Brasil, en la cuerda floja
Los indicadores revelan que el deterioro de la econom¨ªa no se debe s¨®lo al 's¨ªndrome Lula'
Expectaci¨®n, preocupaci¨®n, descontrol y avidez especuladora. Los mercados brasile?os, que sufren todo esto desde mediados de mayo, est¨¢n sumidos en la perplejidad. Resultado: la cotizaci¨®n del d¨®lar no baja de los 3 reales, el riesgo pa¨ªs sigue alto, las agencias calificadoras advierten sobre el peligro de suspensi¨®n de pagos en el sector privado, las tasas b¨¢sicas de inter¨¦s anual son las m¨¢s elevadas del mundo, y la econom¨ªa proyecta ¨ªndices francamente preocupantes.
Los ¨²ltimos sondeos electorales, muy favorables al candidato izquierdista, disparan de nuevo la cotizaci¨®n del d¨®lar frente al real
A excepci¨®n de la balanza comercial, no hay ning¨²n signo positivo para la econom¨ªa brasile?a en los pr¨®ximos meses
La ca¨ªda de la actividad en los ¨²ltimos meses y la fuga de capitales plantean un escenario muy complicado al nuevo Gobierno
Desde que la incertidumbre del proceso electoral empez¨® a afectar al mercado financiero, el Gobierno ha intentado reaccionar de mil maneras. Present¨® resultados positivos en la balanza externa, logr¨® renegociar t¨ªtulos p¨²blicos indexados al d¨®lar, compr¨® una parte peque?a de los t¨ªtulos externos, y pudo presentar el acuerdo firmado con el FMI que implic¨® el mayor desembolso de la historia de la instituci¨®n, 30.000 millones de d¨®lares. Pero no ha logrado devolver la tranquilidad a los mercados.
El jueves, teniendo como argumento m¨¢s visible los ¨²ltimos sondeos, que mantienen al candidato izquierdista Luis Inacio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), como franco favorito en las elecciones presidenciales de octubre, la cotizaci¨®n del d¨®lar lleg¨® a 3,45 reales, muy cercana a la marca hist¨®rica de 3,47 registrada el 30 de julio, y un 2,83% superior a la cotizaci¨®n del d¨ªa anterior. El riesgo Brasil volvi¨® a superar la barrera de los dos mil puntos. La mayor parte de los operadores admiten que la cotizaci¨®n del d¨®lar est¨¢ exagerada, creen que deber¨ªa oscilar entre 2,80 y 3,00 reales; pero al mismo tiempo reiteran que por m¨¢s que existan movimientos especulativos externos, tambi¨¦n hay factores de la econom¨ªa que preocupan a los inversionistas. Admiten, sin embargo, que la peor presi¨®n es la generada por la proximidad de las elecciones y la perspectiva de una victoria de Lula da Silva el domingo 6 de octubre.
La recuperaci¨®n del candidato oficialista, el ex ministro de Salud Jos¨¦ Serra, no se mantuvo. Super¨® en intenci¨®n de voto al centroizquierdista Ciro Gomes, pero est¨¢ a m¨¢s de 20 puntos de Lula, que puede lograr el 40% de los votos.
Analistas pol¨ªticos dec¨ªan, la semana pasada, que al candidato del PT le faltan nada m¨¢s que tres puntos porcentuales para superar a la suma de todos los dem¨¢s votos ¨²tiles. Y por m¨¢s que se oigan voces entre la banca y el empresariado, algunas venidas de Wall Street, diciendo que una eventual victoria de Lula no ser¨ªa ning¨²n Apocalipsis, la verdad es que se usa esa posibilidad como argumento para justificar la estampida del d¨®lar, la casi par¨¢lisis de la Bolsa de Valores, y sus reflejos sobre la econom¨ªa del pa¨ªs.
Las intervenciones del Banco Central para intentar contener el d¨®lar son, desde mediados de agosto, cada vez menos 'duras'. El jueves, por ejemplo, seg¨²n los operadores, no super¨® los 50 millones de d¨®lares (en julio y agosto lleg¨® a inyectar 400 millones).
La mayor crisis desde 1999
La atenci¨®n est¨¢ de tal manera concentrada en dos puntos espec¨ªficos -el escenario externo, con la posibilidad de una nueva invasi¨®n militar en Irak, y las elecciones presidenciales- que la decisi¨®n del Comit¨¦ de Pol¨ªtica Monetaria de mantener las tasas b¨¢sicas de inter¨¦s anuales en el 18% pas¨® pr¨¢cticamente desapercibida. Sin embargo, seg¨²n la consultora Global Invest, las tasas reales cobradas en Brasil (es decir, descontada la inflaci¨®n) contin¨²an siendo las m¨¢s elevadas del mundo.
Lo que m¨¢s preocupa a analistas e inversionistas, es que los escenarios para la econom¨ªa brasile?a siguen empeorando. La Federaci¨®n de Industrias del Estado de S?o Paulo (FIESP), que concentra una gruesa tajada del PIB del pa¨ªs, asegura que la industria de transformaci¨®n vive un momento tan cr¨ªtico como el verificado luego de la brusca devaluaci¨®n del real, en enero de 1999.
El presidente de la entidad, Horacio Lafer Piva, ha sido enf¨¢tico al afirmar que la industria enfrenta una situaci¨®n dram¨¢tica: 'La dificultad para realizar nuevas inversiones nos ir¨¢ matando a largo plazo'. Hay una casi unanimidad entre analistas y consultores en afirmar que este a?o lo m¨¢s probable es que la industria registre ¨ªndices negativos, principalmente en lo que se refiere a empleo.
