CEEV
El Centro de Estudios Econ¨®micos Valencianos naci¨® en 1929 con el apoyo de la Diputaci¨®n de Valencia, la C¨¢mara de Comercio, la Federaci¨®n Industrial y Mercantil de Valencia y la Universidad, entre otros. Su primer secretario fue Rom¨¤ Perpiny¨¤ y durante los a?os treinta tuvo un activo papel en la realizaci¨®n de informes sobre relaciones comerciales internacionales, temas vinculados a la actividad citr¨ªcola, construcci¨®n naval, y tambi¨¦n sobre las principales industrias valencianas. En 1939, tras la guerra civil, qued¨® abandonado, naciendo en 1948 la nueva versi¨®n de esta instituci¨®n con el nombre de Instituto Valenciano de Econom¨ªa, que, dirigido por Sim¨®n Cano y Antonio Rico, continu¨® realizando diversos estudios hasta que a mediados de los setenta, con la llegada de la democracia, ¨¦stos pasaron a realizarse desde la Instituci¨® Alfons el Magn¨¤nim, incorporando recientemente sus valiosos fondos documentales a la Biblioteca Valenciana.
El CEEV, en palabras de Ignacio Villalonga pronunciadas en valenciano en 1934, en el acto de apertura de la Conferencia Econ¨®mica del Pa¨ªs Valenciano, naci¨® en la monarqu¨ªa, y convivi¨® con prosperidad en tiempos de la segunda rep¨²blica, porque nunca hab¨ªa tenido m¨¢s preocupaci¨®n que la de aunar voluntades, siendo una casa abierta a derechas e izquierdas, desfilando pensamientos de distinta procedencia, con el ¨²nico condicionante de pensar en beneficio de la conveniencia general de la econom¨ªa valenciana. As¨ª pues fue un intento de reunir a todas las fuerzas sociales valencianas y entidades representativas de la cultura y el estudio, el trabajo y el esfuerzo econ¨®mico.
Sus planteamientos supusieron un paso adelante de importancia indiscutible, advierte Jordi Palafox al analizar los a?os 30, en el proceso de dotar de contenido pol¨ªtico al valencianismo. Sin embargo equivoc¨® el momento, olvid¨® la coyuntura general espa?ola e internacional, sin ser consciente de la escasa articulaci¨®n del bloque valenciano, que planteaba posturas escasamente homog¨¦neas en la propia defensa institucional de los problemas valencianos.
Hoy a la econom¨ªa valenciana corresponde, una vez m¨¢s, definir el papel que quiere desempe?ar en el dise?o de la nueva pol¨ªtica espa?ola e internacional. De manera an¨¢loga, hace m¨¢s de 65 a?os, Villalonga reclamaba el margen de reconocimiento necesario para la pol¨ªtica econ¨®mica valenciana afirmando, 'si nosotros no tuvi¨¦ramos dentro de la pol¨ªtica espa?ola el peso espec¨ªfico que por la densidad de nuestra econom¨ªa corresponde, hubi¨¦ramos inferido el da?o m¨¢s grave que hubiera podido sufrir Valencia durante su historia'.
Tras el largo par¨¦ntesis del franquismo, y con los diferentes avatares de la transici¨®n, no han cambiado mucho las cosas y contin¨²a pendiente el debate sobre el contenido econ¨®mico del valencianismo pol¨ªtico. Como entonces, se deben defender unos intereses que nos son propios, sin parcialidad ni falsas preferencias, de manera arm¨®nica con los de sectores y regiones que nos son pr¨®ximos cultural y econ¨®micamente.
En la actual Uni¨®n Europea aparecen dos ejes claramente diferenciados, el atl¨¢ntico con regiones econ¨®micas consolidadas que se desplaza desde el norte hacia el sur siguiendo la cuenca del Rhin; y el mediterr¨¢neo, que apunta regiones en crecimiento de este a oeste desde N¨¢poles hasta Alicante, y que pasa obviamente por Catalu?a, y por la articulaci¨®n de pol¨ªticas comunes tambi¨¦n con regiones mediterr¨¢neas francesas e italianas. La pr¨®xima ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea hace si cabe m¨¢s necesario el an¨¢lisis de acciones espec¨ªficas mediterr¨¢neas que contrapesen, por citar un ejemplo, la propuesta atl¨¢ntica de la Comisi¨®n para la reforma de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n.
Villalonga en el citado acto de la Conferencia Econ¨®mica acababa se?alando que al adoptar las labores de las conferencias internacionales, no hab¨ªan querido hacer de la conferencia una falla, y recordaba que las fallas tienen un gran prestigio, un gran arraigo en nuestro pueblo, que no desear¨ªa nunca que desapareciera, pero que s¨ª lamentar¨ªa profundamente que todo lo valenciano fuera falla en Valencia. Debemos permitirnos el gusto de hacer fallas pero tambi¨¦n otras cosas que no se quemen cada a?o. Pol¨ªticas que tengan continuidad. Tambi¨¦n podr¨ªa decirse lo mismo hoy.
Alejandro Ma?es es licenciado en Ciencias Econ¨®micas y Derecho.
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