Heynckes hurga enla herida del Athletic
El club cree que sus declaraciones de autoestima son inoportunas y poco pedag¨®gicas
Las declaraciones de Jupp Heynckes, considerando un lujo su presencia en el Athletic, han abierto una herida innecesaria en un club suficientemente lastimado. Ni a la directiva, ni a los jugadores, ni a la afici¨®n les ha parecido oportuno el ejercicio de autoestima del t¨¦cnico alem¨¢n, m¨¢s cercano al pecado de soberbia que al instinto de control y superaci¨®n.
A la directiva rojiblanca no le ha gustado el exceso verbal del t¨¦cnico, poni¨¦ndose por encima del club para ratificar p¨²blicamente su dominio de la situaci¨®n. En una plantilla psicol¨®gicamente muy d¨¦bil, muy lejana a los a?os en los que el sentido de pertenencia a un club singular serv¨ªa para ganar partidos o salvar la categor¨ªa, las declaraciones de Heynckes pueden ser malinterpretadas y conseguir precisamente el efecto contrario al que persegu¨ªan. Los jugadores pueden entender que el entrenador minusvalora sus prestaciones y pr¨¢cticamente condena a la plantilla a una lucha por la supervivencia para la que no est¨¢ entrenada.
En el aficionado, las declaraciones lujosas de Heynckes abren un abanico de interpretaciones poco generosas con un t¨¦cnico mayoritariamente admitido pero con el que siempre ha topado con sus excesos personalistas.
En definitiva, una situaci¨®n indeseable cuando el Athletic se encuentra inmerso en un periodo de reflexi¨®n profunda sobre c¨®mo reconducir la gesti¨®n de su identidad particularista, precisamente cuando peor es su situaci¨®n deportiva (un punto conseguido de doce disputados).
A la directiva no le disgusta el ejercicio de autoestima realizado por Heynckes, reclamando su categor¨ªa para lidiar situaciones dif¨ªciles y, por tanto transmitir, un mensaje de confianza personalizado en su casi impecable trayectoria profesional. Heynckes ha tratado de promover la autoestima, se piensa, pero de forma verbalmente equivocada. No es la primera vez que ocurre que los mensajes del t¨¦cnico alem¨¢n, en primera persona, se entienden como operaciones de salvamento personal frente a dificultades estructurales del club (filosof¨ªa, cambios en el f¨²tbol profesional, lesiones, etc...)
Ese mensaje es interpretado por muchos aficionados como una dicotom¨ªa imperdonable: 'Yo soy bueno, pero el club, con su filosof¨ªa, es imposible y est¨¢ condenado a sufrir', parece sugerir Heynckes cuando recurre a lugares tan comunes como imposibles en la comparaci¨®n -'Qu¨¦ ser¨ªa el Bar?a o del Bayern si jugaran s¨®lo con catalanes o b¨¢varos', dijo-. Comparaci¨®n imposible, porque ni uno ni otro ha optado por la filosof¨ªa del Athletic, que no es ni mejor ni peor que la del resto, sino distinta.
Lo m¨¢s preocupante es que los malos resultados y el mal ambiente en Bilbao est¨¢n dirigiendo al equipo hacia actitudes poco razonables. Los jugadores priorizan 'los resultados al buen juego', como dijo ayer Lafuente, como si fueran cuestiones antit¨¦ticas, y comienzan a asumir que salir del pozo 'ser¨¢ un asunto muy complicado', con apunt¨® Alkiza. Urrutia, el segundo capit¨¢n, puso un tono de sensatez: 'Si somos voluntariamente distintos, hay que asumir las dificultades'. Y a?adi¨®, sin citar a nadie, que 'lo importante es el partido de Huelva y lo dem¨¢s es desviar la atenci¨®n'.
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