El Bar?a se pasea en Mosc¨²

El pase europeo para la segunda fase est¨¢ virtualmente en el bolsillo. Tres victorias en tres partidos. Una trayectoria inmaculada. El Bar?a super¨® ayer en Mosc¨² la asignatura que le atormenta desde hace tanto tiempo y que sin duda iba a juzgar a Van Gaal en el primer tramo de temporada. La Liga ser¨¢ otra historia, pero los azulgrana en Europa no perdonan. Tras ser vapuleados por el Betis, el Bar?a se olvid¨® de su paliza a¨¦rea y del fr¨ªo y en media hora resolvi¨® el duelo ante el Lokomotiv, que dio una prueba irrefutable de la crisis que sufre el f¨²tbol en Rusia. Los dos primeros goles cayeron, como mazazos, en tres minutos y acabaron con el br¨ªo ruso y las bocinas de la grada: Kluivert, primero, y Saviola despu¨¦s, batieron a Ovchinnikov y sellaron casi el adi¨®s del Lokomotiv a la competici¨®n. El argentino ali?¨® su gran actuaci¨®n con un segundo gol tras el descanso. La grada se dio por satisfecha con una vaselina del nigeriano Obiorah que signific¨® el primer tanto del equipo en el torneo.

De un 3-0 en Huelva a un 1-3 tres d¨ªas despu¨¦s en Mosc¨². La goleada fue el mejor ant¨ªdoto para que los azulgrana superaran una derrota ante el Betis que lanz¨® las primeras sombras sobre el equipo titular del entrenador holand¨¦s que lo ha jugado absolutamente todo menos el partido de Copa ante el Novelda. Van Gaal hab¨ªa flirteado la v¨ªspera con hacer cambios para compensar la juventud de su equipo, pero ayer acabaron jugando los mismos de siempre. El Bar?a no se resinti¨® del cansancio y super¨® la prueba tan pancho. Posiblemente le ayud¨® el Lokomotiv, un equipo tan negado arriba (la grada gritaba con furia y hac¨ªa la ola cada vez que atravesaba el medio campo) como abajo. Van Gaal dijo que era mejor equipo que el Galatasaray, pero quiz¨¢ se excedi¨®. Su tr¨ªo de centrales padeci¨® un suplicio para poder controlar a Saviola, el rey de los espacios y que ayer volvi¨® loco a toda la defensa.

El Bar?a, dirigido espl¨¦ndidamente por Xavi, necesit¨® s¨®lo un par de cosas para adue?arse del partido: plantar el bal¨®n en el suelo y vigilar los rechaces para desbaratar los alocados y r¨¢pidos contraataques del Lokomotiv, que casi nunca llegaron a nada. El partido fue casi un calco de la cita ante el Galatasaray: el Bar?a apenas se acerc¨® en el arranque a la porter¨ªa rusa (un chut de Saviola y un par de faltas) pero cuando lo hizo fue letal. Mendieta habilit¨® a Kluivert primero para que, previo toque de un central, marcara como un jugador de sal¨®n. Y poco despu¨¦s Xavi retrat¨® a toda la zaga roja: meti¨® un centro perfecto con el interior del pie para que Saviola superara a los zagueros que le sacaban dos palmos. Luis Enrique pudo ampliar el marcador de un cabezazo pero se le fue alto. El Lokomotiv ni respir¨®: s¨®lo justo antes del descanso Maminov lo prob¨® con un chut raso que se le fue por poco.

El Bar?a se retir¨® a la ducha con el partido en el bolsillo y Saviola no tard¨® en confirmarlo en la reanudaci¨®n. Lo hizo con un gol muy suyo, dentro del ¨¢rea, dejando sentado en el suelo y desesperado a Nizhegorodov. Incapaz, muy limitado t¨¦cnicamente y con una defensa agujereada, el Lokomotiv s¨®lo pudo ofrecer una voluntariosa resistencia. Y algo m¨¢s: Obiorah se aprovech¨® de la ca¨ªda f¨ªsica del Bar?a, super¨® a Puyol y marc¨® de vaselina ante la salida de V¨ªctor Vald¨¦s. La hinchada celebr¨® el gol con euforia. Pero el Lokomotiv se ha arrastrado por el torneo y sobrevivir¨ªa con esfuerzo en la Liga espa?ola. Nunca dio la sensaci¨®n de poder repetir la haza?a del Novelda y conseguir las remontadas que sufri¨® el Bar?a en otro tiempo.

Consciente de que el equipo empezaba a acusar el cansancio, Van Gaal retir¨®, paulatinamente, a los goleadores de su equipo (Luis Enrique, Kluivert y Saviola) para darles descanso y contener las aisladas e inocentes embestidas de los rusos. Resignado a su suerte y al sue?o de conquistar su primera Liga, el p¨²blico acab¨® aplaudiendo una chilena de Kluivert y poniendo por megafon¨ªa una versi¨®n m¨¢quina del Concierto de Aranjuez.

El Bar?a sali¨® an¨ªmicamente fortalecido por dos motivos: el pase virtual de la Liga de Campeones, que tanto castig¨® a Van Gaal en su primera etapa, y la herida ya curada que se hizo en Huelva.