Ciudades para vivir mejor
La ¨¦poca de cambios vertiginosos en la que vivimos ha producido transformaciones sustanciales en todos los elementos que inciden en la vida municipal: en la gesti¨®n del espacio y del territorio, en las pautas y procesos de administraci¨®n de los recursos p¨²blicos, en la naturaleza y posibilidades de provisi¨®n de bienes, en la gesti¨®n empresarial, en fin, en las propias bases de la vida cotidiana, de la socializaci¨®n de la pol¨ªtica y de la cultura.
Sin embargo, es parad¨®jico que nuestros ayuntamientos, salvando sin duda excepciones muy puntuales, no hayan sido a¨²n participes en toda su magnitud de estos cambios. La modernizaci¨®n de la vida municipal, la adaptaci¨®n de la pol¨ªtica local y de su gesti¨®n mas descentralizada a las m¨¢s modernas expresiones de la sociedad del conocimiento y de innovaci¨®n permanente constituyen, por lo tanto, un reto al que debemos hacer frente sin demasiadas dilaciones.
Para ello hemos de considerar en primer t¨¦rmino que no existen l¨®gicas sociales inalterables y que no todas nos conducen obligadamente en la senda de la desigualdad, de la mercantilizaci¨®n y del deterioro de los lazos colectivos que vienen de la mano de las pol¨ªticas neoliberales que en nuestro pa¨ªs ejecuta el Partido Popular.
Existen afortunadamente experiencias de gesti¨®n y de poder local, que si bien es verdad que no son tan abundantes como quisi¨¦ramos, nos indican que hay otros modos, otros caminos, otras formas de entender la pol¨ªtica y de plantear y resolver los problemas de los ciudadanos.
La pol¨ªtica del Partido Popular se traduce en cemento, especulaci¨®n, desorden urban¨ªstico y en el alejamiento de la ciudadan¨ªa de los lugares donde se toman las decisiones. Su estrategia de permanente privatizaci¨®n de las decisiones urban¨ªsticas, de la gesti¨®n de servicios y hasta de la provisi¨®n de bienes culturales no es la ¨²nica posible como ellos pretenden. Se trata, por el contrario, de la manera f¨¢cil de servir a los intereses privados con un total desprecio de las preferencias de la mayor¨ªa de los ciudadanos, como lo prueba el hecho de que en la mayor¨ªa de las ocasiones sus dirigentes no se atrevan a indicar en p¨²blico lo que realmente se proponen y lo que efectivamente implican sus decisiones.
Frente a las formas de gobierno que pretende imponer el Partido Popular es muy necesario y posible conformar mayor¨ªas municipales que traigan consigo, y puedan garantizar, formas distintas de hacer pol¨ªtica y gesti¨®n local.
Hemos de recuperar el espacio municipal como el ¨¢mbito privilegiado que es la democracia deliberativa que precisa una sociedad que no quiere vivir al dictado de los intereses privados, de la mercantilizaci¨®n compulsiva de la vida social y de espaldas al planteamiento y resoluci¨®n de los problemas que le afecta.
Es preciso tambi¨¦n modernizar la administraci¨®n municipal, convertirla en una aut¨¦ntica gesti¨®n digital que implique m¨¢s inmediatez, menores costes y retroactividad en las relaciones con los administrados.
Los municipios, por otro lado, deben ser la fuente de las sinergias y los incentivos que precisa la creaci¨®n de los nuevos tejidos productivos en red que se corresponde con la nueva base tecnol¨®gica de nuestra ¨¦poca.
El poder local debe ser, adem¨¢s, el definidor de las pol¨ªticas sociales, y de forma muy particular de las pol¨ªticas de integraci¨®n en respuesta a los movimientos migratorios. El municipio no puede desentenderse de ello, trasladar su responsabilidad a organizaciones no gubernamentales, o apelando a la consideraci¨®n p¨²blica.
Y, finalmente, nuestros ayuntamientos han de ser la vanguardia de la modernidad frente a la chabacaner¨ªa y banalizaci¨®n de la cultura y de las relaciones sociales. Precisamente porque son la administraci¨®n m¨¢s cercana a los ciudadanos, los municipios deber¨ªan convertirse en escuela de valores y en fuente de una nueva ciudadan¨ªa.
Apenas queda un a?o para que se celebren las elecciones municipales. Debemos ser conscientes de que, por la singular coyuntura de cambio hist¨®rico que vivimos, nos estaremos jugando la oportunidad de protagonizar una nueva modernizaci¨®n local que estar¨¢ orientado hacia el bienestar y la equidad, como proponemos los socialistas. Con una administraci¨®n pr¨®xima, que sea sensible a la demanda de los ciudadanos, donde puedan ser protagonistas y participes en un nuevo dise?o de convivencia municipal. Evitando la crispaci¨®n y el desencuentro. Una democracia de calidad.
Queda, pues, el tiempo justo para generar ilusi¨®n colectiva, para movilizar a los sectores progresistas, para convertir en proyectos pr¨®ximos y viables nuestra inteligencia creativa y, en definitiva, para aunar las fuerzas que nos permitan que nuestras ciudades del siglo veintiuno sean, sobre todo, ciudades pensadas y gestionadas para que todos vivamos mejor.
Marisa Bustinduy Barrero es candidata del PSOE al Ayuntamiento de M¨¢laga .
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