Vikingos de dise?o

Era la primera vez que este tr¨ªo sueco, cuya carrera ha funcionado siempre mejor en su pa¨ªs y en el mercado brit¨¢nico, visitaba Espa?a y ha habido que esperar dos d¨¦cadas desde su nacimiento para descubrir que aqu¨ª tambi¨¦n hab¨ªa una peque?a legi¨®n oculta de fans de estos rom¨¢nticos vikingos de dise?o. Para reforzar su imagen l¨¢nguida, el guaperas y extraordinariamente bien conservado -a sus 40 a?os, parece que estuviera en formol-, el cantante Morten Harket y sus dos socios, el compositor y aut¨¦ntico l¨ªder del grupo Paul Waaktaar y el multiinstrumentista Magne Furuholmen, optaron por una puesta en escena acorde con los tiempos.

En lugar de neones, que hubiera sido lo suyo, en el escenario hab¨ªa cuatro paneles lum¨ªnicos de alta tecnolog¨ªa, que lo mismo serv¨ªan para iluminar que para proyectar abstractas im¨¢genes luminosas. El tr¨ªo apareci¨® acompa?ado de una banda de m¨²sicos mercenarios en la que destac¨® la labor de la cantante de apoyo, que ayud¨® a aquellos gorgoritos agudos a los que la garganta de Morten ya no llega.

La banda arranc¨® a los compases de Forever not yours y de repente se sinti¨® el aliento de un p¨²blico que abarrotaba la sala y que muy bien pudiera estar nutrido de la colonia noruega en Madrid. Tambi¨¦n se sinti¨® desde el principio que el estilo de este grupo ten¨ªa una fecha de caducidad que debi¨® de cumplir al menos unos meses de la Expo del 92. Los viejos temas, como I've losing you, Hunting high and low o Sun always shines on TV, con la que cerraron el primer bis, funcionan muy bien en clave de nostalgia, pero lo cierto es que ya no se baila as¨ª. Y, en cuanto a los del ¨²ltimo y reciente disco del grupo, Lifelines, su inter¨¦s musical aporta poco a sus pasados tiempos de gloria comercial. Lo mejor, la interpretaci¨®n del tema que les hizo mundialmente famosos: Take on me. Un tema que, por unos instantes, devolvi¨® a la audiencia a los inocentes y ambiguos a?os ochenta.