La l¨®gica interior
La obra de Clarice Lispector (Tchetchelnik, Ucrania, 1920-R¨ªo de Janeiro, 1977) admite bien los adjetivos temblorosos: es extra?a, singular¨ªsima, de una sorprendente energ¨ªa agonizante, a un paso del delirio, a un paso del esplendor. Su prosa se enhebra, no articulando el mirar con el decir, sino imponiendo al decir la complejidad convulsa de las sensaciones, emociones y sentimientos, un sentir que se complica con ins¨®litas derivaciones on¨ªricas que la acercan al surrealismo, y que a la vez hace resaltar, dentro de argumentos en general nebulosos, la tribulaci¨®n de una sintaxis consciente de su insuficiencia, a punto de romperse y que no obstante fluye como irrigada por la sangre del coraz¨®n.
CUENTOS REUNIDOS
Clarice Lispector Traducci¨®n de Cristina Peri Rossi, Juan Garc¨ªa Gay¨®, Marcelo Cohen y Mario Morales Alfaguara. Madrid, 2002 529 p¨¢ginas. 18,95 euros
Lispector es una escritora a la
que se le percibe en cada p¨¢gina; sus personajes, m¨¢s que entidades aut¨®nomas, parecen m¨¢s bien figuraciones, enmascaramientos que usa la autora para desalojar de s¨ª las turbulencias de su relaci¨®n con el mundo. Esta apreciaci¨®n es menos notable en las novelas, aunque no faltan puntualizaciones, aqu¨ª y all¨¢, de su propia voz insertada en la narraci¨®n, pero en los cuentos es insoslayable. Y eso se debe, sin duda, a la libertad y particularidad de su estilo, que no cabe considerar una destreza adquirida, sino m¨¢s bien una pulsi¨®n, un modo de respirar.
Lispector comenz¨® a escribir muy pronto con su personal estilo ya formado; public¨® en peri¨®dicos sus primeros textos con apenas quince a?os y la aparici¨®n de su primera novela, Cerca del coraz¨®n salvaje (1943), produjo un enorme revuelo en el mundo literario brasile?o, que no terminaba de creer que una joven de 23 a?os hubiera concebido una novela tan extraordinaria y sugerente, y tan desapegada del realismo imperante en su pa¨ªs. La originalidad de esa novela estriba, no s¨®lo en la expresi¨®n minuciosa y matizada del mundo interior de una muchacha en busca de una identidad que la fortalezca, de un yo que debe construir tras la muerte de su padre, sino en la prodigiosa imantaci¨®n de su estilo, nada complaciente, que penetra en lo oscuro, trabajando desde lo indecible, y al hurgar en lo m¨¢s rec¨®ndito del alma femenina produce un universo generado por otra l¨®gica, una l¨®gica impetuosa, obsesiva, guiada m¨¢s por el s¨ªmbolo de las cosas que por las cosas mismas.
Esa l¨®gica interna, cuyo origen es una perturbaci¨®n, es el dispositivo que pone en marcha sus cuentos, que por lo com¨²n se resisten a quedar enmarcados por la austeridad y concisi¨®n que exige el g¨¦nero. El lector deber¨¢ desistir de hallar en ellos peripecias, an¨¦cdotas o historias, y en caso de encontrarlas ver¨¢ que no pueden ser contadas porque, por decirlo as¨ª, producen el texto, pero no son el texto mismo, que se abre a impulsos de una comunicabilidad subyugada al silencio, a punto de embarrancar en el vac¨ªo. La vida aqu¨ª nunca es un estado de conciliaci¨®n, sino un revulsivo. En el cuento titulado Amor, una mujer regresa con su bolsa de la compra y ve a un ciego mascando chicle. El hecho es trivial, pero el efecto sobre ella es sobrecogedor; no es un ciego, es la aparici¨®n del mal: 'Expulsada de sus propios d¨ªas, le parec¨ªa que las personas en la calle corr¨ªan peligro, que se manten¨ªan con un m¨ªnimo equilibrio, por azar, en la oscuridad'. Y la mujer advierte l¨²cidamente, frente a sus hijos, que 'amaba con repugnancia'. En Los desastres de Sof¨ªa, una alumna recibe un elogio de un profesor, y en su rostro ve algo 'an¨®nimo como un vientre abierto para una operaci¨®n de intestinos'. En El reparto de los panes, una comida familiar se transforma en una percepci¨®n de comensales desconocidos, en una estampa on¨ªrica de un 'almuerzo que no ten¨ªa la bendici¨®n del hambre'. La relaci¨®n de la cosa, un cruce, para entendernos, entre Kafka y Cort¨¢zar, no es sino una reflexi¨®n enajenada acerca de un reloj de marca Sveglia, donde este nombre ocupa el lugar de la pasi¨®n. ?D¨®nde estuviste de noche? es un sue?o orgi¨¢stico, un delirio que recuerda la pintura de El Bosco, con personajes que son moldes de sombras: hay un ?l-ella, un Ella-¨¦l, un millonario, un cura, un jud¨ªo, un masturbador, un estudiante, una vieja... y un ep¨ªlogo: 'Todo lo que escrib¨ª es verdad y existe. Existe una mente universal que me gui¨®'.
Los enunciados de Lispector
sobre la escritura, que brotan de improviso en sus textos, resultan desconcertantes, pero sugestivos, son expresi¨®n de su ag¨®nica lucha, que est¨¢ en la ra¨ªz de su escritura, por ensamblar vivencias y conceptos: 'Yo quer¨ªa llegar a la p¨¢gina 9 en la m¨¢quina de escribir. El 9 es casi inalcanzable. El n¨²mero 13 es Dios. La m¨¢quina de escribir es' (La relaci¨®n de la cosa). 'Amo los objetos en la medida en que ¨¦stos aman. Pero si no comprendo lo que escribo no es mi culpa' (Tempestad de almas).
Esta estupenda edici¨®n de Cuentos reunidos, a cargo de Miguel Coss¨ªo Woodward, organiza sus libros de textos breves siguiendo su orden de publicaci¨®n. No est¨¢n todos los cuentos, nos advierte en el pr¨®logo, y a¨²n andan muchos dispersos en peri¨®dicos y revistas. Pero se trata de una edici¨®n que no tiene precedente en lengua espa?ola. Un regalo para los adictos a Clarice Lispector.
BIBLIOGRAF?A
Aprendizaje o El libro de los placeres. Siruela, 2002. Cerca del coraz¨®n salvaje. Siruela, 2002. La hora de la estrella. Siruela, 2001. Un soplo de vida: pulsaciones. Siruela, 2000. La pasi¨®n seg¨²n G. H. El Aleph, 2000. Felicidad clandestina. Grijalbo Mondadori, 1997. Felicidad clandestina. Silencio. C¨ªrculo de Lectores, 1995. Silencio. Grijalbo Mondadori, 1995. Lazos de familia. Montesinos, 1988.
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