Los restantes ¨ªndices tienen tambi¨¦n perspectivas preocupantes. La tensi¨®n internacional, la profunda aversi¨®n de los inversionistas a correr riesgos en econom¨ªas emergentes, el nebuloso escenario de los mercados financieros locales, hacen prever que el crecimiento del PIB, en 2002, dif¨ªcilmente superar¨¢ el 1,4%. Las proyecciones relacionadas al flujo de inversiones extranjeras en 2003, primer a?o del nuevo gobierno que salga de las urnas en octubre, se desplomaron a 16.000 millones, lo que hace prever un nuevo a?o de serias dificultades para los compromisos externos de Brasil.
A excepci¨®n de la balanza comercial, no hay ning¨²n signo positivo para los pr¨®ximos meses. Y a¨²n as¨ª, hay que recordar que parte importante de este super¨¢vit se debe a la ca¨ªda (un 19%) en las importaciones, se?al de una brusca ca¨ªda en la actividad econ¨®mica.
Sin embargo, esta semana se pudo notar ciertas novedades entre operadores del mercado, en el sentido de una aceptaci¨®n mayor (lo que no significa que sea grande) frente a la posibilidad de una victoria de Lula da Silva.
Ya se admite, con cierta naturalidad, que en el caso de que la elecci¨®n se defina en la primera vuelta, en diciembre todo habr¨¢ vuelto a la normalidad. Si hay segunda vuelta, con definici¨®n el 27 de octubre, esa normalizaci¨®n se dar¨ªa entre marzo y abril. Ahora bien: por 'normalidad', a estas alturas, se entiende un d¨®lar cotizado entre 3,10 y 3,20 reales, y el riesgo Brasil volviendo a oscilar alrededor de los 1.800 puntos. Porque a partir de ah¨ª, se empezar¨¢ a conocer de manera m¨¢s clara el verdadero tama?o del problema que vendr¨¢ junto al diploma de presidente electo.
Empresas vulnerables
La ca¨ªda de actividad econ¨®mica registrada en los ¨²ltimos meses, sumada al acelerado ritmo de la fuga de capitales externos, no hacen m¨¢s que enturbiar el horizonte. La vulnerabilidad de las empresas tiende a crecer, dicen analistas extranjeros. Reflejo inmediato: m¨¢s dificultad a la hora de negociar cr¨¦ditos, inclusive los destinados a la exportaci¨®n. Los grandes bancos, presionados, no se animan a facilitar la vida a ninguna empresa. Los que m¨¢s presi¨®n negativa sufren gracias a su elevada exposici¨®n en el mercado brasile?o son el holand¨¦s ABN Amro y el espa?ol Santander.
Todo eso produce la peor crisis de confianza enfrentada por Brasil desde la creaci¨®n de la nueva moneda, en 1994. El pr¨®ximo presidente heredar¨¢ un problema cuyo tama?o nadie se atreve a concretar. Y, a la vez, una bomba de tiempo cuyo mecanismo regulador ha sido ajustado por alguien que se olvid¨® de avisar cu¨¢ndo va a explotar el artefacto. Calcular lo primero y desactivar lo segundo no ser¨¢ f¨¢cil. Hay que esperar para ver.
Una herencia fuertemente hipotecada
Hay varios focos de grave preocupaci¨®n, pero la deuda p¨²blica quiz¨¢ sea el m¨¢s serio. Anticip¨¢ndose a lo que vendr¨¢, en t¨¦rminos de cobro y cr¨ªtica, el actual Gobierno reitera que en realidad la actual deuda no es m¨¢s que el resultado del encuentro contable con los desastres de la gesti¨®n p¨²blica del pasado, como la excesiva deuda de Estados y municipios, negocios estatales (bancos, por ejemplo) administrados de manera casi criminal y, en fin, una herencia demasiado pesada que el presidente Cardoso y su m¨¢s fiel escudero, el ministro de Hacienda, Pedro Malan, no hicieron m¨¢s que organizar y asumir p¨²blicamente, en una inusitada lecci¨®n de transparencia administrativa frente a la opini¨®n p¨²blica. Tienen mucha raz¨®n quienes defienden este argumento. Pero hay mucho m¨¢s. Sea como sea, la deuda neta total se ha duplicado porcentualmente desde junio de 1994, cuando se implant¨® el Plan Real, y ahora ronda el 61%. Ni siquiera en la crisis de los a?os ochenta se lleg¨® a este nivel. Los componentes m¨¢s decisivos de esa deuda son los financieros: tasas de inter¨¦s y variaci¨®n cambiaria. La gravedad del escenario de la deuda seguramente llevar¨¢ al pr¨®ximo gobierno a enfrentar restricciones muy severas a la hora de intentar renegociar sus plazos y condiciones. En los ¨²ltimos meses, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda renegociaron t¨ªtulos a trav¨¦s de la oferta de nuevos papeles de plazos m¨¢s cortos, y a tasas de inter¨¦s anual exorbitantes (algunas renegociaciones prev¨¦n tasas de hasta un 38% anuales m¨¢s indexaci¨®n cambiaria). Todo eso puede traducirse en ser¨ªsimas dificultades para la implantaci¨®n de las l¨ªneas b¨¢sicas de la pol¨ªtica econ¨®mica del pr¨®ximo gobierno, para no mencionar, es claro, la cuesti¨®n del acuerdo firmado junto al Fondo Monetario Internacional, y que dispone que 24.000 millones de d¨®lares ser¨¢n liberados en 2003 siempre que el nuevo presidente acepte las condiciones que surgir¨¢n del an¨¢lisis de conducta de la econom¨ªa brasile?a en el primer trimestre de 2003. Es decir, eval¨²e el comportamiento del pa¨ªs en medio a un hurac¨¢n de especulaciones, temores y tensiones.
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