Esta Bolsa es una ruina
Los mercados de acciones de todo el mundo siguen reflejando una profunda desconfianza inversora que est¨¢ resultando fatal para los peque?os ahorradores y los inversores incorporados a la Bolsa en los ¨²ltimos a?os. Ayer, los tambores de guerra en Irak fueron el factor inmediato que explica el hundimiento generalizado de todos los parqu¨¦s europeos, incluyendo el espa?ol: el Ibex 35, que refleja las cotizaciones de las 35 empresas espa?olas m¨¢s importantes, baj¨® el 3,53%, lo que eleva al 35,3% el retroceso acumulado en 2002.
Por m¨¢s que se intente desde instancias pol¨ªticas, ya no se puede disimular que estamos ante una crisis financiera de cierta gravedad. Los mercados de acciones han sufrido en los ¨²ltimos tres a?os continuos traumas. Primero fue la evidencia de que se iba a producir una correcci¨®n dr¨¢stica de la burbuja financiera. Luego, cuando los ahorradores empezaban a asimilar el empeoramiento del ciclo, aconteci¨® el drama del 11 de septiembre. Sin tiempo para retirar los escombros del World Trade Center, estall¨® el caso Enron, que revel¨® las trampas contables de las empresas y los fraudes de los directivos de algunas de las compa?¨ªas m¨¢s grandes del mundo. Ahora surge la incertidumbre de una intervenci¨®n militar sobre Irak. Y todo sin contar la mala situaci¨®n cr¨®nica en Am¨¦rica Latina. ?Alguien puede extra?arse de que los ahorradores abandonen prudentemente la renta fija y cultiven con esmero la aversi¨®n al riesgo que denuncian los analistas?
Nunca antes hab¨ªa coincidido una depresi¨®n tan continuada de los valores con un n¨²mero tan elevado de inversores que confiaron sus ahorros a las contingencias del mercado. Hay que temer que esta coincidencia obstaculizar¨¢ las expectativas de recuperaci¨®n econ¨®mica en Estados Unidos y en la UEM. Rodrigo Rato asegur¨® ayer que no hay razones para el p¨¢nico, porque 'tenemos unas econom¨ªas y unas bolsas muy s¨®lidas'. No deben serlo tanto cuando los inversores llevan camino de perder la mitad de sus ahorros; y, en todo caso, adem¨¢s de euforia, ser¨¢ necesario garantizar la transparencia y equidad de la informaci¨®n empresarial para devolver la confianza a los inversores.
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