Una pel¨ªcula real
Querida amiga: Acaba de cumplirse el primer aniversario de aquella pel¨ªcula que tu hija te cont¨® al llegar a casa el 11 de septiembre del 2001. Llegaste sobre las cinco de la tarde. Como cada d¨ªa te abraz¨®. Te llam¨® para que la acompa?aras a ver la peli. Tras tu jornada laboral cuando t¨² ya sab¨ªas lo que estaba ocurriendo en Nueva York y Washington, tu hija te narraba su pel¨ªcula. Unos hombres malos atacaban con aviones dos edificios muy altos; im¨¢genes que se repet¨ªan constantemente. A veces se interrump¨ªan con la presencia de un locutor que narraba lo que estaba ocurriendo. Era una pel¨ªcula extra?a, mezcla de realidad y ficci¨®n.
Titubeabas al tiempo que otra pel¨ªcula se apoderaba de tu recuerdo, La vida es bella. Dudabas entre mantenerla en la ficci¨®n o transportarla a la realidad. Despu¨¦s supiste que a mucha gente le hab¨ªa ocurrido lo mismo. Hombres y mujeres que hab¨ªan dudado si lo que ve¨ªan era una ficci¨®n o la realidad m¨¢s atroz transmitida por televisi¨®n. Su duda part¨ªa de la incredulidad. En cambio la tuya, su duda, la de tu hija, ten¨ªa otro origen: lo que ve¨ªa por televisi¨®n no lo o¨ªa. Estaba seducida por las im¨¢genes, como tantos otros, pero la informaci¨®n le llegaba entrecortada. Su canal auditivo estaba estropeado. Y el canal de televisi¨®n no era consciente de que los potenciales 930.000 sordos que hay en Espa?a recib¨ªan una informaci¨®n sesgada, incompleta, silenciosa. Muchos de ellos tardaron horas en saber lo que ocurr¨ªa.
Tuviste que optar. Le explicabas la realidad. Lo que estaba ocurriendo. No era una pel¨ªcula. Ve¨ªas c¨®mo abr¨ªa los ojos a medida que tus explicaciones la devolv¨ªan a la realidad. Muchas veces me has dicho que te empleaste a fondo. Descubr¨ªas en su gestualidad las mismas sensaciones que antes t¨² hab¨ªas tenido. La lengua de los signos os comunic¨®, os hizo compartir la realidad.
Fueron momentos importantes. Momentos de duda. Momentos que a ti, madre de una ni?a sorda, te hicieron reflexionar cu¨¢ntas pel¨ªculas hab¨ªan pasado antes por su mente sin que t¨² te apercibieras de ello. El signo, el gesto, os comunicaba.
Al final cambiaste de canal, busc¨¢bais un canal televisivo subtitulado, quer¨ªas que tu hija tuviese la misma informaci¨®n que t¨² recib¨ªas. Quer¨ªas hablar con tu hija en igualdad de condiciones, como lo hab¨ªas hecho en tantas ocasiones. Quer¨ªas que tu hija viviese la realidad. Al final te diste cuenta que no en todas las cadenas de televisi¨®n hab¨ªa una hija con el canal auditivo estropeado. Ni en las compa?¨ªas telef¨®nicas, ni en centros comerciales a los que ella te hab¨ªa acompa?ado, ni en muchos departamentos de la Administraci¨®n, ni en el cine, ni en el teatro, ni en... Cu¨¢ntas ficciones se han encaramado a la percepci¨®n de un sordo antes de descubrir la realidad.
Una realidad cada vez m¨¢s cercana e internacionalizada como demuestra la preocupaci¨®n de la Uni¨®n Europea por atender esta discapacidad a trav¨¦s del Proyecto MOISE, un Modelo de Organizaci¨®n Internacional de Servicios para Personas con Necesidades Educativas Especiales, en cuya elaboraci¨®n y desarrollo ha participado activamente el Instituto Valenciano de Audiofonolog¨ªa y la propia Consejer¨ªa de Bienestar Social.
La catarata de im¨¢genes dio paso a la reflexi¨®n. Esa misma noche pensaste que tu hija tambi¨¦n deb¨ªa conocer otras culturas, otras formas de vivir, en definitiva, una manera de hacerse m¨¢s fuerte y creativa. Era tu oportunidad. Su oportunidad de compartir. Hoy me cuentas que gracias al programa MOISE ella tambi¨¦n participa junto a otros miles de j¨®venes en programas de intercambio europeo. Su experiencia de aquel 11 de septiembre la ha compartido con sordos de otros pa¨ªses, con padres y madres que tambi¨¦n titubearon ante la misma pel¨ªcula. Las respuestas fueron diversas, como Europa, como sus culturas, pero el canal era el mismo: la lengua de los signos.
Hoy, cuando celebramos el D¨ªa Internacional de las Personas Sordas, quiero agradecerte aquella pel¨ªcula que me abri¨® no s¨®lo los ojos, sino esos o¨ªdos que con demasiada frecuencia los no sordos tenemos taponados.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social de la Generalitat.
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