Palacio destaca la inmigraci¨®n como primer problema con Marruecos
La ministra considera su reuni¨®n del lunes con Benaissa como 'un partido de vuelta'
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, destac¨® ayer el tema de la inmigraci¨®n como el primer problema que le gustar¨ªa abordar con Marruecos en el transcurso de la reuni¨®n que celebrar¨¢ el lunes en Madrid con su hom¨®logo marroqu¨ª, Mohamed Benaissa. La cita fue acordada en la tensa entrevista que los dos ministros mantuvieron en Rabat el pasado 17 de julio. Seg¨²n Palacio, ser¨¢ una reuni¨®n informal que calific¨® de 'partido de vuelta'.
Al margen de estos comentarios que tratan de aligerar el ambiente, las relaciones entre las partes siguen siendo complicadas y el encuentro no se plantea bajo la mejor perspectiva.
Benaissa reiter¨® el pasado d¨ªa 14 ante la Asamblea General de la ONU que 'la prioridad absoluta del rey Mohamed VI y de todo el pueblo de Marruecos' es negociar 'el caso de colonialismo anacr¨®nico' de 'las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla y las islas adyacentes'. Palacio ya le respondi¨® en la misma sede que el Gobierno espa?ol no tiene nada que hablar de esas dos ciudades, que son plenamente espa?olas.
La insistencia de la ministra en el tema de la inmigraci¨®n, justificada por la propia Palacio porque es un problema en el que 'se trata de vidas humanas', apunta, pues, a una agenda alternativa. El propio Mohamed VI ha declarado que las mafias de la inmigraci¨®n ilegal son m¨¢s espa?olas que marroqu¨ªes. El anterior ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦, acus¨®, en cambio, a la polic¨ªa marroqu¨ª de actuar en connivencia con esas mafias.
La agenda del encuentro del lunes es, en cualquier caso, abierta, como corresponde a una reuni¨®n informal de la que no se esperan grandes resultados concretos.
'Lo m¨¢s importante es el hecho mismo de que se celebre la reuni¨®n', dijo ayer la ministra, en una conferencia conjunta que celebr¨® tras entrevistarse con el ministro de Exteriores de Cabo Verde, Manuel Inocencio Sousa. Palacio precis¨® que esa frase refleja las dificultades de la situaci¨®n, pero no implica ninguna duda de que el encuentro pueda no llevarse a cabo finalmente.
Entre las dificultades circunstanciales la ministra se refiri¨® a la inminencia de las elecciones legislativas que se celebrar¨¢n en Marruecos el pr¨®ximo d¨ªa 27, unos comicios que, seg¨²n algunos observadores, podr¨ªan dar paso al relevo de Benaissa como ministro de Exteriores. Palacio record¨®, sin embargo, que se trata de 'un ministro de Estado', nombrado por el rey, y no sometido, por tanto, a vicisitudes electorales. La parte espa?ola hubiera preferido, no obstante, que los ministros se hubieran encontrado tras las elecciones, pero las tres fechas que propusieron los marroqu¨ªes eran anteriores a la cita con las urnas.
La misma celebraci¨®n de este encuentro en estas condiciones refleja, seg¨²n Palacio, el sentido de responsabilidad con el que Espa?a aborda este tema. 'Entendemos que, por responsabilidad, tenemos que retormar esa relaci¨®n y situarla en las cotas de confianza y colaboraci¨®n de las que nunca debi¨® salir', dijo la ministra, que insisti¨® en la actitud 'constructiva' de Espa?a.
En respuesta a una pregunta concreta sobre si en esta reuni¨®n se pretende acordar el regreso de los embajadores respectivos, el que Marruecos retir¨® de Madrid en octubre de 2001 y el que llam¨® a consultas durante la crisis de Perejil, el pasado mes de julio, Palacio dijo: 'Me gustar¨ªa que de esa reuni¨®n saliera un avance en ese sentido'. En medios diplom¨¢ticos espa?oles se considera poco probable que el retorno se pueda acordar antes de las elecciones.
Por su parte, el diario Al Ittihad al Ichtiraki, que dirige el primer ministro marroqu¨ª, Abderram¨¢n Yussufi, afirmaba ayer que la defensa de la espa?olidad de Ceuta y Melilla que Palacio hizo ante la ONU el pasado martes refleja 'una deriva nacionalista'. 'Espa?a vive bajo el reino de Isabel la Cat¨®lica y no del dem¨®crata Juan Carlos', comentaba el diario.
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