Salsa en mal estado
Salsa rosa (Tele-5, s¨¢bado) se suma a la ola de chismorreo sobre famosos que inunda el planeta televisivo. T¨®mbola, que anta?o se consider¨® excepci¨®n, se ha convertido en modelo imitado, perfeccionado y superado. Un plat¨® colorista, te¨®ricos especialistas y una serie de personajes de origen endog¨¢mico-televisivo bastan para confeccionar esta pringosa salsa, que combina sabores fr¨ªvolos con otros vomitivos. El programa, que dur¨® tres horas en lugar de dos, empez¨® con cierta voluntad de decoro. Santiago Acosta, ex presentador de Al descubierto reconvertido en Santi, declar¨®, antes de que el programa se le fuera de las manos, que tratar¨ªa la actualidad 'con escr¨²pulos y respeto'. En efecto: la primera invitada fue Mar¨ªa Jim¨¦nez, que, asida a un pitillo y a un cubata, tore¨® las reptiles preguntas de quienes pretend¨ªan reabrir sus heridas emocionales. La cantante sali¨® indemne de una mezcla de ?sta es su vida y Sorpresa, sorpresa y rentabiliz¨® su presencia promocionando su espl¨¦ndido disco.
A partir de all¨ª, el programa cay¨® en lo m¨¢s bajo del g¨¦nero. Reyertas entre concursantes y parientes de Gran Hermano (Kiko y Encarni, exprimiendo la ancestral enemistad entre yernos y suegras), reportajes sobre Chenoa-Bisbal con uso de c¨¢mara oculta (que, con la coartada de la investigaci¨®n, invaden la intimidad), confesiones de Yo-no-trago Bofill (para poder tragar necesit¨® un brebaje servido en vaso de pl¨¢stico) y una graduaci¨®n descendente de ex misses y camareras a tiempo parcial ¨¢vidas por hacerse un hueco en este resbaladizo escenario. Y, como novedad, una mesa de cotillas reclutados en la calle en la que destac¨® un maestro de k¨¢rate llamado Felipe Hita, que, en plan Matamoros, har¨¢ carrera. Gritos, estridencias, preguntas de supuestos periodistas que no esperan a que les respondan, aplausos que azuzan la mara?a o jalean la vulgaridad y otras formas de pringue se suman a linchamientos pactados o inducidos que expanden los beneficios de eso que, con gran acierto, Terenci Moix denomin¨® 'industria de la intimidad'. Lo peor de Salsa rosa no es su contenido, tan parecido al de tantos y tantos programas, sino la tendencia a la que se suma, explorando nuevos filones de conflicto. ?Cu¨¢l ser¨¢ el pr¨®ximo debate? ?Y la pr¨®xima pregunta? Probablemente, y como ya apunt¨® alg¨²n colega, pruebas de paternidad en directo, o debates sobre si la ex de alg¨²n torero contrajo ladillas por culpa de la mala higiene de un gigol¨® acusado de malos tratos. Que el periodismo de investigaci¨®n se vea envuelto en semejante lodazal no deja de tener su guasa.
El estreno de Salsa rosa, el s¨¢bado 21 de septiembre, fue seguido por 2.192.000 espectadores (22,6% de cuota).
El estreno de Salsa rosa, el s¨¢bado 21 de septiembre, fue seguido por 2.192.000 espectadores (22,6% de cuota).
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