Los ejemplos franc¨¦s y alem¨¢n
Francia y Alemania encarnan dos maneras distintas de abordar la atenci¨®n a personas dependientes. Mientras en la primera se han implantado ayudas estatales a quienes no pueden valerse por s¨ª mismos, en la segunda se ha establecido un seguro p¨²blico obligatorio para sufragar los costes de asistencia.
Alemania cuenta desde 1995 con un seguro p¨²blico y obligatorio para cubrir estos gastos. Lo sufragan, a partes iguales, los trabajadores y las empresas. Cada mes aportan en total el 1,7% del salario bruto al sistema de seguridad social. Los jubilados tambi¨¦n deben contribuir.
Este seguro cubre la asistencia a domicilio o la residencia en hogares especiales, donde la persona recibe un tratamiento ambulatorio o cl¨ªnico. En 1999, las cajas de enfermedad gastaron 16.300 millones de euros, seg¨²n el Servicio Federal de Estad¨ªsticas. Este dinero cubri¨® los costes del cuidado de 2.016.000 personas. De ellas, 1.440.000 (61,6%) recibieron apoyo en su domicilio o en otra casa privada.
Toda persona dependiente tiene derecho a escoger entre ayuda en especie o en dinero. En el primer caso es atendida por un servicio de la Seguridad Social; en el segundo, el ciudadano recibe una ayuda econ¨®mica con la que paga a la persona que le cuida, aunque sea familiar. Las ayudas mensuales son de 205, 419 o 665 euros. Tambi¨¦n se conceden ayudas para art¨ªculos como camas especiales.
En Francia existe una ayuda estatal espec¨ªfica para los mayores dependientes. Es la 'subvenci¨®n por p¨¦rdida de autonom¨ªa'. Tienen derecho a ella todos los mayores de 60 a?os con dificultades para levantarse, vestirse o desplazarse, tanto si viven en su casa como en la de otra persona o en alguna instituci¨®n, p¨²blica o privada. Permite pagar a alguien que apoye al anciano en esas tareas. Oscila entre los 450 y los 1.100 euros al mes por persona, en funci¨®n de los recursos disponibles del afectado. Establecida por el Gobierno de Lionel Jospin, el actual Ejecutivo conservador advierte de que la financiaci¨®n prevista es muy inferior al auge de la demanda: 715.000 solicitudes desde que entr¨® en vigor, en enero pasado, hasta agosto. Ello hace temer dificultades de aplicaci¨®n para una de las grandes leyes sociales del Gobierno socialista. Tambi¨¦n existen ayudas regionales y locales.
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