El circo Price revive en sus mejores carteles en la Biblioteca Nacional
'Memoria de la seducci¨®n' muestra el Madrid m¨¢s l¨²dico del XIX
El desaparecido circo de Price, anclado en el imaginario ucr¨®nico de la ciudad, revive estos d¨ªas en Madrid como un fogonazo de sorpresa y fantas¨ªa. Resucita en una magna exposici¨®n de carteles publicitarios del siglo XIX desde los que llamaba al p¨²blico a sus concurridas gradas. Los carteles, 60 en total, conciernen tambi¨¦n a la vida teatral, pol¨ªtica, taurina y comercial de la ciudad y han sido reunidos en una sala de exposiciones temporales de la Biblioteca Nacional, en el paseo de Recoletos, 18, por Ra¨²l Eguiz¨¢bal, comisario de la muestra. La carteler¨ªa ha sido delicadamente restaurada en el taller de Manuel Merino durante tres a?os.
El revivir del que fuera el circo m¨¢s importante de Madrid a lo largo de casi siglo y medio fue posible gracias a un archivero de la Biblioteca Nacional, Genaro Alenda; sabedor de la importancia de las noticias incluidas en los carteles y de su atractiva pl¨¢stica, Alenda, a partir de 1850, hab¨ªa comenzado a coleccionar cuantos de ellos ca¨ªan en sus manos. Mediante su tes¨®n, el Price sobrevivi¨® con sus tropeles de cebras, elefantes y leones, cuyas pelambreras, tufos y rugidos a tantos ni?os hicieron estremecer de miedo. Bajo su carpa, miles de ellos suspiraron tambi¨¦n con emoci¨®n fascinada ante escotados bustos de trapecistas y torsos desnudos de domadores.
Memoria de la seducci¨®n
Carteles del XIX en la Biblioteca Nacional (paseo de Recoletos, 18). De martes a viernes, de 9.00 a 21.00. S¨¢bados, hasta las 14.00. Entrada gratuita.
El coso madrile?o fue adquirido por el acr¨®bata y atleta brit¨¢nico Thomas Price, en el a?o 1855, cuando a¨²n se hallaba instalado en el paseo de Recoletos. En 1868 pas¨® a la propiedad del domador de caballos William Parish. Tras arder en 1876 el teatro Ol¨ªmpico, enclavado en la plaza del Rey, sobre aquel mismo solar fue edificado el circo Price, que mantuvo siempre el nombre de su primer due?o. Durante d¨¦cadas llegar¨ªa a ser el principal foro de los m¨¢s ex¨®ticos espect¨¢culos que por Madrid cruzaban, incluidos los n¨²meros box¨ªsticos y de acrobacias. Sus gradas, perfumadas por jaboncillos de maroma y entre efluvios de olor a camellos y ponis, acomodaron muchas noches a Ram¨®n G¨®mez de la Serna, el escritor madrile?o m¨¢s fascinado por lo circense. En su ¨²ltima etapa, recibi¨® a los primeros exponentes del rock and roll madrile?o. El Price cerr¨® sus puertas el 12 de abril de 1970.
Entre los ilustradores de los carteles exhibidos, algunos de estos de gran formato y destacadamente los de trasunto taurino, figuran artistas de la talla de Ortego Vereda, Urrabieta, los hermanos Perea o Jules Ch¨¦ret, genio precursor, en torno a 1860, de la carteler¨ªa que inmortalizar¨ªa despu¨¦s el conde Toulouse-Lautrec.
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