Una larga odisea
He aqu¨ª una verdadera curiosidad, uno de esos productos con los que, de cuando en cuando, la muy plural cinematograf¨ªa francesa suele sorprendernos gratamente. Estricto documental sobre animales salvajes, m¨¢s precisamente sobre todo tipo de aves migratorias, en multitud de pa¨ªses y en todos los continentes, N¨®madas del viento basa su indudable encanto en dos pilares b¨¢sicos: uno, en la captaci¨®n de una inmensa cantidad de im¨¢genes de impactante belleza, que ya por s¨ª solas har¨ªan recomendable el visionado de la pel¨ªcula; dos, sobre el mantenimiento de un punto de vista narrativo siempre solidario con el de sus vol¨¢tiles protagonistas.
Su director, el hoy productor y cineasta Jacques Perrin, antiguo int¨¦rprete -le recordar¨¢ el espectador atento, sin ir m¨¢s lejos, como el Salvatore adulto de la inmensa Cinema Paradiso-, ha prescindido, en una decisi¨®n que le podr¨ªa haber salido muy cara, pero de la que en realidad apenas se resiente la pel¨ªcula, de la creaci¨®n de cualquier historia, por m¨ªnima que sea -no estamos aqu¨ª ante el documental de sobremesa televisivo, ni much¨ªsimo menos-, para centrar todo el efecto de sus im¨¢genes en la misma captaci¨®n de ¨¦stas: la utilizaci¨®n de ultraligeros que acompa?an a las aves en sus desplazamientos -el rodaje del filme result¨®, por s¨ª mismo, una impresionante, costosa y larga odisea- ha logrado, as¨ª, la impensable proeza de que participemos siempre de sus vuelos, como si el espectador de la pantalla, ese que ocupa, de alguna forma, el lugar de Dios, como dej¨® escrito hace a?os un autor franc¨¦s, fuese capaz justamente de elevar vuelo, de ser ¨¦l tambi¨¦n ¨¢guila, ¨¢nsar, grulla, frailecillo...
N?MADAS DEL VIENTO
Direcci¨®n: Jacques Perrin, con la colaboraci¨®n de Jacques Clouzaud y Michel Debats. Int¨¦rpretes: Documental sobre aves migradoras. G¨¦nero: documental cient¨ªfico,Francia-Espa?a-Alemania-Italia, 2002. Duraci¨®n: 87 minutos.
Pero la creaci¨®n de un punto de vista solidario con las aves no se obtiene s¨®lo acompa?¨¢ndolas en sus desplazamientos, ni siquiera empujando al espectador a que se solace con la belleza de sus plumajes y sus formas. Perrin lleva su opci¨®n hasta sus ¨²ltimas consecuencias, de manera que, al final, tambi¨¦n en tierra la c¨¢mara se convierte en ave, y desde all¨ª transmite todas las sensaciones que ¨¦stas experimentan: peligro -espl¨¦ndida resulta en este sentido la secuencia de la amenazante trilladora-, placidez, goce, apareamientos, lucha por la supervivencia... El resultado es, entonces, impactante, una lecci¨®n de sabidur¨ªa narrativa hecha desde la confianza ciega en la imagen... y hasta nos autoriza a que entendamos sus im¨¢genes como una pr¨ªstina par¨¢bola para comprender que, como ocurre en los cielos, tambi¨¦n en la Tierra se viven como un drama, o como una opci¨®n necesaria para la supervivencia, los desplazamientos de esos curiosos seres sin plumas que llamamos humanos.
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