Gin¨¦s Li¨¦bana, de profesi¨®n activo
El pintor y escritor andaluz prepara a sus 81 a?os tres libros y una exposici¨®n
'Soy de profesi¨®n activo. Artista es una palabra que me da mucha risa'. Las afirmaciones del pintor y escritor Gin¨¦s Li¨¦bana (Torredonjimeno, Ja¨¦n, 1921) son la carta de presentaci¨®n de un hombre que detesta los t¨®picos que se petrifican a lo largo de los siglos y apuesta por los sue?os, el placer, la fantas¨ªa y la amistad. Li¨¦bana no para de crear pasados los 80 a?os. Cuadros, ideas, viajes, escritos y libros se acumulan en un desbordamiento de talento mientras emplea el tiempo que le sobra en ense?ar a pintar. Su vida ha desembocado en una fiesta de la creaci¨®n a una edad en la que otros se retiran a sus cuarteles de invierno para dedicarse a vivir de sus recuerdos. 'Tengo 81 a?os. Yo mismo me extra?o de todas las cosas que hago. Es como una dinamo que se pone a andar. El propio trabajo te da energ¨ªa', confiesa en su casa de Madrid.
Li¨¦bana ultima ahora tres libros que conf¨ªa sacar pronto a la calle. 'Preparo los libros Traves¨ªa de la humedad. Se trata de poemas que mezclan la sensualidad, el misticismo, el humor y la iron¨ªa. El andaluna. Su t¨ªtulo hace referencia al andaluz, al que llamo as¨ª por lo que tenga de lun¨¢tico. Y, finalmente, El horno est¨¢ en la calle, que hace referencia al calor en Andaluc¨ªa', explica. Los libros de Li¨¦bana pueden desconcertar a un lector cartesiano, firme cumplidor de las leyes de la causa y el efecto. Porque su obra revienta de fantas¨ªa y gozo. El dramaturgo Francisco Nieva lo defini¨® en una ocasi¨®n como 'un vanguardista osado, radical y enigm¨¢tico'. Li¨¦bana prepara tambi¨¦n 'una exposici¨®n que es un taller en el que intervienen varias alumnas'.
El pintor abandon¨® en su ni?ez su localidad natal de Torredonjimeno para dirigirse a C¨®rdoba con su familia. En los a?os cuarenta fund¨® la revista C¨¢ntico junto a los escritores Ricardo Molina, Juan Bernier y Pablo Garc¨ªa Baena. Li¨¦bana realizaba tareas de ilustrador en la revista. A finales de esa d¨¦cada y principios de la siguiente comenzaron sus exposiciones individuales y colectivas.
Tres caminos marcan su obra gr¨¢fica: los dibujos de ¨¢ngeles, los retratos y los cuadros de un universo fant¨¢stico. Entre los retratados figuran personajes de la cultura y el espect¨¢culo como Antonio L¨®pez o Nuria Espert. Sus cuadros fant¨¢sticos se internan en unos paisajes ba?ados por lo fantasmag¨®rico y lo inquietante. Castillos abandonados, laberintos, vestigios de civilizaciones, m¨¢scaras y ruinas esbozan un mundo que se nutre de los miedos y deseos del ser humano.
Li¨¦bana se queja de la 'dictadura del arte abstracto'. 'Cuando fui a vivir a Par¨ªs en 1950 quer¨ªa divertirme. Estaba harto de persecuciones. El arte abstracto era una especie de tiran¨ªa: no se pod¨ªa pintar en caballete, hab¨ªa que pintar en el suelo con brochas... Al principio yo cre¨ªa que los pintores abstractos eran blasfemos, ateos y despeinados. Pero, en realidad, eran comedidos y cursis. Pintar retratos, ser feliz y comer jam¨®n lo consideraban de derechas', ironiza.
Par¨ªs es parte de una biograf¨ªa con otros episodios en lugares m¨¢gicos como R¨ªo de Janeiro y Venecia. 'Viv¨ª 13 a?os en Par¨ªs con una brasile?a clavecinista de un gran talento. Sab¨ªa tocar a Bach como si fuera flamenco. Par¨ªs ablanda. Los artistas cuando viven en Par¨ªs no ganan con la madurez, sino que pierden. No s¨¦ por qu¨¦ pasa esto. Los franceses son analfabetos de alma. Mira lo que han hecho con Van Gogh, con Rimbaud, con Gauguin. Los machacaron y cuando se murieron los explotaron. Los dejaron morir de hambre. Los franceses se traen una gran patra?a con eso de la protecci¨®n del arte', concluye.
Unos ¨¢ngeles llenos de humor
Los ¨¢ngeles acompa?an a Gin¨¦s Li¨¦bana desde su infancia en C¨®rdoba como una alegre compa?¨ªa de seres optimistas, juguetones, caprichosos, encantadores y sempiternos metepatas. Sus dibujos de ¨¢ngeles trazan una de las l¨ªneas esenciales de su obra. En su libro A ver si se atreve el viento, publicado hace a?o y medio por la editorial cordobesa Edisur, los ¨¢ngeles dominan el paisaje como una invitaci¨®n a la esperanza. 'Trabajo conectado con la alegr¨ªa de vivir. Afirmado en una continuidad vigilada, donde el futuro del creador no es incierto, ni se diluye en el desamparo y la indigencia', se?ala Li¨¦bana en este libro. 'Esta naturaleza que nos rodea es un inmenso fest¨ªn', resume el autor. Y los ¨¢ngeles de sus dibujos andan en bicicleta, juegan al f¨²tbol, van en moto, montan a caballo, toman la pluma para escribir, tocan la guitarra... Li¨¦bana firm¨® su pacto con los ¨¢ngeles cuando era ni?o. 'En C¨®rdoba hay ¨¢ngeles en las esquinas y en las iglesias. C¨®rdoba es la ciudad del arc¨¢ngel. Al llegar yo era un ni?o y vi todos esos ¨¢ngeles', recuerda. 'Un hombre que vuela y que, al mismo tiempo, no tiene sexo es algo misterioso. Los ¨¢ngeles son como unos ni?os encantadores. Pero cometen toda clase de errores porque no tienen sexo ni sentimiento de culpabilidad', se?ala Li¨¦bana. 'A diferencia de los ¨¢ngeles de Rafael Alberti, los m¨ªos son ¨¢ngeles de humor', concluye.
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