Maragall pide al PP gestos como los de Major y Thatcher para resolver el conflicto vasco
El dirigente del PSC advierte de que el coste de no actuar deprisa 'puede ser letal'
Pasqual Maragall reclam¨® ayer a todos los actores de la pol¨ªtica espa?ola 'gestos e iniciativas' para sacar el conflicto vasco del marasmo en que a su juicio se halla y abrirle perspectivas de soluci¨®n. En particular, Maragall pidi¨® a la derecha gobernante en Espa?a el 'reconocimiento de que es necesario un cambio de estrategia' y la apertura de un 'juego distinto'. El dirigente socialista record¨® que tanto Margaret Thatcher como John Major hicieron gestos mientras gobernaban que luego posibilitaron la resoluci¨®n del conflicto del Ulster.
Maragall estuvo poco m¨¢s de 24 horas en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, para participar en unas jornadas sobre gobernaci¨®n y liderazgo organizadas por la Universidad del Ulster. Lo que se discut¨ªa es, como en 1998 en su anterior visita a Irlanda, la reconstrucci¨®n material y espiritual de una ciudad y una sociedad castigadas durante d¨¦cadas por el terrorismo.
Las entrevistas con el presidente del Parlamento norirland¨¦s, lord Alberdice; los alcaldes de Dubl¨ªn y Belfast, Dermot Lacey y Alex Maskey, y los ministros Martin Cullen, encargado de la cartera de Medio Ambiente y Gobernaci¨®n Local en el Gobierno de Irlanda, y Peter Robison, de Desarrollo Regional en el Gobierno aut¨®nomo de Irlanda del Norte, llevaron a Maragall a la conclusi¨®n de que, a los cuatro a?os de los acuerdos de paz de Stormont, la convivencia en el Ulster 'ha mejorado, aunque sigue siendo fr¨¢gil y sigue habiendo violencia'.
Maragall lament¨® que en el caso de Espa?a 'no haya habido un Jerry Adams ni un John Hume', los l¨ªderes de las ramas violenta y pac¨ªfica del nacionalismo irland¨¦s, que hayan apostado por la b¨²squeda de soluciones pol¨ªticas. Subray¨® con especial ¨¦nfasis que el proceso de paz tan dif¨ªcilmente instaurado en el Ulster tiene su primer origen 'en el abandono del matonismo en 1984 por la conservadora Margareth Thatcher'. Y en los movimientos de su sucesor John Major en 1994, 'que cambiaron la posici¨®n del nacionalismo ingl¨¦s sobre el conflicto'.
Para el aspirante a la presidencia de la Generalitat, la apertura de perspectivas de soluci¨®n al conflicto vasco se ha convertido casi en una obsesi¨®n. 'Horroriza pensar cu¨¢ntas cosas quedan congeladas por la inexistencia de un proceso como el del Ulster', explic¨® ayer al t¨¦rmino de su intervenci¨®n en la mesa redonda. No lo especific¨®, pero estaba claro que entre los da?os colaterales del terrorismo vasco Maragall incluye el retraso y en algunos aspectos la paralizaci¨®n del desarrollo del modelo auton¨®mico en Espa?a y en particular en Catalu?a. Eludi¨® cuidadosamente precisar qu¨¦ propuestas o actitudes deben cambiar tambi¨¦n en la estrategia del socialismo espa?ol en general y el vasco en particular. Subray¨®, sin embargo, que habla desde la posici¨®n de quien ha defendido claramente la ilegalizaci¨®n de Batasuna.
Lo que ayer parec¨ªa impresionar m¨¢s a Maragall es la larga duraci¨®n de los periodos de maduraci¨®n previos a los acuerdos de paz de 1998. Son 14 a?os desde el primer viraje de Thatcher, subray¨®. Si en 1998 cuaj¨® el acuerdo de paz, agreg¨®, lo cierto es que todav¨ªa ahora, cuatro a?os despu¨¦s, sigue habiendo violencia. Pero en este tiempo 'lo que se ha ganado en el Ulster es que ahora la paz es m¨¢s atractiva que el odio y la violencia'.
El coste de no actuar
En la perspectiva del largo periodo de tiempo necesario para resolver un conflicto de la naturaleza del existente en el Ulster o el Pa¨ªs Vasco, cobra mayor importancia la necesidad de no demorarse en la b¨²squeda de una soluci¨®n: 'Hemos de darnos mucha prisa y empezar pronto para que podamos ver el final del t¨²nel'. 'Lo que consuela', a?adi¨®, 'es que unos pa¨ªses aprenden de otros, y quiz¨¢ no sea necesario que deban repetirlo todo igual y puedan abreviar'. En cualquier caso, el l¨ªder del PSC se?al¨® que 'el coste de la inacci¨®n es alt¨ªsimo' y posponer la b¨²squeda de soluciones 'puede ser letal'.
Jordi Pujol eludi¨® comprometerse cuando Maragall le anim¨® semanas atr¨¢s a que mediara ante el nacionalismo vasco. Maragall fue ayer m¨¢s lejos y sostuvo que son necesarios esfuerzos de todos los sectores pol¨ªticos para cambiar las coordenadas del conflicto, que a su juicio condiciona negativamente toda la pol¨ªtica espa?ola y perjudica seriamente el avance del modelo auton¨®mico. Es decir, compromete incluso la gesti¨®n que sue?a con llevar a cabo en Catalu?a si gana las elecciones auton¨®micas de 2003.
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