Elogio de Pietro Ingrao
La Universidad de Barcelona nombrar¨¢ hoy doctor honoris causa a Pietro Ingrao. Es todo un acontecimiento que no deber¨ªa pasar desapercibido a la sociedad barcelonesa. Pues adem¨¢s de un evento acad¨¦mico, este nombramiento es un acto de valent¨ªa que honra a nuestra primera universidad. Es un acontecimiento acad¨¦mico porque la universidad rinde homenaje a una de las personalidades m¨¢s fascinantes de la historia europea del siglo XX. Y es un acto de valent¨ªa porque son contad¨ªsimas las ocasiones en que la academia se abre al reconocimiento de los m¨¦ritos de un intelectual comunista que no ha renunciado a sus ideas. En los tiempos que corren un hecho as¨ª tiene algo de ins¨®lito. Y, sin embargo, este reconocimiento es de justicia.
A sus 87 a?os, Pietro Ingrao es un s¨ªmbolo. Es historia viva de lo mejor del comunismo italiano que, a su vez, habr¨¢ sido lo mejor que ha dado el comunismo europeo del siglo XX. Ingrao estuvo en la organizaci¨®n de una de las pocas huelgas contra el nazismo que se hicieron en la Europa ocupada, en 1943, en Mil¨¢n, y 60 a?os despu¨¦s, hace unas semanas, ha estado en Roma en la m¨¢s multitudiaria manifestaci¨®n antiautoritaria de la historia de Italia. Ya s¨®lo por eso, probablemente, cuando haya pasado del todo la resaca de la guerra fr¨ªa y se haya superado la ideolog¨ªa de la guerra de civilizaciones que hoy domina, cuando se hayan pacificado las conciencias y pueda escribirse el Libro Blanco del comunismo del siglo XX, Pietro Ingrao ocupar¨¢ un lugar relevante en sus p¨¢ginas. Tambi¨¦n eso llegar¨¢, es de esperar, despu¨¦s del rosario de la aurora de la raz¨®n laica en que ahora estamos. Quiero suponer que con este reconocimiento a Pietro Ingrao la comunidad universitaria no s¨®lo hace justicia por nostalgia, sino que se adelanta unos a?os a la raz¨®n ecu¨¢nime que vendr¨¢.
Nacido en 1915, Pietro Ingrao estudi¨® derecho y letras en la Italia de Mussolini. Fue all¨ª un universitario antifascista. Desde joven se sinti¨® atra¨ªdo por el cine: colabor¨® con Luchino Visconti, como guionista y ayudante de direcci¨®n, en la pel¨ªcula Ossesione. Despu¨¦s de la liberaci¨®n, entre 1947 y 1956, dirigi¨® L'Unit¨¤, uno de los mejores peri¨®dicos comunistas europeos de todos los tiempos, donde se dieron cita diaria algunos de los m¨¢s serios intelectuales italianos de la ¨¦poca. De ah¨ª, de aquella colaboraci¨®n en la togliattiana 'batalla de las ideas', naci¨® un periodismo culto, informado, comprometido y combativo que en los a?os de la guerra fr¨ªa influy¨® mucho no s¨®lo en Europa, sino tambi¨¦n en Am¨¦rica Latina.
En las d¨¦cadas centrales del siglo XX se dec¨ªa que Ingrao representaba la izquierda de la izquierda pol¨ªtica, la izquierda del partido comunista italiano, el mayor, m¨¢s culto y mejor organizado de los partidos comunistas de la Europa occidental. En 1966, en el XI Congreso del PCI, Ingrao reivindic¨® el derecho a la disidencia. En 1968 presid¨ªa el grupo parlamentario comunista. En 1976 fue elegido presidente de la C¨¢mara de Diputados. Lo fue durante tres a?os. Mientras tanto, Ingrao altern¨® el trabajo pol¨ªtico con la presidencia del Centro de Estudios para la Reforma del Estado, una instituci¨®n que impuls¨® interesant¨ªsimas publicaciones, como la revista Democrazia i diritto. Cuando se hundi¨® el llamado 'mundo socialista' y el PCI abandon¨® su identidad, Ingrao qued¨® en medio, fuera del PDS y fuera de Rifondazione Comunista. En 1993 se qued¨® sin partido, pero no se retir¨®: se dio a conocer como poeta y sigui¨® pensando en aquellas cosas que muchos pol¨ªticos llaman 'imposibles' y sin las cuales no se puede pensar de verdad. Eligi¨® entonces frecuentemente la forma dialogada de comunicar y en 1998 fund¨® para eso, con Rosana Rossanda, Luigi Pintor, Lucio Magri y Fausto Bertinotti La revista de Il Manifesto.
