El Parc de la Ciutadella de Barcelona se reinventa al ritmo de salsa y bachata
Cientos de aficionados a los bailes latinos han encontrado en la cascada del parque un espacio de encuentro para compartir su afici¨®n cada fin de semana
La cascada del Parc de la Ciutadella de Barcelona, por lo general una de las zonas favoritas de quienes buscan un lugar tranquilo para pasear o la foto perfecta de la capital catalana, se transforma cada fin de semana en una pista de baile masiva a donde acuden decenas de parejas para disfrutar de su afici¨®n a los bailes latinos a lo largo de los tres ¨²ltimos d¨ªas de la semana. Las inmediaciones de la cascada resguardada por las esculturas de Venus, Aurora y Neptuno que conforman el monumento dise?ado por Josep Fontser¨¨ i Mestre acogen a los bailarines desde la primera hora de la tarde hasta cerca de las 9 de la noche.
La m¨²sica atrae como un im¨¢n a los visitantes del parque hacia los pabellones laterales de la escultura. Algunas veces ah¨ª, otras veces en la parte superior de la construcci¨®n o en la Glorieta de la Transexual Sonia, un pu?ado de grupos de bailarines aficionados se han encargado de organizar las sesiones recurrentes de los fines de semana en el parque. Aunque por lo general se trata de sesiones de salsa y bachata, la m¨²sica puede variar dependiendo del grupo que organice la sesi¨®n: algunos d¨ªas se escucha incluso kizomba, un baile en pareja de origen africano o swing de los a?os 50. Para los asistentes regulares, el parque se ha convertido en una especie de ¡°terapia¡±, seg¨²n Ana Renojo, fundadora de uno de los grupos que difunden a las convocatorias y organizan las sesiones de danza.
Renojo fund¨® el grupo Sin Salsa No Hay Para¨ªso hace casi 20 a?os, al llegar a la capital catalana desde Per¨², tras un paso por Argentina. Lleva organizando sesiones de baile en el Parc de la Ciutadella desde hace 18 a?os, interrumpidos ¨²nicamente durante la pandemia. ¡°Lo primero que hice al llegar a Barcelona fue tratar de reunir un grupo de personas para compartir mi pasi¨®n por el baile¡±, comenta. Renojo decidi¨® pagar un altavoz de su propio bolsillo y empezar a pinchar m¨²sica en el parque. Poco a poco se fueron sumando adeptos. ¡°Actualmente tenemos dos grupos de Whatsapp que suman cerca de 2000 personas y una cuenta de Tiktok con 17000 seguidores¡±, agrega Renojo. Adem¨¢s se han ido sumando voluntarios como Marco Higa Oshiro, que han permitido alargar y mejorar a¨²n m¨¢s las sesiones de baile cada fin de semana permitiendo que la m¨²sica contin¨²e de forma ininterrumpida.
A medida que los visitantes del parque se acercan a la cascada, suenan a trav¨¦s de un altoparlante las voces de salseros ic¨®nicos como Frankie Ruiz, El Canario o Alexander Abreu, o leyendas de la bachata y merengue como H¨¦ctor Acosta, Raul¨ªn Rodr¨ªguez o Juan Luis Guerra, mientras decenas de parejas despliegan sus mejores pasos para disfrute de los paseantes. ¡°Cuando propusimos hacer una colecta para comprar un nuevo parlante todos se ofrecieron a aportar dinero, hubo incluso alguien que quizo aportar 200 euros¡±, asegura Renojo. ¡°Hay mucha gente a la que el baile le ha dado vida, adem¨¢s de ser una buena actividad f¨ªsica, se ha convertido en un remedio para quienes pasan solos en sus casas o para gente muy mayor que se siente abandonada, sobre todo tras la pandemia. Algunas veces vienen incluso extranjeros que est¨¢n de visita en Barcelona y nos contactan a trav¨¦s de las redes sociales¡±, agrega.
Tania Ochoa, una de las asistentes regulares naci¨® en Isla Margarita, Venezuela, hace 27 a?os. Trabaja como barista en dos cafeter¨ªas distintas en Barcelona, y aunque termina sus jornadas de trabajo extenuada, cuando tiene tiempo libre acude a la cascada del Parc de la Ciutadella en la capital catalana. ¡°Para m¨ª ir a bailar es como una terapia, puedo compartir con otras personas y relajarme bailando varios estilos¡±, asegura. Grupos como Sin Salsa No Hay Para¨ªso suman nuevos adeptos cada semana. Silvia Vidal, una de las bailarinas m¨¢s j¨®venes acude cada que puede al parque a bailar desde hace un a?o. ¡°Yo empec¨¦ en un cursillo de salsa, descubr¨ª que me gustaba mucho y siempre era la m¨¢s joven de la clase. Me sent¨ªa un poco incomoda en el ambiente de los clubes nocturno y por eso dej¨¦ de bailar por un tiempo. Hace un a?o cuando pas¨¦ por el monumento de la cascada vi a un grupo de personas bailando cerca de la fuente. Ese momento marc¨® un antes y un despu¨¦s para m¨ª¡±, confiesa Vidal.
La seguridad y el buen ambiente de los bailarines ha hecho que el n¨²mero de asistentes crezca cada vez m¨¢s. Durante las sesiones, Renojo recuerda a los asistentes que est¨¢ prohibido beber alcohol y que deben colocar la basura en los tachos. ¡°Si pillo a alguien bebiendo una cerveza paramos la m¨²sica y todos presionan para que quienes est¨¢n bebiendo salgan de aqu¨ª¡±, confirma sonriendo. Aunque nunca ha tenido problema con las autoridades, Renojo ha decidido convertir al grupo que fund¨® en una asociaci¨®n sin fines de lucro ¡°para mayor seguridad¡±.
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