Derrota de todos
Comparece ante el Parlamento vasco el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe para lanzar su propuesta de Estado Libre Asociado. Tres t¨¦rminos unidos que nos llevar¨ªan del Cant¨¢brico al Caribe de Puerto Rico, donde, por cierto, cada d¨ªa crece la poblaci¨®n partidaria de abandonar la actual definici¨®n constitucional en aras de una integraci¨®n directa como otra estrella m¨¢s en la bandera de los Estados Unidos. En realidad, antes de ir adelante deber¨ªamos analizar los tres t¨¦rminos de la propuesta. Se dice querer un Estado, figura que s¨®lo ha recibido vituperios, que se ha venido considerando en extinci¨®n, anacr¨®nica, disfuncional, condenada de modo inexorable a vaciarse con la transferencia de competencias por arriba hacia la naciente UE y por abajo hacia el imparable protagonismo de las Regiones, pero se prefiere renunciar a algunas de las notas distintivas de un Estado como la de la Defensa y las Fuerzas Armadas.
Semejante desfallecimiento podr¨ªa adquirir connotaciones costarricenses a menos que el vac¨ªo militar fuera colmado llegado el momento por la organizaci¨®n terrorista que se autodenomina organizaci¨®n armada y que sigue ejerciendo en el Pa¨ªs Vasco como poder f¨¢ctico a respetar. Hace a?os Xabier Arzalluz dec¨ªa que si ETA venciera, los del PNV ser¨ªan balseros; pero el pasado domingo, mientras animaba a los suyos a solidarizarse con los socialistas acudiendo a tomar vinos a las Casas del Pueblo, consideraba de escasa entidad el riesgo que podr¨ªa sobrevenirles por la renovada amenaza etarra que declaraba a PSOE y PP, a sus sedes y a sus actos, objetivo militar. Y es que como dir¨ªa Lluis Mar¨ªa Xirinachs, 'ETA pone bombas pero avisa', y el que avisa no es traidor y verdes las han segado.
El segundo t¨¦rmino de la proposici¨®n formulada por Ibarretxe es el de libre. Pero aqu¨ª lo que se quiere es hacer el recorrido en sentido contrario y abolir la libertad que cada uno tiene ahora de optar conforme a sus convicciones y a sus expectativas para establecer la obligatoriedad de adherirse al credo y las apuestas del nacionalismo peneuvista, como si fuera del peneuvismo no hubiera salvaci¨®n c¨ªvica ni posibilidad de obtener el reconocimiento de la plena ciudadan¨ªa. Eso s¨ª, con generosidad magn¨¢nima se dejan abiertas algunas posibilidades para los recalcitrantes que se empe?en en seguir siendo espa?oles. Podr¨¢n elegir entre ser como portugueses en Luxemburgo o como alemanes en Mallorca. Por eso tiene todo el sentido la convocatoria c¨ªvica contra la obligatoriedad del nacionalismo que han puesto en marcha Fernando Savater y otros temerarios amigos instalados en la cegadora claridad del ?Basta ya!.
Por ah¨ª llegamos a la tercera nota del predicado esencial, la de asociado. Pero un primer examen revela que se trata exactamente de lo contrario, que el prop¨®sito muy preciso es el de disociar. Lo dec¨ªan con toda claridad -good bye Spain- las pegatinas adheridas a las camisetas de la campa donde se celebraba el Alderdi Eguna. Se quiere hacer borr¨®n del pasado de tantos siglos en com¨²n y abrir una cuenta nueva a partir del sue?o disparatado de Sabino Arana, una figura a la que sigue sin hacerse justicia. Suma de posiciones reaccionarias y racistas sobre las cuales ser¨ªa imposible edificar otra cosa que desprop¨®sitos inviables en amalgama inseparable con invenciones hist¨®ricas fraudulentas incapaces de resistir un an¨¢lisis riguroso basado en datos reales. Pero ah¨ª estamos. In¨²til llorar sobre la leche derramada. El horizonte se estrecha y se oscurece.
Pareciera que caminamos hacia la derrota de todos. El viernes pasado en el Parlamento de Vitoria el lehendakari coloc¨® una bomba dial¨¦ctica de fragmentaci¨®n y aqu¨ª, despu¨¦s de habernos familiarizado con la discrepancia leg¨ªtima, deberemos entrenarnos en la nueva actitud de prietas las filas mientras cada ma?ana nos pasan lista a la federica. Todo indica que se preparan tiempos de alineamiento milim¨¦trico. Discrepar en cualquier lugar ser¨¢ sin¨®nimo de traicionar y todos seremos sometidos a un severo entrenamiento para progresar en el adiestramiento de vernos como enemigos, para el cultivo incesante del antagonismo cainita. Entretanto la Espa?a del d¨¦ficit cero, la Espa?a ejemplar de Aznar-Rato-Montoro que se supon¨ªa al abrigo de coyunturas internacionales desfavorables recupera su posici¨®n tradicional de inv¨¢lida generadora de compasi¨®n por la que pagaremos un alt¨ªsimo precio. Habr¨¢ que repasar el coste de la no-Espa?a avanzado en EL PA?S (v¨¦ase la p¨¢gina 13 de la edici¨®n del 17 de julio de 2001). ?Ser¨¢ por dinero? Vale.
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