'Estoy m¨¢s cerca de los autores catalanes que de los andaluces'
Pese a su juventud, F¨¦lix J. Palma (Sanl¨²car de Barrameda, 1968) figura ya entre los m¨¢s notables escritores andaluces de la ¨²ltima d¨¦cada. Especializado en la escritura de relatos, ha publicado colecciones de este g¨¦nero como El vigilante de la salamandra, M¨¦todos de supervivencia y, recientemente, Las interioridades, con el que sum¨® el premio Tiflos a su vasta vitrina de galardones literarios. Es tambi¨¦n autor de una novela, La hormiga que quiso ser astronauta, y colabora asiduamente con diversos medios de prensa escrita.
Pregunta. ?Qu¨¦ sorpresa espera en Las interioridades a los lectores que ya conocieran sus anteriores libros?
Respuesta. Las interioridades sigue la l¨ªnea de El vigilante y de M¨¦todos, pero con un tono menos tr¨¢gico y fatalista que ¨¦stos. Se trata de un libro m¨¢s festivo, en el que he introducido ciertas dosis de humor, iron¨ªa y juego con el absurdo kafkiano.
P. Como anta?o hiciera Juan Manuel de Prada, usted ha logrado vivir dignamente de los cert¨¢menes literarios. ?Recomendar¨ªa este camino a un escritor novel?
R. Aunque suene raro, es totalmente plausible vivir de los premios. Eso s¨ª, hay que tratar de escribir bien y tener una gran capacidad de disciplina. Para ganar un premio, tienes que perder 20. Son muchas ma?anas perdidas en Correos, haciendo fotocopias... Si me present¨¦ al Tiflos, fue porque quer¨ªa ver editados estos relatos como un conjunto, ya que todos ellos coinciden en un punto de vista y tem¨¢tica comunes.
P. Todos se mueven en un terreno que podr¨ªamos llamar fant¨¢stico. ?Vuelve la fantas¨ªa, lo sobrenatural, a la literatura de hoy?
R. M¨¢s que una entrega a lo sobrenatural, yo apuesto por una huida de lo realista. Me gusta interpretar la realidad, o que lo hagan mis personajes. Pero busco un contraste con la realidad donde pueda irrumpir el absurdo o lo fant¨¢stico.
P. Usted comenz¨® a escribir una narrativa af¨ªn a la ciencia-ficci¨®n, de la que desert¨®. ?Era un callej¨®n sin salida?
R. Aunque en Estados Unidos un escritor se puede ganar la vida escribiendo ciencia-ficci¨®n para revistas, en Espa?a los lectores de ese g¨¦nero forman un grupo muy reducido. Y yo quer¨ªa vivir de la literatura. De todos modos, mis cuentos siguen teniendo un pie en esa literatura, mi amor por lo fant¨¢stico sigue latiendo en ellos. Me siguen gustando Calvino, Bradbury o Cort¨¢zar, esos escritores que abren un camino por el que te puedes internar.
P. En esta, que es tierra de poetas, ?puede hablarse ya de una nueva narrativa andaluza?
R. ?Tierra de poetas? (risas) Bueno, es evidente que est¨¢ habiendo un relevo generacional. Ah¨ª est¨¢n Andr¨¦s Neuman, Luis Manuel Ruiz, Aza¨²stre, Salvador Guti¨¦rrez Sol¨ªs, Bonilla... Cada uno con sus obsesiones, forman un panorama muy heterog¨¦neo, pero muy cuidadosos con el lenguaje: no tienen nada que ver con la generaci¨®n Kronen.
P. La gran mayor¨ªa de los citados reh¨²ye los escenarios andaluces.
R. Al menos por mi parte, no tengo ning¨²n af¨¢n localista. Trato de ser lo m¨¢s neutro posible en cuanto al escenario. El hecho de que algunas de nuestras narraciones se ubiquen en Andaluc¨ªa es, en efecto, anecd¨®tico.
P. ?Cabr¨ªa establecer alg¨²n puente, por d¨¦bil que fuera, entre ustedes y los narradores andaluces del medio siglo, Qui?ones, Caballero Bonald, Grosso...?
R. Creo que estamos m¨¢s influenciados por los escritores suramericanos: Cort¨¢zar, Benedetti, Borges... Hip¨®lito G. Navarro, por ejemplo, es un gran deudor de Cort¨¢zar. Somos una generaci¨®n que se cri¨® con el boom. Dudo que tengamos una influencia m¨¢s importante que ¨¦sa. Si me apuras, cierto Kafka. Y en mi caso concreto, estoy m¨¢s cerca de los catalanes, como Monz¨®, P¨¤mies o Pere Calders, que de los andaluces que has citado.
P. ?Ha ganado el cuento su batalla con el mercado?
R. Hay renacimientos c¨ªclicos, y quiz¨¢ estemos viviendo uno. Dicen que lo pr¨®ximo de Javier Cercas ser¨¢ un libro de relatos, Neuman editar¨¢ el mes que viene una antolog¨ªa de 30 j¨®venes cuentistas... Pero las editoriales siguen siendo muy reticentes. Mientras los lectores sigan viendo el g¨¦nero como algo que no merece su precio, seguir¨¢n siendo los nombres los que tiren de los libros. Y aun as¨ª, por mucho que venda un autor, digamos Mill¨¢s, siempre ser¨¢ una cifra muy inferior a las novelas vendidas.
P. ?Qu¨¦ le da la novela que no tenga el sprint del cuento?
R. La hormiga que quiso ser astronauta fue de hecho un cuento que se me extendi¨® un verano: era una cuenta que ten¨ªa que saldar con la adolescencia. Ahora estoy escribiendo otra que tendr¨¢ estructura de cuento, s¨®lo que de 300 p¨¢ginas. Del cuento me atrae el mecanismo de relojer¨ªa y, como el chiste, la posibilidad de obtener resultados inmediatos. Pero esa condensaci¨®n te impide abordar tramas m¨¢s complejas. Yo necesito encari?arme con los personajes, y los de los cuentos no me hacen compa?¨ªa.
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