'Me voy con mucha alegr¨ªa'
El d¨ªa 4 de octubre, Curro V¨¢zquez se retira.Y lo hace en la plaza de Vista Alegre, la misma en la que tom¨®, hace ya 33 a?os, la alternativa. Cierra as¨ª una de las carreras m¨¢s bellas y singulares del toreo moderno.
Curro nos recibe en su retiro de Arenas de San Pedro (?vila), en una ma?ana en que el paisaje y la meteorolog¨ªa invitan a la melancol¨ªa. Pero el maestro no est¨¢ melanc¨®lico. Quiere recordar sin amargura. Quiere recordar con la tranquilidad de un hombre que ha logrado conocerse y aceptarse, con la seguridad de un torero con un pasado extraordinario.
'Hace unos a?os, cuando me retir¨¦ por primera vez, estaba triste. Y esa temporada, pensando que no iba a torear m¨¢s, me entristec¨ªa. Ahora no, ahora estoy muy contento. Me voy con mucha alegr¨ªa. S¨ª, porque mi familia y mi gente est¨¢n alegres. Sabemos que no queremos ya m¨¢s del toro. Art¨ªsticamente he conseguido m¨¢s de lo que pensaba. Antes, siempre le daba vueltas a que me hubiera gustado triunfar en Sevilla m¨¢s de lo que lo he hecho. Pero ahora no, ahora me conformo con lo que he conseguido. Nunca he querido ser un n¨²mero uno, y si no lo he sido ser¨¢ porque no he tenido las cualidades que hay que tener para serlo. Cuando era chaval y estaba empezando me fijaba en los toreros que admiraba -Bienvenida, Ord¨®?ez, Anto?ete, Rafael Ortega, Paula, Camino, El Viti- y hablaba de ellos con mis compa?eros continuamente. Ahora me pasa a m¨ª: oigo que hablan de m¨ª, que se fijan en m¨ª, que me respetan. Conque me nombren de vez en cuando y digan que he sido un buen torero me conformo'.
'Es un ejercicio bueno hablar de toros con los que saben, con los que transmiten cosas'
'El que ha toreado mejor con la mano izquierda ha sido Anto?ete'
'Hubo tres a?os seguidos en que todos los 18 de julio me daban una cornada'
Pero Curro V¨¢zquez ha sido m¨¢s -siendo mucho- que un buen torero. Curro ha sido un artista excepcional, de la estirpe de los Paul Celan, J. P. Melville, Lorenzo Lotto o Willy DeVille. Un artista puro, herm¨¦tico, insobornable. Siempre fiel a s¨ª mismo y a su idea del toreo. Una fidelidad que le ha costado mucha sangre.
'Las cornadas influyen mucho en tu carrera, sobre todo cuando est¨¢s empezando. Por ejemplo, la cornada del d¨ªa de la alternativa, en el a?o 69. ?sa me hizo mucho da?o en la cabeza porque era el primer toro que mataba y me peg¨® una cornada fort¨ªsima, muy dolorosa. Me fui a Am¨¦rica a torear, pero no estaba curado de las secuelas que me dej¨® en la cabeza'.
'Luego, las otras que he tenido no me han influido igual, ya estaba m¨¢s hecho. Como la de Madrid en el 83. Esa tan grande. En el sanatorio pensaba que no iba a torear nunca m¨¢s y, sin embargo, estaba toreando al mes siguiente, casi mejor que antes de la cornada. El que es capaz de superarlas, aguanta. El que no, se retira'.
Curro se remueve en la mesa del restaurante donde nos ha invitado a comer. A los toreros no les gusta hablar de las cornadas. Se interesa por el queso y nos sirve vino que ¨¦l casi no prueba. Est¨¢ muy delgado, en forma. Pasea por los bosques y torea de sal¨®n. Y por las noches se mete con su miedo en la cama sin dejar de pensar en la corrida del d¨ªa 4.
Hablamos del miedo y de c¨®mo superarlo. Y de c¨®mo, a veces, un torero, para poder respetarse a s¨ª mismo, tiene que sobreponerse a su miedo, al del p¨²blico y al de sus compa?eros
Sale a colaci¨®n el toro de Pe?ajara, ese elefante de m¨¢s de setecientos kilos que un San Isidro arroll¨® de salida a un jovenc¨ªsimo Joselito, propin¨¢ndole una voltereta tan brutal que todos, p¨²blico y toreros, nos temimos lo peor. Curro, que ese d¨ªa actuaba como director de lidia, se fue inmediatamente hacia el toro. Y su gesto nos calm¨® a todos. Le cort¨® una oreja.
'Pesaba m¨¢s de setecientos kilos. Vi a Joselito volando como un mu?eco y lo pens¨¦ inmediatamente: como no me ponga delante del toro pronto luego me va a costar m¨¢s. Porque ¨¦se es de los momentos que como dudes no sales del burladero. Y ah¨ª es donde te sale la raza de torero. A lo mejor me dorm¨ªa en otros momentos, pero cuando llegaba el momento tr¨¢gico era capaz de solucionarlo'.
