Un patricio barcelon¨¦s
La Sala Par¨¦s homenajea a Joan Anton Maragall Noble, fundador de la etapa moderna de la galer¨ªa
El dibujante y pintor Morat¨® lo caricaturiz¨® delgado, silencioso y pensativo en un dibujo en el que no pod¨ªa faltar la referencia a los cuadros. Este trazo cogido al vuelo fue bastante acertado a tenor de lo que comentaron los conferenciantes que se reunieron el pasado jueves en la Sala Par¨¦s para celebrar el centenario del nacimiento de Joan Anton Maragall Noble (Barcelona 1902-1993), refundador en el a?o 1925 de una nueva etapa de la emblem¨¢tica galer¨ªa de la calle de Petritxol, creada en 1877. En la mesa, dos de los hijos del homenajeado -Joan Anton y Marta Maragall, director y directora adjunta de la sala-, los especialistas Francesc Fontbona y Josep Maria Ainaud de Lasarte, y Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalu?a. Pujol, en una nota de espont¨¢nea erudici¨®n, al menos en apariencia, record¨® que el acto se produc¨ªa un 10 de octubre, el mismo d¨ªa que en 1860 naci¨® el poeta Joan Maragall, padre de Joan Anton Maragall Noble. La descendencia del poeta tambi¨¦n se extend¨ªa entre el p¨²blico asistente al acto, entre el que figuraba el candidato socialista a la Generalitat, Pasqual Maragall, otro de los nietos del literato.
De Joan Anton Maragall se destac¨® su esp¨ªritu innovador, aunque caiga sobre ¨¦l la losa de la acusaci¨®n conservadora. 'Joan Anton Maragall adquiri¨® la Sala Par¨¦s en un momento de declive de la galer¨ªa y ¨¦l la moderniz¨®. Dio un impulso de galerista internacional al panorama art¨ªstico barcelon¨¦s no s¨®lo colgando cuadros, sino tambi¨¦n promocionando a sus artistas e impulsando la creaci¨®n de obra gr¨¢fica', explic¨® Fontbona. Incluso la controvertida realizaci¨®n de la fachada de la Pasi¨®n de la Sagrada Familia, impulsada por Maragall cuando pertenec¨ªa a la junta de obras del templo, fue para Fontbona un acto de valent¨ªa: 'Supo dar un impulso a las obras y llevar adelante una parte que no estaba del todo definida por Gaud¨ª. Y se diga lo que se diga, Subirachs, el artista que se escogi¨® para realizar las esculturas, fue el primer creador que coloc¨® a finales de los a?os cincuenta una escultura abstracta en las calles de Barcelona'. Fontbona record¨® tambi¨¦n que 'Maragall realizaba unos contratos serios con sus autores'. Esta seriedad tambi¨¦n fue destacada por Josep Maria Ainaud de Lasarte, quien calific¨® al galerista de gran se?or. 'Fue como un patricio romano, pero no por poseer fortuna, sino por tener las aut¨¦nticas riquezas, que son s¨®lo aquellas que uno puede llevarse a la tumba'. Ainaud de Lasarte subray¨® la faceta de hombre p¨²blico y comprometido con su sociedad -'fue un cristiano y un catal¨¢n. Lo primero le caus¨® problemas en 1936 y lo segundo en 1939'- y record¨® que gracias a Maragall, que solicit¨® un aval a Eugeni d'Ors, su hermano Joan Ainaud de Lasarte pudo salir del campo de concentraci¨®n en el que hab¨ªa sido recluido al final de la Guerra Civil. El se?or¨ªo de Maragall se mantuvo, explic¨®, incluso en los enfrentamientos pol¨ªticos que tuvieron cuando ambos se presentaron como candidatos al Senado. El galerista, en las listas de UCD, y el historiador del arte, en las de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica.
El acto de homenaje se prolonga en la Sala Par¨¦s hasta el 21 de octubre con la exposici¨®n En recuerdo de Joan Anton Maragall, en la que se muestra obra del primer grupo de artistas que el galerista agrup¨® a su alrededor. La sala exhibe obras, entre otros, de Josep Amat, Durancamps, Pere Gast¨®, Grau Sala, Manuel Humbert, Rafael Llimona, Mallol Suazo, Mompou, Carles Nadal, Ramon Picot, Pere Pruna, Roca Sastre, Togores y Miquel Vill¨¤.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.