Experimentos de gesti¨®n privada
Junto a las ayudas a las amas de casa, otra de las f¨®rmulas impulsadas por Zaplana (que reuni¨® en 1998 a 40.000 jubilados en el estadio de Mestalla) fue subvencionar la estancia en residencias privadas de ancianos a trav¨¦s del denominado bono residencia, un cheque que se puede emplear en esos centros. La medida naci¨® en 1996 y su presupuesto ha crecido de 0,9 millones de euros (368 beneficiarios) a 25,8 este a?o (5.264 beneficiarios). Pero en este caso las cr¨ªticas no s¨®lo vinieron de la oposici¨®n por tratarse, de nuevo, de ayudas graciables. Tambi¨¦n surgieron desde los propios servicios de inspecci¨®n de Bienestar Social, que en un informe elaborado en 1999 subrayaron las 'tardanzas insostenibles' que se produc¨ªan en la liquidaci¨®n al beneficiario, que 'penalizaban a los usuarios sin recursos econ¨®micos'.
En 2001 la falta cr¨®nica de plazas no s¨®lo se manten¨ªa, sino que crec¨ªa de a?o en a?o. En octubre de ese a?o la lista de espera era de 2.879 personas, 1.100 m¨¢s que el a?o anterior. Adem¨¢s, seg¨²n los ¨²ltimos datos comparativos entre autonom¨ªas del Ministerio de Trabajo (de 1999), la Comunidad Valenciana est¨¢ a la cola -s¨®lo superada por Ceuta- en plazas residenciales para la tercera edad.
Ante esta situaci¨®n, la Generalitat lanz¨® a principios del a?o pasado una nueva apuesta que supuso un paso m¨¢s en la colaboraci¨®n con el sector privado. La Consejer¨ªa de Bienestar Social cifr¨® en 9.021 el d¨¦ficit de plazas y convoc¨® un concurso para distribuirlas en funci¨®n de las necesidades por comarcas. Las empresas adjudicatarias se comprometieron a construir y gestionar los centros (de no m¨¢s de 140 residentes) y, a cambio, la Administraci¨®n se quedaba con una tercera parte de las plazas por 38,5 euros al d¨ªa, a trav¨¦s de un contrato de 15 a?os con un m¨¢ximo de dos pr¨®rrogas de cinco a?os.
El consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco, justifica la gesti¨®n de los servicios sociales por empresas privadas en la 'incapacidad' de ofrecer las pol¨ªticas de bienestar que piden los ciudadanos con fondos p¨²blicos. Incluso va m¨¢s lejos y apela a otras fuentes de financiaci¨®n de programas sociales p¨²blicos como los fondos sociales de las cajas de ahorro para cubrir el 'crecimiento exponencial' que experimenta la demanda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.