D¨¦ficit cero

Mientras Aznar y su ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, nos cantan las excelencias de los presupuestos con d¨¦ficit cero, en la Comunidad Valenciana el ex presidente Zaplana nos ha dejado con una deuda que supera los 6.600 millones de pesetas y supone el 10,1% del Producto Interior Bruto. A esta cifra ascienden las obligaciones p¨²blicas de la Generalitat. El ministro Montoro ha presentado hace unos d¨ªas los Presupuestos Generales en el Congreso. Presupuestos con 'd¨¦ficit cero'. Claro que para presentar esas cuentas ha tenido que hacerse alguna que otra trampita o trampaza. Por ejemplo, la deuda de RTVE que ven¨ªa figurando en los presupuestos del Estado y que asciende a cerca de un bill¨®n de pesetas, ha sido borrada de un plumazo y se la ha adjudicado a la SEPI. Pero, ?qui¨¦n va a tener que pagar finalmente esa deuda? Sin duda, y como ha dicho el director del ente, Jos¨¦ Antonio S¨¢nchez, el Estado, o sea, los ciudadanos. Lo mismo que sucede con la deuda contra¨ªda por la Generalitat. Zaplana nos ha dejado una hipoteca de 6.600 millones de euros que habr¨¢ que ir pagando, con intereses incluidos, a lo largo de... ?cu¨¢ntos a?os? ?20, 30, 40? En 2001, el Consell, como recordaba la diputada socialista Cristina Moreno, 'hablaba de equilibrio presupuestario y d¨¦ficit cero'. S¨®lo que el endeudamiento, seg¨²n el Banco de Espa?a, creci¨® en 500 millons de euros. Dif¨ªcil lo van a tener los nuevos presidentes de la Generalitat, el provisional y el que le sustituya despu¨¦s de las elecciones. Poco margen les ha dejado el anterior inquilino del Palau para el lucimiento con nuevas inversiones y otras atenciones presupuestarias de provecho. S¨®lo pagando deudas a sus vencimientos ya tienen bastante. La caja no va a dar para muchas alegr¨ªas. El que se fue se gast¨® lo que ten¨ªa y lo que no ten¨ªa en sus terras y ciudades y en sus paniaguados periodistas televisivos, echando a manos llenas el dinero, el dinero de los valencianos. El informe del Banco de Espa?a pone de relieve la desastrosa gesti¨®n financiera del Consell de Zaplana. A quien aqu¨ª, en Madrid, no cesan de alabar y aplaudir sus periodistas de c¨¢mara. Pues nada, que sea para bien y ?a vivir que son dos d¨ªas!

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