. No hay c¨¢lculos fiables. La certeza es que casi todos son enterrados al pie del ferrocarril o de los matojos: en cementerios sin cruces.
El Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen) propuso al Gobierno mexicano crear una base de datos con informaci¨®n sobre los muertos. 'La mayor¨ªa no llevaba identificaci¨®n', se lamenta Jes¨²s Aguilar, director de ese organismo, y sus familiares nunca volver¨¢n a saber de ellos. 'Son las desapariciones de la miseria. La mayor¨ªa cay¨® en Chiapas, primer Estado de los cuatro fronterizos: Tabasco, Campeche y Quintana Roo. En sus pasos y postas act¨²a la enloquecida Mara Salvatrucha'.
Esta banda de salteadores centroamericanos irrumpe en los vagones del infortunio, machete en mano, atraca mentando madres y los gritos de las mujeres siendo forzadas son casi rutinarios. 'A los que se resisten al robo los matan, y a los que no traen qu¨¦ robarles, de plano los aventan en movimiento. Cincuenta pesos (cinco d¨®lares) pueden salvarte la vida', seg¨²n el relato de un testigo. Los trenes dejan atr¨¢s aldeas y ciudades acarreando a cientos en techos y plataformas, y, durante las paradas, muchos corren por las traviesas esquivando a polic¨ªas que les exigen 30 d¨®lares, o 20, o 10, lo que sea, por no mortificarles.
Los violentos tirones de la locomotora al arrancar arrojan a los menos avisados a las v¨ªas, y quedan hechos picadillo o tullidos. Una joven violada en dos ocasiones, en un periodo de 48 horas, perdi¨® las dos piernas entre los rieles; cuando la masa pobretona se harta del expolio salta con piedras y palos y ahuyenta a los extorsionadores. El tr¨¢fico es bestial. Autoridades de Guatemala y de M¨¦xico citadas por la revista Proceso cifraron entre 40.000 y 60.000 centroamericanos tratando de cruzar la frontera sur casi a diario.
La historia de Lourdes no es extraordinaria entre quienes pagaron entre 3.000 y 6.000 d¨®lares al albur, algunas familias hasta 15.000 d¨®lares, s¨®lo por el compromiso verbal de llegar a Estados Unidos. A la joven de Nueva Granada la quisieron violar en San Jacinto (Oaxaca). Fue su propio coyote, el lanchero con el que hab¨ªa convenido el paso de la l¨ªnea divisoria. La canallada perpetrada contra su amiga, que qued¨® lela, hizo que pidiera la deportaci¨®n. Hab¨ªa fracasado por segunda vez en el objetivo de su vida: reunirse, en Houston, con sus dos hermanos, tambi¨¦n ilegales. A su padre lo hab¨ªa conocido ya cad¨¢ver, repatriado.
V¨®mito sexua
lOtras paisanas aguantan el v¨®mito a seis d¨®lares el asalto sexual o se emparejan con ancianos l¨²bricos hasta conseguir el dinero suficiente para retomar el camino. 'He aguantado muchas babas de viejos pendejos', comenta Carmen, dom¨¦stica en Ciudad de M¨¦xico. Todo es incertidumbre y sufrimiento en una geograf¨ªa tomada por el narcotr¨¢fico, el comercio de armas, el asesinato, la prostituci¨®n infantil y la ausencia de derechos y valores. Durante los primeros seis meses de este a?o han sido detenidos 69.000 indocumentados, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Migraci¨®n (INM). El hacinamiento, en celdas deplorables, precede a su deportaci¨®n.
Es la jungla. Los contrabandistas m¨¢s canallas acechan a sus clientes y, de acuerdo con fuentes oficiales salvadore?as, 'conocimos casos en los que un coyote le da unos zapatos tenis a un emigrante. El que los recibe cree que es un regalo y lo ¨²nico que hace es marcarle para despu¨¦s quitarle sus escasas pertenencias'. Fuentes oficiales mexicanas reiteran que la pol¨ªtica del Gobierno en el sur 'ser¨¢ congruente con lo que se pretende que suceda en el norte'. La pretensi¨®n parece una quimera, y el corredor hacia el imperio est¨¢ empedrado de buenas intenciones, la mayor parte est¨¦riles, contra los abusos.
Las mujeres representan cerca del 20% de los emigrantes centroamericanos y son especialmente vulnerables. La Pastoral de la Migraci¨®n Humana de Guatemala calcula que el 60% arrostr¨® duras experiencias sexuales: obligadas a punta de escopeta o chantajeadas por la polic¨ªa, el maquinista, los camioneros, el coyote o los propios compa?eros emigrantes. La impunidad y la indefensi¨®n son generalizadas, pero no todas ceden. Silvia fue deportada tres veces. La ¨²ltima hab¨ªa llegado hasta Tijuana, frontera con Estados Unidos. All¨ª fue interceptada por un agente judicial, que le propuso no entregarla a cambio de una noche de entrega. Silvia lo rechaz¨® y ¨¦l la entreg¨® a las autoridades migratorias.
Los riesgos de ser clandestina, ind¨ªgena y mujer
EL PRESIDENTE MEXICANO, Vicente Fox, orden¨® estrechar la vigilancia de las fronteras despu¨¦s del 11 de septiembre, pero la cantera sur sigue porosa, atravesada por el continuado arribo de centroamericanos, suramericanos, asi¨¢ticos y africanos. Destino final: las hamburgueser¨ªas del sur gringo. Las mafias enriquecidas con su tr¨¢fico han contado con el apoyo de las autoridades, seg¨²n un informe del Centro de Investigaci¨®n y Seguridad Nacional (CISEN), elaborado el pasado a?o. Los grupos de derechos humanos coinciden con esa obvia conclusi¨®n.
El negocio agrupar¨ªa a agentes de Migraci¨®n y de los diferentes cuerpos policiales locales y federales, de las fiscal¨ªas y del propio ej¨¦rcito. Los peajes son muchos. S¨®lo en el tramo de Tapachula a Ciudad de M¨¦xico existen 26 controles de carretera, y la documentaci¨®n con membrete de los bancos centrales de M¨¦xico o Estados Unidos obra milagros, seg¨²n quienes la exhibieron. Aquellos que no han podido pagar 300 d¨®lares por un pasaporte mexicano falsificado, ni tienen dinero para sobornos, se desv¨ªan por los caminos rurales de los municipios fronterizos, y trepan hacia el norte.
Francisco Rivas alcanz¨® Estados Unidos nueve veces y fue expulsado otras tantas. 'Ser extranjero y regularmente indocumentado convierte al migrante en un sujeto vulnerable, pero esta condici¨®n se vuelve m¨¢s dram¨¢tica si el migrante es ind¨ªgena y/o mujer', seg¨²n Hugo ?ngeles Cruz, investigador del Colegio de la Frontera Sur. La franja costera que atraviesa el Estado de Chiapas desde Ciudad Hidalgo hasta el istmo de Tehuantepec es especialmente peligrosa por la violencia imperante. 'La mitad de los atropellos que sufren los migrantes son cometidos por alg¨²n representante de la autoridad, y la otra mitad, por bandas de delincuentes comunes'.
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