Volvemos a la corrida del d¨ªa 4. Saldr¨¢ de tabaco y oro, su color preferido, y se vestir¨¢ en el Victoria -el hotel de Manolete-, igual que el d¨ªa de su alternativa en 1969. Curro conoce bien el valor de las tradiciones. Son una parte esencial de su ideario taurino.
'Desde muy ni?o siempre me ha gustado estar con los toreros. Me encanta rodearme de toreros mayores y escucharlos. Tanto de banderilleros -Michel¨ªn, Bojilla, Almensilla, El Tito de San Bernardo- como de matadores -?ngel Luis Bienvenida, Domingo Domingu¨ªn, etc¨¦tera.-. Se aprende mucho y te entrenas tanto como haciendo ejercicio. Es un ejercicio muy bueno hablar de toros con los que saben, con los que trasmiten cosas'.
'?ltimamente he estado con Rafael de Paula dos d¨ªas: uno en M¨¢laga y otro en Huesca. En M¨¢laga estuvimos hablando de toros hasta las cuatro de la madrugada. Pero no solamente del muletazo, sino de c¨®mo hay que vestirse, y de c¨®mo encaja un color, y de c¨®mo hay que estar en la plaza. Y de eso Rafael sabe el que m¨¢s'.
'Al d¨ªa siguiente en Huesca se subi¨® a la habitaci¨®n mientras me vest¨ªa. Nadie se puede imaginar lo bonito y lo bien que me vest¨ª ese d¨ªa. No quer¨ªa hacer nada mal hecho delante de Rafael. Mi hermano Jos¨¦, que me estaba vistiendo, me dijo: 'Es de los d¨ªas que te he visto vestirte m¨¢s a gusto'. Y era verdad'.
Antes de comer hemos ido al monte a hacer unas fotos. Y all¨ª Curro saca del maletero del coche los capotes que se ha mandado hacer para la despedida: ligeros, de medio forro, con poco apresto. Curro, que, junto con Paula y Anto?ete, es el torero que mejor ha toreado a la ver¨®nica en los ¨²ltimos a?os, coge el capote muy delicadamente, sin darle pellizcos, con las palmas de las manos hacia fuera, como una prolongaci¨®n natural de sus mu?ecas.
'A m¨ª siempre me ha gustado mucho torear con el capote, y me ha gustado mucho ver torear bien con el capote... El capote cuesta m¨¢s que la muleta, quiz¨¢ sea por lo de torear con las dos manos. Es muy dif¨ªcil de explicar. Creo que he tenido facilidad para manejar el capote y le pongo mucho empe?o para que las cosas me salgan bien. Cuando me salen bien dos ver¨®nicas y la media, disfruto m¨¢s que con nada'.
'Lo de parar con las mu?ecas la velocidad del toro y templarlo con el capote volando es una maravilla. Los capotes deben pesar poco, no tienen que tener mucho apresto, porque si est¨¢n muy tiesos no puedes dominarlo con las mu?ecas, y para torear con el capote hay que torear con las mu?ecas'.
?Y con la muleta, cu¨¢l es su mano preferida?
'Hombre, siempre depende de la condici¨®n del toro. Pero, ¨²ltimamente he toreado mejor con la mano izquierda, y eso que al principio me costaba m¨¢s. Me ve¨ªa m¨¢s protegido con la derecha. Pero desde la mitad de mi trayectoria para adelante cog¨ª el ritmo con la mano izquierda y desde entonces creo que he toreado mejor con la mano izquierda que con la derecha'.
Dobla los capotes con cuidado, se queda silencioso y dice: 'El que ha toreado mejor con la izquierda ha sido Anto?ete'.
Como casi todos los toreros artistas, Curro ha sido irregular con la espada. Se lo toma con sentido del humor. 'La espada siempre ha sido mi tal¨®n de Aquiles. Incluso para ver si cambiaba mi suerte le compr¨¦ al Calatrave?o -un matador muy seguro- un juego de espadas que hab¨ªan pertenecido a Chicuelo, pero ni por ¨¦sas. Tendr¨ªa que haberle comprado el brazo. Aunque la verdad, tampoco he sido un desastre. Algunos toros de ¨¦xito grande, sobre todo en Madrid, no los he matado, pero tambi¨¦n he matado alguno que otro bien. No he sido un petardo de dejarme toros vivos. S¨®lo uno, en Vitoria, un 18 de julio. Todav¨ªa viv¨ªa Franco'.
'Para m¨ª, el 18 de julio es una fecha nefasta. Hubo tres a?os seguidos que todos los 18 de julio me daban una cornada. Una de ellas, muy fuerte, me toc¨® en Tijuana. Me pas¨¦ dos meses en el hospital, y como bajaban muchos norteamericanos a verme al sanatorio casi aprendo ingl¨¦s'.
Tijuana. M¨¦xico. Basta pronunciar la palabra M¨¦xico para que a Curro, como a la mayor¨ªa de los toreros de su generaci¨®n, le brillen los ojos de alegr¨ªa.
