La multiplicaci¨®n de la Alhambra
El monumento presentar¨¢ en diciembre el reci¨¦n adquirido Carmen de los Catalanes
Visitar la Alhambra es un acto que reporta m¨²ltiples emociones. El visitante siempre encuentra un nuevo plano en este panorama poli¨¦drico y casi inabarcable. Pero ahora, f¨ªsicamente, hay m¨¢s. Hace apenas unos d¨ªas, el monumento granadino aument¨® las posibilidades de disfrute en nada menos que un 25 por ciento del territorio.
La adquisici¨®n del Carmen de los Catalanes, hasta este mes un recinto privado 19.820 metros cuadrados de incalculable valor hist¨®rico, arqueol¨®gico y bot¨¢nico situado en pleno recinto de la Alhambra, supone seg¨²n Mateo Revilla, director del Patronato, 'la adquisici¨®n m¨¢s importante vivida en la Alhambra desde la incorporaci¨®n del Generalife en la d¨¦cada de los veinte, hace m¨¢s de 80 a?os'.
La adquisici¨®n del Carmen de los Catalanes no ha sido, ni mucho menos, un acto administrativo m¨¢s. Los trabajadores de la Alhambra andan inusitadamente emocionados estos d¨ªas, desde su director hasta el ¨²ltimo custodio. De hecho, cuenta Jes¨²s Berm¨²dez, arque¨®logo de la Alhambra, que es tan grande la curiosidad que en las pr¨®ximas semanas se organizar¨¢n varias visitas al carmen para que los empleados del recinto lo conozcan.
Los visitantes comunes tampoco tendr¨¢ que esperar mucho. Revilla tiene planeado organizar en diciembre unas jornadas de puertas abiertas para que los granadinos o quienes quieran puedan conocer el carmen en su estado actual. Luego, aguardan tres a?os de trabajo intenso hasta la apertura definitiva al p¨²blico. En ese momento, los visitantes podr¨¢n contemplar la Alhambra desde el sur, una perspectiva distinta a la de hoy desde el Albaic¨ªn.
Tanto la zona donde ahora se encuentra el carmen como sus alrededores, explica Jes¨²s Berm¨²dez, sirvi¨® de acampada al grueso del ej¨¦rcito musulm¨¢n mientras los sultanes y altos funcionarios descansaban en la zona de palacios. Estos asentamientos de jaimas para los soldados requer¨ªan almacenar provisiones suficientes, lo que se hac¨ªa en silos de cinco o seis metros de profundidad abiertos en el suelo. Luego, el uso civil quedaba supeditado con frecuencia al militar y estos agujeros se destinaban a encerrar prisioneros cristianos. Por ello, la zona recibi¨® el nombre de Corral de Cautivos.
Por suerte, los a?os de dominio privado del recinto no parecen haber da?ado de modo irreparable el lugar y en el carmen, a simple vista, quedan m¨¢s de media docena de silos. La posibilidad de que todo este trasiego de personas y cosas haya dejado su huella en el terreno es lo que hace que los especialistas de la Alhambra est¨¦n deseando comenzar su trabajo de investigaci¨®n, que no ser¨¢ poco.
Aunque las previsiones son que el carmen est¨¦ abierto al p¨²blico en tres a?os, Jes¨²s Berm¨²dez considera que all¨ª encontrar¨¢n materiales para investigar durante al menos una d¨¦cada.
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