Crece el Pamesa
Al Pamesa le han bastado dos jornadas para reclamar ser centro de atenci¨®n. A las primeras de cambio se present¨® en casa del campe¨®n y le dio un revolc¨®n que al menos confirma que los valencianos han armado un potente equipo cuyo sitio durante la temporada regular se encuentra en la pelea por el liderato. Otra historia distinta ser¨¢ cuando lleguen los playoffs, cuando la pelea se convierta en un cara o cruz, los errores no tengan remedio y pasen a resultar decisivos aspectos como la experiencia en la disputa de los t¨ªtulos o la capacidad para soportar la m¨¢xima tensi¨®n, cualidades en las que el Pamesa todav¨ªa es novel. Pero este es un camino que s¨®lo se recorre andando, como lo hizo anteriormente su rival del s¨¢bado hasta que le lleg¨® el momento de recoger los frutos de su trabajo. En ese proceso se encuentran los valencianos, como atestiguaron aplic¨¢ndole al Tau muchos de los tormentos en los que se han basado sus ¨¦xitos. Porque el Pamesa cada vez se parece m¨¢s al Tau, y visto lo ocurrido en los ¨²ltimos a?os, es el mejor halago que se le puede hacer. Y no s¨®lo porque cuenta este a?o con la pareja de pivots titulares que catapultaron a los vitorianos a un doblete hist¨®rico la pasada temporada, sino porque su libreto se basa en prioridades parecidas. El juego de ataque se decide en las cercan¨ªas de los aros, donde el juego rota y converge siempre sobre su pareja estelar Oberto-Tomasevic, cuyo entendimiento resulta perfecto y del que sacan provecho tambi¨¦n el resto de jugadores. La defensa, dura y expeditiva como lo son Abbio o Kammerichs, comienza en una carga demoledora del rebote ofensivo, hasta el punto que a todo un Tau son capaces de robarles la cartera 23 veces, por cierto cuatro rebotes m¨¢s de los que cogieron en su propia canasta. A partir de ah¨ª, el resto suma lo necesario, empezando por una pareja de esas de poco ruido y muchas nueces, Para¨ªso y Hopkins, jugadores todo terreno a los que siempre se puede acudir. En la banda, el supuestamente inexperto Olmos dio toda la sensaci¨®n de manejar con soltura lo mucho que tiene. Cierto que el Tau no est¨¢ todav¨ªa para muchas fiestas y pena las dificultades que ha tenido durante el verano para cerrar su plantilla, pero todo huele a que el Pamesa va en la direcci¨®n correcta. Con una plantilla numerosa en efectivos y calidades, un entrenador entusiasta y una afici¨®n incondicional, parece haber dado el salto cualitativo que buscaba, como en su momento lo hizo el Tau. Qui¨¦n sabe si el s¨¢bado asistimos a un cruce de caminos entre el pasado y el futuro de la ACB.
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