El nuevo espa?olismo
El breve libro que ha publicado Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Quir¨®s tiene el doble m¨¦rito de aludir a una cuesti¨®n muy importante y de, a la vez, ser muy representativo de la evoluci¨®n del pensamiento de un sector del ensayismo y la historiograf¨ªa espa?oles.
El patriotismo ser¨ªa, para ¨¦l, una virtud individual imprescindible en un contexto democr¨¢tico. En cambio, lo que denomina como nacionalismo resultar¨ªa, por el contrario, un vicio colectivo. El patriotismo coagula, a trav¨¦s del 'amor c¨ªvico' que hacer fluir -la expresi¨®n es de Maragall-, a una sociedad y la hace capaz de enfrentarse a empresas grandes. Hasta aqu¨ª la valiente defensa apolog¨¦tica que hace el autor de un t¨¦rmino que muchos podr¨ªan considerar anticuado. No creo que lo sea: en tiempos de individualismo bien merece la pena recordar este importante aglutinante comunitario de una sociedad que forma parte decisiva de su capital creativo.
UNA APOLOG?A DEL PATRIOTISMO
Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Quir¨®s Taurus. Madrid, 2002 229 p¨¢ginas. 16,25 euros
Pero el libro de Gonz¨¢lez Quir¨®s no significa tan s¨®lo la defensa de una virtud olvidada, sino tambi¨¦n la vuelta a un espa?olismo que tiene mucho de antiguo. Siempre hemos dicho que el sentimiento nacional de los espa?oles era d¨¦bil y, de hecho, la contraposici¨®n habitualmente esgrimida contra los nacionalismos perif¨¦ricos ha nacido de un cierto 'patriotismo constitucional', ligado a principios de fondo y no a la etnicidad. Merece la pena, no obstante, tomar nota de que en ciertos sectores se est¨¢ pasando a una actitud netamente espa?olista que reivindica un pasado libre de manchas y condena de modo radical los nacionalismos perif¨¦ricos.
Ya la propia distinci¨®n entre patriotismo y nacionalismo resulta, en Gonz¨¢lez Quir¨®s, bastante indicativa. Pero hay m¨¢s. Frente a una visi¨®n de la Historia de Espa?a como recopilaci¨®n de desastres, nuestro autor propugna un 'razonable orgullo nacional' porque 'Espa?a significa libertad' y porque en ella ha existido toda una tradici¨®n de individualismo, pluralismo y libertad de modo que el franquismo habr¨ªa sido una 'excepci¨®n'. Tales juicios resultan m¨¢s que discutibles como sabe cualquier lector de la obra de ?lvarez Junco o quien, simplemente, tenga en cuenta la vigencia del liberalismo o la democracia en fechas anteriores a 1977.
Adem¨¢s, Gonz¨¢lez Quir¨®s se indigna en contra de que s¨®lo resulte admisible el enarbolar de banderas y el canto de himnos en las comunidades aut¨®nomas, siente el castellano amenazado en parte de la geograf¨ªa peninsular y decreta que 'en la realidad que cuenta existe una sola naci¨®n que es la espa?ola'. Lo malo del espa?olismo que esta postura dibuja es lo antiguo que resulta, producto de una pura reacci¨®n en buena medida justificada contra los nacionalismos perif¨¦ricos.
El patriotismo es, desde luego, una virtud necesaria e incluso imprescindible en una democracia. Pero el modo del patriotismo espa?ol debiera haber cambiado sustancialmente desde la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n en 1978. S¨®lo tiene ahora sentido un patriotismo de la pluralidad. El autor de este libro cita unos bellos versos de Celaya que bien mereciera la pena desarrollar como teor¨ªa pol¨ªtica de nuestra realidad actual: 'Hay que revasquizar Espa?a, iberizarla / salvarla del poder abstracto y absoluto / volver a nuestras tribus, nuestro federalismo / nuestra alegr¨ªa fiera, nuestro respirar limpio / nuestro no al centralismo franc¨¦s y su dominio'. ?se s¨ª ser¨ªa un patriotismo a la altura del tiempo.
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