Siempre fue Ingrao, ya desde la ¨¦poca de Togliatti, un comunista inc¨®modo, independiente, con pensamiento propio, brillante en el an¨¢lisis escrito y brillant¨ªsimo en la comunicaci¨®n oral de las ideas. Le recuerdo, como ejemplo admirado, en los mejores a?os del PSUC aqu¨ª, cuando se acababa de traducir su libro Las masas y el poder (Cr¨ªtica, 1978). Le recuerdo, a¨²n fascinado yo por su verbo fresco y pleno de matices, en una mesa redonda organizada por los j¨®venes comunistas en la fiesta romana de L'Unit¨¤ cuando el PCI era todav¨ªa la principal fuerza pol¨ªtico-cultural de Italia: Ingrao ten¨ªa ya casi setenta a?os, pero conectaba como nadie con las preocupaciones de los j¨®venes, abierto, como fue siempre, a los retos que hab¨ªa de abordar el socialismo. Le recuerdo, finalmente, ya en las horas bajas del comunismo italiano, en uno de los proyectos del centro para la reforma del Estado, por su agudo diagn¨®stico de la evoluci¨®n de la democracia en Europa y por sus ideas innovadoras sobre la relaci¨®n entre los de abajo y la pol¨ªtica. ?l fue de los primeros en proponer la ampliaci¨®n de la democracia representativa en democracia participativa. Como fue tambi¨¦n de los primeros en darse cuenta de la importancia de la crisis ecol¨®gica y de la necesidad de incorporar el ecologismo al programa comunista. Y de los primeros en impulsar el nuevo pacifismo que estaba rebrotando al calor de las manifestaciones de los a?os ochenta.
Aunque Ingrao ha sido un s¨ªmbolo para muchos aqu¨ª, se ha traducido poco al catal¨¢n y al espa?ol. Menos, desde luego, de lo que merec¨ªa su obra abierta y cr¨ªtica, su reflexi¨®n aguda sobre lo pol¨ªtico y lo social. Ingrao ha sido un pol¨ªtico cult¨ªsimo con alma de poeta. Pero su poes¨ªa -Il dubbio dei vincitori (1986), L?alta febbre del fare (1994), Sul calar della sera (1990)- es casi desconocida entre nosotros. Su libro autobiogr¨¢fico, Le cose imposibili, publicado en Italia en 1990, no ha pasado de ser aqu¨ª un libro de culto para unos pocos. Y la principal recopilaci¨®n de sus escritos e intervenciones pol¨ªticas, Interventi sul campo, est¨¢ tambi¨¦n por traducir.
La Universidad de Barcelona nos brinda una excelente oportunidad para dar a conocer sus ideas, las de un pensador y hombre de acci¨®n que ha hecho mucho por la revitalizaci¨®n del ideario socialista, por la paz y por la pervivencia de la raz¨®n laica. Leyendo a Ingrao y escuchando su palabra clara los j¨®venes universitarios de hoy entender¨¢n mejor la opini¨®n de sus padres sobre lo que fue aqu¨ª, para nosotros, en los tiempos sombr¨ªos del franquismo, la cultura pol¨ªtica italiana. Para los viejos rojos, que seguimos admirando a Ingrao, este reconocimiento de la Universidad de Barcelona es la ocasi¨®n de manifestar un agradecimiento intelectual que en los a?os dif¨ªciles de la clandestinidad no pudimos o no supimos expresar. Y para la ciudadan¨ªa en general tal vez sea la ocasi¨®n de conocer, ya sin nostalgia, a uno de los representantes m¨¢s preclaros de la pasi¨®n razonada en la ¨¦poca de la gran ilusi¨®n igualitaria. Que es, al fin y al cabo, nuestra ¨¦poca de siempre, la ¨¦poca de los humanos civilmente comprometidos.
Francisco Fern¨¢ndez-Buey es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra.
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