Demasiadas preguntas

?Qui¨¦n pod¨ªa creer que iba a suceder tal cosa cuando todo se hab¨ªa proyectado con ilusi¨®n hacia un recorrido solidario, con sus sobresaltos, pero com¨²n, hacia la cicatrizaci¨®n de tantas heridas? ?Qui¨¦n pod¨ªa sospecharlo cuando todo apuntaba a que unos asum¨ªan las llagas ajenas como propias, que las sufr¨ªan, y hubieran dado todo, todo, por evit¨¢rselas a esas v¨ªctimas tan in¨²tiles y aleatorias que se iban sumando a las acumuladas en un siglo cruel? ?C¨®mo creer que quien viene de nuestra propia pila, nuestros h¨¢bitos y educaci¨®n, nuestro esforzado recorrido de conquista de valores, en jesuitas e Iglesia, en democracia y oposici¨®n a la dictadura, puede llegar a plantearnos, desde una obscena frialdad ret¨®rica, la demolici¨®n de todo lo que nos ha unido durante siglos? ?C¨®mo vamos a dejar de ser vascos en 12 meses y por decisi¨®n de un bur¨®crata y de los asesinos que lo vigilan, todos aqu¨¦llos que durante siglos han hecho de la comuni¨®n de los intereses vascos y del resto de Espa?a un caudal de energ¨ªa que ha conquistado el Nuevo Mundo, forjado algunas de las mayores gestas del mundo occidental y escrito las mejores p¨¢ginas de la historia espa?ola?

Ni siquiera es ya repugnancia lo que producen las palabras de Ibarretxe y Arzalluz. Hace tiempo que es pena. Los anonadados y deprimidos somos legi¨®n y respondemos al c¨¢lculo coqueto que el lehendakari ha hecho para mayor ¨¦xito de sus mis¨¦rrimas fantas¨ªas ¨¦tnico-id¨ªlico-campesinas. Fracasar¨¢, muy probablemente, porque su opci¨®n es un drama como fue el de Milosevic en 1989 al invitar a todos los que no comulgaran con su etnicismo milenarista a huir ante la amenaza de muerte o condenarse a la tortura. ?C¨®mo un tecn¨®crata con la mejor formaci¨®n posible en Occidente, educado en la tolerancia, se puede convertir, como Ibarretxe, en un palad¨ªn de las miserias de un aparatchik comunista con vocaci¨®n genocida? ?Qui¨¦n va a evitar que el PNV y EA acaben en el mismo banquillo de ETA cuando se acumulen los muertos, los desplazados y los sufrientes en esa sociedad que, insisten, tanta normalidad acumula? ?D¨®nde est¨¢ la compasi¨®n, d¨®nde la decencia? Muchas preguntas. Las respuestas pocas, angustiosas. Lo eran en los a?os 30 en N¨¹remberg donde, como el viernes con Ibarretxe, se proclam¨® libre la veda del ciudadano no consciente en sus criterios raciales. 'Muerte a los constitucionalistas en sus sedes'. 'Judenfrei': libres de jud¨ªos las ciudades alemanas.

?Cu¨¢ntas mentiras se han tenido que contar en 25 a?os de escuela nacionalista para que surjan generaciones con vocaci¨®n de camisas pardas? ?Cu¨¢ntas falacias hist¨®ricas y cu¨¢ntos enemigos inventados han adquirido cuerpo para que un representante institucional nos lance tan miserable f¨¢bula si no le apuntan con una pistola? ?Hasta donde llega la miseria humana? ?Hasta donde la cobard¨ªa? Demasiadas preguntas.