El desaf¨ªo del desmantelamiento
La central estar¨¢ limpia el a?o 2015, seg¨²n el c¨¢lculo del presidente de Enresa
Desmantelar una central nuclear es un proceso de elevado coste, que puede resultar m¨¢s largo que el de construirla y muy complejo por la escasez de precedentes y la falta de resoluci¨®n de algunos problemas t¨¦cnicos asociados, que afectan fundamentalmente a la reducci¨®n de la peligrosidad del combustible gastado.
Zorita no ser¨¢ una excepci¨®n, aunque parte con dos ventajas sustanciales respecto a Vandell¨®s I, cerrada en 1989 tras un grave incendio: su menor tama?o, que disminuye el volumen de combustible y de residuos a tratar, y su diferente dise?o, ya que Zorita funciona con un reactor de agua a presi¨®n (el m¨¢s com¨²n) y la central tarraconense lo hac¨ªa con uno de grafito-gas que produc¨ªa un is¨®topo, cobalto 60, de lenta eliminaci¨®n. De hecho, en Vandell¨®s I se retir¨® ya el combustible at¨®mico (que se envi¨® a Francia) y concluir¨¢ a finales de a?o la fase de desmantelamiento y tratamiento de los edificios, excepto del caj¨®n del reactor, con muros de hormig¨®n de 3,5 metros de espesor y una nueva cubierta met¨¢lica. Tras un periodo de latencia de 25 a?os, la radiactividad en el interior de esta estructura ser¨¢ lo suficientemente baja como para que se pueda derribar y que el conjunto de la instalaci¨®n sea utilizable para cualquier uso.
La principal inc¨®gnita es qu¨¦ ocurrir¨¢ con el combustible gastado, altamente radiactivo
El coste de todo el proceso, que realiza la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) con fondos que proceden del recibo de la luz que pagan los consumidores, se calcula en unos 300 millones de euros (unos 50.000 millones de pesetas), aunque no ser¨ªa de extra?ar que, finalmente, resulte muy superior.
En su comparecencia del lunes ante una comisi¨®n del Congreso, Antonio Colino, presidente de Enresa, dio las primeras pistas de c¨®mo ir¨¢n las cosas en Zorita. La central, asegur¨®, estar¨¢ limpia hacia el a?o 2015. De acuerdo con lo previsto por el Plan de Residuos Radiactivos de 1999, el desmantelamiento comenzar¨¢ tres a?os despu¨¦s del cierre, es decir, el a?o 2009. Ser¨¢ entonces cuando Uni¨®n Fenosa entregue las instalaciones a Enresa, cuyo presidente calcula que se completar¨¢ el proceso en cinco o seis a?os, en torno a 2015, 13 a?os antes que en Vandell¨®s, pese a que la central tarraconenses se cerr¨® 17 a?os antes de cuando lo har¨¢ Zorita.
Adem¨¢s de la cuesti¨®n del tama?o, juega a favor de la planta alcarre?a el hecho de que, por sus caracter¨ªsticas, las tres fases del desmantelamiento (retirada del combustible, desmontaje de los edificios excepto el del reactor, y retirada de ¨¦ste con sus estructuras) se efectuar¨¢n de una tacada.
El proceso podr¨ªa reducirse a¨²n m¨¢s si prospera la iniciativa del PSOE e IU, apoyada por los grupos ecologistas, de que Uni¨®n Fenosa entregue el plan de desmantelamiento con urgencia, tal vez en 2003, y se ponga en pr¨¢ctica apenas cierre la central en abril de 2006. El proceso, asegura Carlos Bravo, de Greenpeace, ser¨¢ una oportunidad de oro para Enresa, que adquirir¨¢ una experiencia muy valiosa que podr¨¢ rentabilizar en el exterior.
Colino explic¨® lo que se daba por descontado: que el 98% de los residuos radiactivos (los de baja y media intensidad) ir¨¢n a parar al cementerio nuclear de El Cabril (C¨®rdoba), una vez acondicionados para eliminar riesgos durante el transporte y almacenamiento.
El presidente de Enresa, sin embargo, no pudo despejar (no estaba en su mano) la principal inc¨®gnita: qu¨¦ ocurrir¨¢ con los residuos de alta actividad, b¨¢sicamente el combustible gastado. Seg¨²n explica el director de Zorita, Aquilino Rodr¨ªguez, la piscina contigua al reactor en que se va guardando tiene capacidad hasta 2015. Pero tendr¨¢n que salir de ah¨ª tras el cierre de la central.
A largo plazo, si se resuelve una bater¨ªa de problemas cient¨ªficos y econ¨®micos, el plan que m¨¢s consenso suscita es la construcci¨®n de un almac¨¦n geol¨®gico profundo (AGP) que recibir¨ªa los residuos de alta actividad de todas las centrales. Antes de eso, para 2010, se prev¨¦ levantar en superficie un almac¨¦n temporal centralizado (ATC). Pero el cierre de Zorita obligar¨¢ probablemente a una decisi¨®n m¨¢s r¨¢pida y espec¨ªfica, aunque sea temporal. Hay dos opciones: utilizar el almac¨¦n de superficie con el que ya cuenta la cercana central de Trillo (cuya tecnolog¨ªa alemana ha hecho que se llene la piscina en apenas 14 a?os) o construir uno individual para la planta alcarre?a. ?sta es la opci¨®n que defiende Greenpeace, opuesta radicalmente al transporte, que considera muy peligroso, de los residuos de alta actividad.
La cuesti¨®n ser¨¢ objeto en los pr¨®ximos a?os de un amplio debate pol¨ªtico, econ¨®mico y social. Y Zorita ser¨¢ la piedra de toque que acelere el proceso de decisi¨®n.
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