?Competidores o complementarios?
La cosa empez¨® mal. Cuando en los a?os treinta la radio intent¨® transformarse en un medio de informaci¨®n, entr¨® en conflicto con la prensa; la excusa era que si el nuevo medio electr¨®nico utilizaba los servicios de las agencias de noticias, se anticipaba a la salida de los rotativas y le ganaba la partida de la inmediatez informativa. Pese a esta batalla inici¨¢tica, pronto aprendieron a convivir juntos... menos en Espa?a. Aqu¨ª las cosas fueron, y a¨²n son, diferentes.
Desde 1939 y hasta 1977, las emisoras de nuestro pa¨ªs se vieron obligadas a pasar por un largo desierto. La informaci¨®n, con excepci¨®n de la local, no pod¨ªa emitirse por el ¨¦ter. La radiodifusi¨®n se convirti¨® en una arma de propaganda pol¨ªtica al servicio del r¨¦gimen franquista y dej¨® a las radios convertidas en puro entretenimiento a base de programas de discos dedicados y de seriales.
En el camino de la transici¨®n a la democracia, las emisoras intentaron recuperar el tiempo perdido y las ondas se saturaron de programas informativos de distinta factura; pero el nuevo periodismo radiof¨®nico tuvo que buscar un lugar bajo el sol y ganar un cr¨¦dito que nunca hab¨ªa tenido. Lo consigui¨® con relativa facilidad, gracias a la eficaz cobertura de grandes acontecimientos y al liderazgo de opini¨®n ejercido por algunos profesionales del micr¨®fono, convertidos en una suerte de predicadores periodistas, los cuales disfrutaban, y algunos a¨²n disfrutan, de gran cr¨¦dito entre la audiencia.
Desde entonces, la complementariedad de medios en Espa?a funciona mal o, si se quiere, de manera distinta. El esquema t¨®pico: la radio da la noticia, la televisi¨®n le pone im¨¢genes y la prensa la analiza y la valora, no sirve demasiado para explicar el modelo espa?ol. Los informativos radiof¨®nicos desde hace a?os reducen progresivamente el tiempo dedicado a la noticia, al reportaje y a la entrevista, para dar paso a un g¨¦nero de rebotica que ha venido ganando adeptos entre la audiencia y tambi¨¦n entre la sociedad espa?ola: las tertulias.
Para algunos, el medio radiof¨®nico se ha desnaturalizado; para otros, simplemente ha encontrado un nuevo camino. Los profesionales de los medios impresos, anta?o reacios a intervenir en este g¨¦nero, desde hace tiempo han entrado en el juego de tertulianos intercambiables que se pasean por las diferentes emisoras y cadenas.
Por lo visto, vivimos tiempos de convergencia tecnol¨®gica y de mucho ruido informativo. La impostura anda suelta por un oficio sometido a presiones y limitaciones de todo tipo. Confieso mi poco acierto para las predicciones, pero sigo creyendo en la complementariedad de los medios de comunicaci¨®n y en la necesidad de reflexi¨®n sobre los hechos que acontecen en este mundo complejo.
Josep M. Mart¨ª es director de la cadena SER en Catalu?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.