Qu¨¦ hay de nuevo en el sexo
Del n¨²mero especial -y excelente- del Canard enchain¨¦ (15 de agosto de 2002) dedicado al sexo y titulado duchampianamente Le cul mis ¨¤ un, hemos retenido un art¨ªculo que revela inquietantes cambios en lo que respecta a la iniciaci¨®n sexual de los adolescentes. Dicen las encuestas que un 10% de los adolescentes menores de 18 a?os ven pel¨ªculas porno por cable. Entrevistados por los periodistas, los chicos explican que van a dormir a casa de su abuela, que es incapaz de hacer funcionar el v¨ªdeo, y que a partir de medianoche se dedican a ver pornograf¨ªa. Luego hacen copias -con etiquetas falsas- para aquellos de sus amigos que no tienen televisi¨®n por cable. La historia, hasta aqu¨ª, revelar¨ªa tan s¨®lo un cambio tecnol¨®gico: el v¨ªdeo vendr¨ªa a sustituir a las antiguas revistas er¨®ticas. Lo diferente, y un poco preocupante, es que, por lo que parece, los adolescentes luego quieren hacer lo que han visto en las pel¨ªculas con las amiguitas de su edad. Los soci¨®logos que trabajan en las periferias constatan que las chicas se quejan del lenguaje grosero y de los malos modos de los chicos con quienes tienen relaciones sexuales. 'S¨®lo se dirigen a nosotras como si fu¨¦ramos un trozo de carne, s¨®lo para follarnos', explica una adolescente a la pedagoga. Desde hace seis o siete a?os, las preguntas que les hacen tienen que ver con escenas y pr¨¢cticas claramente extra¨ªdas de los filmes pornogr¨¢ficos: relaciones en grupo first fucking, gang bang (varios partenaires para una sola chica), sodom¨ªa.
Los ni?os creen que las ni?as son como ellos, que s¨®lo piensan en sexo 'puro y duro'. La realidad, por el momento y para las adolescentes de 13 a?os, es otra. Cuando ellos prueban lo m¨¢s hard con sus novietas, la mayor¨ªa de ni?as acaban llorando.
No hay distinciones de clase social ni de raza para estos nuevos fen¨®menos pero, entre los entrevistados, hay respuestas reveladoras seg¨²n la cultura a la que se pertenezca. Varias familias magreb¨ªes, por ejemplo, han acabado vendiendo la televisi¨®n: 'Hay una chica desnuda en cada anuncio de jab¨®n', dice el padre de Khaled. En cuanto a los turcos, son capaces de sintonizar las cadenas alemanas en donde proliferan la zoofilia y las violaciones colectivas. Lo que antes era un medio para estimular la imaginaci¨®n y convocar fantasmas er¨®ticos, ahora, en esta confusi¨®n propia entre realidad y ficci¨®n que caracteriza a nuestro momento hist¨®rico, se ha convertido en un peligroso modelo a seguir en la vida cotidiana (del adolescente).
Al volver a Espa?a me preguntaba si lo que hab¨ªa le¨ªdo pasaba s¨®lo en Francia. Consult¨¦ a los dos o tres j¨®venes que ten¨ªa m¨¢s cerca, uno de 20 a?os y otro de 14: ambos, con sonrisa seductora, exclamaron algo as¨ª como: '?Uf! ?Claro que pasa! Esto es para los de 12 o 13!'. As¨ª que el fen¨®meno es europeo, y sus consecuencias son a¨²n dif¨ªciles de calcular.
Victoria Combal¨ªa es cr¨ªtica de arte.
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