El BAM abarrota todos sus escenarios
A los 10 a?os ya camina solito. Hablamos de este BAM que en la noche del s¨¢bado sorprendi¨® con sus correr¨ªas a sus propios progenitores. M¨¢s de 12.000 personas agotaron las entradas y acudieron a una estaci¨®n de Fran?a que borde¨® el colapso al coincidir la riada de p¨²blico que abandonaba el recinto tras la actuaci¨®n de Los Planetas con los noct¨¢mbulos que acud¨ªan entonces a dejarse masajear por los disc-jockeys.
La noche comenz¨® tranquila en la estaci¨®n. El canadiense Hawksley Workman abri¨® el cartel con una actuaci¨®n sorprendente y llena de vigor. Con la sola ayuda de un pianista y armado con un torrente de recursos expresivos, que iban del baile a la interpretaci¨®n, Hawksley dio una lecci¨®n esc¨¦nica. Con una el¨¢stica y sugestiva voz de ampl¨ªsimo registro y captando al p¨²blico con constantes sorpresas, dej¨® at¨®nitos a quienes supieron entrar en su juego. Pop rock de autor para no muchos, pero Hawksley actu¨® como para miles.
Ya con Los Planetas la estaci¨®n estaba al borde del lleno y el agobio era notable. Como fuere que en aras del reciclaje se obliga al p¨²blico a comprar el vaso en el que bebe, 'alcoholismo sostenible' dijo con sorna un espectador, las colas frente a las taquillas se duplicaron. Unos iban a comprar tiques y otros, una vez consumido, a intercambiar el vaso vac¨ªo por el euro previamente abonado. Movilidad cero. No se estaba c¨®modo, no. A ese percal hubieron de enfrentarse Los Planetas, que, adem¨¢s, fueron maltratados por un sonido que dej¨® inaudible la voz de J durante buena parte de la actuaci¨®n. A pesar de ello, los granadinos se hicieron con el concierto, y sin llegar a dominarlo supieron exprimir la complicidad generada por canciones como Un buen d¨ªa, Santos que yo te pinte, Segundo premio, La playa o Corrientes circulares en el tiempo.
En la plaza del Rei se impusieron M¨²m con su belleza de postal y sus melod¨ªas delicadas y evanescentes. A ellos les toc¨® sufrir un acople que les devolvi¨® a la tierra mientras el p¨²blico intentaba aletear.
Al margen del BAM, la plaza de Catalunya tambi¨¦n se llen¨® para seguir los conciertos de Javier Urrutia, mucha nostalgia, y de un Loquillo en estado de excitaci¨®n que se siente cerca de ser profeta en su ciudad. El Loco repas¨® su trayectoria con un concierto que en ¨¦l ya se ha hecho cl¨¢sico. Temas infalibles y un artista con ganas de reivindicar a toda una generaci¨®n.
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