'Vot¨¢bamos por la vida y el hedonismo'
Gin¨¦s Li¨¦bana fue uno de esos j¨®venes que en la C¨®rdoba de los a?os cuarenta trataron de reafirmar el placer y la belleza. Rodeados por el miedo y la violencia silenciosa que supuraba la dictadura, Ricardo Molina, Juan Bernier y Pablo Garc¨ªa Baena fundaron la revista C¨¢ntico. Quer¨ªan abrir una ventana al exterior en una Espa?a cerrada, amedrentada por la guerra civil y la represi¨®n. No quer¨ªan comulgar con las ruedas de molino de una l¨ªrica que basculaba entre los gloriosos remedos de las preceptivas imperiales y las toscas buenas intenciones de los poetas sociales. Gin¨¦s Li¨¦bana particip¨® en la fundaci¨®n de C¨¢ntico con el genio de sus ilustraciones.
Li¨¦bana define como 'muy vital' estar en C¨¢ntico. 'Ha sido impresionante frecuentar a escritores de la talla de Juan Bernier o Ricardo Molina', dice. 'Juan Bernier era un ser delicado y fuerte a la vez. Al final, se volvi¨® muy pesimista, seguramente porque el ambiente de C¨®rdoba deprime. Sin embargo, C¨¢ntico se distingui¨® por el hecho de que vot¨¢bamos por la vida y el hedonismo', asevera. 'Ricardo Molina era de las personas m¨¢s brillantes que he conocido. Ten¨ªa una memoria, una inteligencia y un sentido del humor extraordinarios. Era muy sencillo y muy culto. Pablo Garc¨ªa Baena es la exquisitez m¨¢xima', evoca Li¨¦bana. Aquellos j¨®venes creadores se movieron en un ¨¢mbito no demasiado propicio. 'C¨®rdoba es ap¨¢tica e indiferente, pero con una indiferencia elegante. No hay vitalidad. Vas a los sitios y est¨¢n todos vac¨ªos. No hay nadie. Es como algo aristocr¨¢tico. Para hacer cosas de acci¨®n en C¨®rdoba hay una lentitud... que s¨®lo es preciosa en los toreros', explica el pintor.
Una de las se?as de identidad de C¨¢ntico fue la reivindicaci¨®n de Luis Cernuda. El poeta sevillano viv¨ªa apartado en su exilio mexicano. C¨¢ntico contribuy¨® con fuerza a dar lustre a un poeta que a partir de entonces empez¨® a crecer en la literatura espa?ola hasta alcanzar el tama?o de un gigante. 'Le¨ª a Cernuda a los 15 a?os. Estuve en Oxford en casa de Salvador de Madariaga, donde hab¨ªa vivido Cernuda. En el jard¨ªn de la casa hab¨ªa un cementerio. Te puedes imaginar lo que significaba esto para un sevillano. Cernuda era muy supersticioso y se fue de la casa', comenta entre risas. 'En C¨¢ntico hac¨ªamos iron¨ªa de nosotros mismos, de esa cosa exagerada y tan maravillosa de Rub¨¦n Dar¨ªo y Villaespesa... De esa melancol¨ªa de Valle-Incl¨¢n y Romero de Torres', agrega.
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