Mucho sudor para tan poco bot¨ªn
El Bar?a avasall¨® al Brujas, pero acab¨® sufriendo por sus fallos en el remate y sus concesiones defensivas
No sin esfuerzo, porque en el Camp Nou sudan tanto los futbolistas como los aficionados, el Barcelona debut¨® en la Liga de Campeones con una victoria suficiente, que escrita en la clasificaci¨®n queda muy bien, pero como expresi¨®n del trabajo colectivo barcelonista es muy poca cosa. Puesto que el partido fue protagonizado de principio a fin por los azulgrana, no conviene sacar mayores conclusiones, salvo que el plantel de Van Gaal es igual de c¨¢ndido en las dos porter¨ªas. La diferencia la puso la n¨®mina de jugadores: si la contienda la ten¨ªan que decidir los delanteros, sobre todo por la dimisi¨®n de las defensas, los del Bar?a son mejores que los del Brujas.
Partidos como el de anoche demandan un ejercicio de autoridad por parte del anfitri¨®n, y m¨¢s en el caso del Barcelona, cuyo papel de cabeza de serie es discutido por su propio entrenador, quien a veces parece m¨¢s interesado en reivindicar antes su curr¨ªculo que el del club. Obligado a ganarse el respeto, el equipo azulgrana se fue a por el encuentro desde el arranque, nada nuevo, por otra parte, pues lo mismo hizo al comienzo de la Liga y en el principio y final de la Copa. El protagonista, por lo dem¨¢s, tambi¨¦n casi siempre es el mismo, Luis Enrique, que vive enchufado a la red contraria, siempre dispuesto a conectar o barrer los balones que cruzan el ¨¢rea. El asturiano enganch¨® ayer una pelota rechazada por Saviola, a disparo de Motta, y puso al Barcelona con un gol de ventaja a las primeras de cambio.
BARCELONA 3| BRUJAS 2
Barcelona: V¨ªctor; Puyol, De Boer, Navarro; Mendieta (Rochemback, m. 76), Xavi, Cocu, Motta; Saviola, L. Enrique (Riquelme, m. 73) y Kluivert. Brujas: Verlinden; De Cock, Maertens, Spilar, Van der Heyden (Stoica, m.57); Serebrennikov (Lesnjak, m.46), Simons, Englebert; Martens (Ceh, m.71), Mendoza y Verheyen. Goles: 1-0. M. 5. Luis Enrique, de tiro cruzado tras un rechace de Maertens. 1-1. M. 22. Simons transforma un penalti cometido por V¨ªctor sobre Englebert. 2-1. M. 40. Mendieta sorprende a Verlinden en el lanzamiento de una falta desde la frontal. 3-1. M. 43. Saviola, tras un eslalon entre cuatro defensas, remata por bajo con el pie izquierdo. 3-2. M. 85. Englebert empalma desde fuera del ¨¢rea, toca Puyol y despista a V¨ªctor. ?rbitro: Fleischer (Alemania). Amonest¨® a Motta, Navarro, Lesnjak, Martensy Ceh. Camp Nou. Unos 83.500 espectadores.
El cuadro azulgrana se entrega en el Camp Nou a un ataque frontal y embiste de forma cegada
Nada nuevo. Ocurre, sin embargo, que el gui¨®n para lo bueno se sigue igualmente para lo malo. A cada partido, el Bar?a concede el empate, y a veces la victoria, sin necesidad de sentirse exigido por el contrario. A¨²n cuando el marcador dec¨ªa lo contrario, el Brujas se sent¨ªa dentro del partido, as¨ª que m¨¢s que atacar procuraba defenderse, aguardando a que el Bar?a se condenara en cualquier jugada. Por una cosa u otra, a veces por una p¨¦rdida de bal¨®n, en otras por un mal rechace y en la mayor¨ªa porque el ¨²ltimo zaguero se afloja, el equipo de Van Gaal se rinde irremediablemente a la faltalidad. M¨¢s que un error, V¨ªctor Vald¨¦s cometi¨® anoche una criaturada, propia de un portero inexperto, y, por tanto, el entrenador har¨ªa bien en no ten¨¦rsela en cuenta.
Vald¨¦s reban¨® de mala manera a Englebert, cuando el centrocampista belga ya hab¨ªa perdido el foco de la porter¨ªa y se iba por la l¨ªnea perseguido por Puyol, y el ¨¢rbitro pit¨® penalti. El empate, sin embargo, destempl¨® m¨¢s a la hinchada que al equipo. Al siseo de la grada, siempre pu?etera y a veces demasiado ventajista, los futbolistas respondieron sudando la zamarra. M¨¢s que clarividente, el suyo fue un esfuerzo persistente y paciente que acab¨® por doblegar al Brujas. En los casos de apuro, cuando el equipo no encuentra el hilo del f¨²tbol, se agradecen las jugadas de estrategia, que para eso se ensayan, y el Bar?a se ha doctorado en esta suerte, pues ya cuenta siete en lo que va de curso. Mendieta dej¨® de vuelta y media al portero Verlinden en un golpe franco directo desde la media luna y, una vez escarmentado, el Barcelona ya no se dej¨® atrapar.
La jugada desequilibrante correspondi¨® a Saviola, que elimin¨® hasta cinco defensas en el ¨¢rea para cruzar de puntera sobre la salida del guardameta. Un gol de pillo, saludado con pa?uelos, propio de un ni?o que se ha hecho futbolista en el patio del colegio y regateando baldosas en casa, pues ni el argentino se cay¨® ni hubo defensa capaz de meter la pierna ante la carrera del conejo, m¨¢s limpia que sucia. El gol sirvi¨® para fotografiar el partido. Incapaz de abrir el campo, de jugar por fuera, falto de futbolistas que desborden, el Barcelona se entrega cada partido en el estadio a un ataque frontal y embiste de forma cegada, empe?ado en derribar a los defensas, al portero y a lo que haga falta.
El gol puso una distancia c¨®moda para el Bar?a e insalvable para el Brujas, que defendi¨® mejor en la l¨ªnea de medios que frente a su ¨¢rea. Los belgas iban de gallitos y, sin embargo, parecieron muy poca cosa. F¨¢ciles de atacar, el Barcelona se concedi¨® un protagonismo absoluto.
El caudal de ocasiones azulgrana, as¨ª como el porcentaje de posesi¨®n de pelota, fue, si no incuantificable s¨ª m¨¢s generoso que de costumbre. Al Bar?a le falt¨® de nuevo pegada, entre otras cosas porque juega con un delantero centro que no las mete, sino que las pone, con todo lo bueno y lo malo que significa disponer de Kluivert, majestuoso cuando se gana y saco de los golpes cuando se pierde. Las disfunciones atacantes de los barcelonistas proporcionaron a los belgas una opci¨®n de triunfo hasta el final despu¨¦s de marcar un segundo tanto en una jugada nuevamente mal defendida por los locales, que por un momento se hab¨ªan entregado a los cambios y a la jarana, ya con Riquelme en escena. Los ¨²ltimos minutos fueron de mucho apuro para el Bar?a, que se defendi¨® como pudo y acab¨® por celebrar una victoria m¨ªnima cuando por su trabajo mereci¨® que fuera doble.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.