La guerra esconde el esc¨¢ndalo
El secretario general del Ej¨¦rcito est¨¢ implicado en el 'caso Enron' y Cheney recibi¨® un regalo millonario al hacerse vicepresidente
La crisis iraqu¨ª, alimentada a diario desde la Casa Blanca con creciente urgencia y dramatismo, ha eliminado de las portadas estadounidenses informaciones de otro tipo. La guerra es presentada como inminente e inevitable, y su v¨¦rtigo ha arrastrado a la oposici¨®n dem¨®crata, que opta por seguir mansamente las instrucciones de George W. Bush por miedo a parecer poco patriota. Y, sin embargo, bajo el fragor belicista se ocultan noticias que en otras circunstancias perjudicar¨ªan seriamente al actual Gobierno de Estados Unidos, como la implicaci¨®n en el esc¨¢ndalo de Enron de Thomas White, secretario general del Ej¨¦rcito, el n¨²mero dos del secretario de Defensa en el Ej¨¦rcito. Y las discutibles condiciones en que Dick Cheney obtuvo un regalo de 8,5 millones de d¨®lares de Haliburton, la empresa que dirig¨ªa, cuando dimiti¨® para convertirse en vicepresidente del pa¨ªs.
La situaci¨®n de Thomas White ser¨ªa insostenible en otras circunstancias. Distintas investigaciones sobre la crisis energ¨¦tica que azot¨® California durante el invierno y la primavera del a?o pasado indican que fue provocada por un grupo de grandes compa?¨ªas, entre ellas Enron, que manipularon el mercado en su provecho. Una de las personas que dirig¨ªan Enron, quebrada el pasado 2 de diciembre tras una serie de gigantescos fraudes contables, era White. En la autopsia judicial y parlamentaria de la que lleg¨® a ser la mayor empresa energ¨¦tica del mundo han aparecido mensajes electr¨®nicos que demuestran la responsabilidad del actual secretario del Ej¨¦rcito.
En febrero de 2001, Thomas White fue informado de que las p¨¦rdidas se acumulaban en los negocios de los que era responsable. Los negocios consist¨ªan, por ejemplo, en un contrato de suministro de gas y electricidad, durante 15 a?os, a una firma farmac¨¦utica de Indiana llamada Eli Lilly, por el que Enron a?adi¨® grandes beneficios a sus cuentas. En realidad, el mercado de la energ¨ªa no estaba liberalizado en Indiana, y Eli Lilly nunca recibi¨® nada ni pag¨® un d¨®lar. La respuesta de White ante el agravamiento del agujero fue la siguiente: 'Cierra un negocio mayor. Oculta las p¨¦rdidas antes del primer trimestre'. Justo antes de que Enron se desplomara y sus acciones perdieran todo valor, White vendi¨® las suyas por 12 millones de d¨®lares.
La elecci¨®n de Thomas White como jefe civil del Ej¨¦rcito fue una decisi¨®n personal del vicepresidente Dick Cheney, quien la justific¨® por la 'experiencia empresarial' del ex directivo de Enron. Cheney tambi¨¦n proced¨ªa del mundo de la empresa, y tambi¨¦n accedi¨® al Gobierno en muy buena situaci¨®n econ¨®mica. Era director ejecutivo de Haliburton, una compa?¨ªa concesionaria de importantes contratos de construcci¨®n y limpieza adjudicados por el Pent¨¢gono. En el ¨²ltimo tramo de su gesti¨®n, vendi¨® una divisi¨®n de la compa?¨ªa utilizando una f¨®rmula legal que priv¨® de las pensiones a todos los trabajadores. Y, sin embargo, cuando Cheney se jubil¨® para regresar a la pol¨ªtica, el consejo de administraci¨®n modific¨® su contrato para concederle una generosa pensi¨®n que fue cargada sobre los beneficios de 2001: en total, 8,5 millones de d¨®lares.
Cheney, cuyo patrimonio ronda los 100 millones de d¨®lares, no es el ¨²nico millonario en el Gobierno de George W. Bush. The Washington Post revel¨® ayer que el Gabinete rebosa dinero. Seg¨²n las estimaciones efectuadas por los propios interesados y entregadas al Congreso, los dos m¨¢s ricos son el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld (hasta 253 millones), y el secretario del Tesoro, Paul O'Neill (hasta 115 millones). El secretario de Estado, Colin Powell, y el secretario de Comercio, Donald Evans, poseen patrimonios cercanos a los 50 millones de d¨®lares.
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