'?M¨¦xico! Yo me fui a M¨¦xico en el 69 y el ambiente era fant¨¢stico. Me confirm¨® la alternativa Alfredo Leal, y de testigo, Manolo Mart¨ªnez, un figur¨®n del toreo.Despu¨¦s de la corrida vinieron a verme al hotel Rodolfo Gaona [el torero m¨¢s importante que ha dado M¨¦xico y que tore¨® en Espa?a muchas temporadas haciendo cartel y competencia con Joselito y Belmonte] y Cagancho [Gitano de Triana, extraordinario con la muleta, el capote y la espada -Coss¨ªo dixit- ¨ªdolo en M¨¦xico]. ?Imag¨ªnate! Gaona deb¨ªa tener entonces m¨¢s de ochenta a?os, pero estaba en forma. Ven¨ªa vestido con capa espa?ola y sombrero de ala ancha. Ese d¨ªa yo hab¨ªa estado fatal con la espada, y le preguntaron a Gaona cu¨¢l era mi defecto matando para que lo corrigiera. Y Gaona, con ese acento mexicano tan dulce, va y dice: 'Es que el muchacho entra a pinchar, no entra a matar'. ?Qu¨¦ bueno!'.
'A Cagancho, despu¨¦s le trat¨¦ mucho. Era muy amigo de mi suegro, Domingo Domingu¨ªn. Viv¨ªa en la finca de unos amigos. Y cuando bajaba a DF me reun¨ªa con ¨¦l. Le gustaba la conversaci¨®n sin prisas'.
'Un sitio donde yo me lo pasaba enorme en M¨¦xico era en el front¨®n. Hab¨ªa un front¨®n al que le hab¨ªan puesto el nombre de un matador, Antonio Vel¨¢zquez, al que s¨®lo iban toreros. J¨®venes y mayores, como El Soldado y el Calesero. Los mayores ya no jugaban al front¨®n, jugaban al p¨®quer. Yo alternaba, jugaba al front¨®n y despu¨¦s me iba a la mesa de los mayores a jugar al p¨®quer. Y entre partida y partida, pues hablaba de toros con esos toreros tan buenos'.
Y, como siempre que se habla de M¨¦xico, surge Manolete.
'Manolete es el torero que m¨¢s ha influido para que los toreros espa?oles tengamos pasi¨®n por M¨¦xico. Yo me sigo emocionando con lo ol¨¦s, las dianas y el ambiente de la plaza M¨¦xico. Me recuerdan las pel¨ªculas y los v¨ªdeos de Manolete. He visto mil veces el reportaje de su presentaci¨®n y todav¨ªa pego saltos cuando pega la media ver¨®nica o ese natural con la mano tan baja. ?Qu¨¦ personalidad! M¨¦xico es Manolete'.
De camino a su casa hablamos de su familia, de sus hijos y de su mujer, Pati Domingu¨ªn.
'Ella iba a verme a Vista Alegre cuando empezaba. Y yo notaba que hab¨ªa alguien especial en el tendido. Y me motivaba. Delante de la mujer que quieres, de la mujer que te gusta, eres capaz de hacer cualquier esfuerzo'.
Tambi¨¦n le motivar¨ªa el que otros toreros fueran a verle.
'S¨ª, mucho'.
Lo dice bajito, con humildad pero con orgullo, con un orgullo leg¨ªtimo. Curro siempre ha sido un torero de toreros. Algo a lo que tienen acceso s¨®lo los elegidos. Algo que trasciende al p¨²blico, a la cr¨ªtica y a los aficionados, porque no se basa ni en la fama ni en el dinero, sino en algo mucho m¨¢s importante: el respeto de los que saben. Eso queda para siempre.
'En esta profesi¨®n, si no est¨¢s muy motivado es muy dif¨ªcil estar delante del toro. Yo he sido m¨¢s capaz motivado por esas cosas que por el dinero. Siempre he pensado que el dinero se puede ganar de otra manera. Hay que ser muy tonto para pensar que s¨®lo se puede ganar dinero poni¨¦ndote delante de un toro. El dinero es importante, y en esta profesi¨®n, como en todas, procuras ganar el m¨¢ximo. Pero si la profesi¨®n de torero hubiera sido amateur y nadie cobrase, yo hubiera toreado gratis'.
El d¨ªa 4, Curro torear¨¢ su corrida n¨²mero 100 en Madrid (83 en Las Ventas y 17 en Vista Alegre). S¨®lo le ha superado Antonio Bienvenida. Empez¨® en Vista Alegre y termina en Vista Alegre. Se va contento y feliz. Ha hecho los deberes. Nos despedimos. Yo me marcho a Madrid tranquilo y relajado, mientras Curro vuelve a su retiro a reunirse con sus miedos y sus responsabilidades. ?sa es la diferencia entre un director de cine -una profesi¨®n vistosa, pero insulsa- y un matador de toros -una profesi¨®n de verdad respetable-.
El d¨ªa 4 se retira un torero de toreros, un torero de inmensas minor¨ªas. Un artista. El ¨²ltimo de los independientes. Alegr¨ªa para la familia y tristeza para la afici¨®n. Nadie es perfecto.
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