Javier Bardem alcanza la genialidad en una magn¨ªfica pel¨ªcula de Fernando Le¨®n
Concursa un ¨¢spero dram¨®n island¨¦s, y Zabaltegi recupera una admirable pel¨ªcula brit¨¢nica
Desde que en 1994 gan¨® aqu¨ª el premio al mejor actor por D¨ªas contados, cada nueva aparici¨®n en la pantalla del actor espa?ol Javier Bardem ofrece inesperados y desconcertantes rasgos in¨¦ditos de sus (parece que inagotables) recursos interpretativos. Ayer, en la excelente Los lunes al sol, pel¨ªcula escrita y dirigida por Fernando Le¨®n, que logr¨® una gran notoriedad con Familia y Barrio, Bardem rompe con asombrosa facilidad los bordes de la pantalla en una interpretaci¨®n de gran vuelo, que a?ade un toque de genialidad individual a un vibrante y hermoso filme que contiene un magn¨ªfico trabajo colectivo.
Es Los lunes al sol una pel¨ªcula de gran distinci¨®n, un vigoroso relato de apariencia lineal, pero de esos que bajo su aparente sencillez aprietan por dentro cuestiones mayores de la vida de la gente en cualquier lugar del mundo. El filme cuenta la vida cotidiana, filmada en escenarios naturales de Vigo, de unos obreros en paro que flotan a la deriva sobre las aceras estancadas y las aguas quietas de su ciudad, sin encontrar salida al atolladero en que sobreviven.
Apoyada en el armaz¨®n de un gui¨®n di¨¢fano, que roza la perfecci¨®n, bellamente escrito y que maneja el gran trazo con el tacto delicado de la pincelada de un miniaturista, la c¨¢mara de Fernando Le¨®n sigue con precisi¨®n el itinerario circular hacia ninguna parte, el paseo errante y desquiciado de unos hombres en conflicto con su mundo, su viaje cotidiano por las rutas del absurdo, su dar vueltas a diario alrededor de un eje de nada. Porque nada les sucede a esta gente, y este su nada sucederles es en ellos una forma en¨¦rgica y devastadora de suceso, una desventura convertida en aventura.
Es Los lunes al sol una pel¨ªcula movida por una fort¨ªsima capacidad liberadora y por un incontenible flujo de gracia. Divierte, emociona, libera, embauca, hace re¨ªr, crea solidaridad, despierta las ra¨ªces de la amistad y la simpat¨ªa, el infortunio de estas gentes expulsadas de sus ra¨ªces y sin conexiones con la norma de la sociedad en que flotan sin destino. Destilan viv¨ªsimas negruras de humor las im¨¢genes, los comportamientos y las palabras con que esta inteligente pel¨ªcula envuelve a su bella gente. Y del centro de ese chorro de negro y doloroso humor salta una figura de fuerza arrolladora, dotada de genial capacidad de arrastre y de contagio, un Javier Bardem que -sin esfuerzo aparente, pero con un primoroso juego de minucias invisibles por detr¨¢s de la formidable y sutil¨ªsima composici¨®n de su personaje- tira de la pantalla hacia arriba y hace volar a este pedazo de tierra universal arrancado de nuestro asfalto. Y son palabras mayores las del reparto de empujes creadores en esta obra, que est¨¢ maravillosamente urdida por Le¨®n y es movida por un gran reparto galvanizado por el genio interpretativo de Bardem.
Lo que en Los lunes al sol es calma y elegancia de esa dinamita moral y art¨ªstica que no hiere sino que acaricia, se convierte en una aparatosa explosi¨®n de p¨®lvora mojada en el tremebundo dram¨®n familiar El mar, una hoguera de feroces pasiones desatadas procedente de la g¨¦lida Islandia. Es una pel¨ªcula muy bien interpretada y realizada con solvencia por Baltasar Korm¨¢kur, del que conocemos en Espa?a la excelente 101 Reikiavik. Tiene dentro un trabajo serio, pero atacado por un patetismo demasiado grit¨®n, que podr¨ªa aprender mucho de la capacidad para expresar dolor sin estruendo de All or nothing, una nueva obra maestra del brit¨¢nico Mike Leigh, que salt¨® aqu¨ª desde el festival de Cannes, donde no se llev¨® los premios que para ella se anunciaban, pero que sali¨® fortalecida de aquella injusticia. Es una pel¨ªcula importante no s¨®lo por lo que deja ver, sino, sobre todo, por lo que esconde bajo las evidencias:un refinado trabajo de construcci¨®n colectiva del gui¨®n y un encaje del grupo de portentosos int¨¦rpretes que roza lo sublime.
Babelia
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