Oto?o turbulento
Pocas veces he sentido tanta preocupaci¨®n por la situaci¨®n espa?ola, pol¨ªtica y econ¨®mica, como en este oto?o turbulento que acaba de comenzar. El panorama internacional es de gran tensi¨®n. El presidente Bush y su equipo de halcones, Cheney y Rumsfeld, est¨¢n absolutamente convencidos de que deben atacar Irak, y para ello ejercen una enorme presi¨®n sobre pa¨ªses amigos, aliados y neutrales, as¨ª como sobre los organismos internacionales, para obtener luz verde de los mismos al 'ataque preventivo'. Parto del principio de que su convencimiento estar¨¢ basado en que con el ataque a Irak -r¨¦gimen dictatorial y corrupto donde los haya y que militarmente opondr¨¢ una dura pero breve defensa- defienden los intereses de los EE UU y evitan una escalada terrorista, pero, hasta hoy, su poderosa maquinaria de inteligencia -l¨¦ase CIA y organizaciones paralelas- y el formidable aparato medi¨¢tico de que disponen no han servido para demostrar a la opini¨®n p¨²blica internacional que existan pruebas tangibles de la relaci¨®n Irak-Al Qaeda ni de la fabricaci¨®n y almacenamiento de armas biol¨®gicas, y mucho menos nucleares.
El primer ministro brit¨¢nico, Blair, aliado tradicional e hist¨®rico de EE UU, present¨® un informe en el Parlamento cuyas conclusiones principales fueron que Sadam Husein estaba en disposici¨®n de atacar en 45 minutos con armas biol¨®gicas y estaba comprando plutonio enriquecido, lo que le permitir¨ªa disponer a medio plazo de armas nucleares. Admitamos que los servicios secretos brit¨¢nicos tengan raz¨®n. ?Se puede atacar a un pa¨ªs para evitar eventuales acciones futuras del mismo? ?Se puede atacar a un pa¨ªs para obligarle a cumplir decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU y no hacerlo con otro? Mi respuesta es no a la primera y no a la segunda pregunta. Con todas sus imperfecciones y carencias, sus inexplicables -por ser de los vencedores- derechos de veto, ego¨ªsmos y componendas, la ONU es el organismo que las naciones se han dado a s¨ª mismas para discutir y regular sus conflictos y ejecutar sus acciones, por lo que me parece imprescindible que haya una decisi¨®n del Consejo de Seguridad que establezca con claridad meridiana la obligaci¨®n, al d¨¦spota dictador Sadam Husein, de permitir las visitas de los inspectores de la ONU y que ¨¦stos puedan desplazarse libremente -custodiados por fuerzas internacionales- por todo el territorio y visitar cuantas instalaciones y palacios deseen para emitir un informe que sirva para conocer cu¨¢l es la realidad actual de Irak. Si Irak se negase, la ONU podr¨ªa autorizar un ataque armado s¨®lo en esas condiciones y adquiriendo el compromiso de presentar al mundo, tan pronto como fuese posible, las pruebas y testimonios personales de lo que ocultaba y pasaba en Irak.
La tentaci¨®n de cualquier gobernante sometido a presiones internas -y Bush y Cheney lo est¨¢n por actuaciones poco escrupulosas cuando pertenec¨ªan, en etapas anteriores, al consejo de administraci¨®n de empresas petroleras, por una situaci¨®n econ¨®mica que no termina de recuperarse y una ca¨ªda impresionante de los mercados de valores, autoalimentada por los esc¨¢ndalos de los directivos de grandes corporaciones, la falta de confianza en las cuentas y la incertidumbre preb¨¦lica- es crear un enemigo exterior que 'una al pa¨ªs' y permita sortear muchas de las libertades individuales de los ciudadanos en aras del gran objetivo 'derrotar al mal'; que en este caso concreto, adem¨¢s, es poseedor de inmensas reservas de petr¨®leo que, sin ning¨²n rubor, han sido ofrecidas a los amigos que participen en la cruzada.
Tengo una profunda admiraci¨®n por EE UU desde siempre, pero hoy me asombra con qu¨¦ facilidad -probablemente por el clima emocional creado despu¨¦s del espantoso atentado del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas y las m¨¢s de 3.000 personas asesinadas en el mismo- se conculcan en ese pa¨ªs algunos derechos individuales -ah¨ª est¨¢n los detenidos en Guant¨¢namo- y se act¨²a sin respetar la legalidad internacional vigente, como es el caso al evitar la Corte Penal Internacional. El liderazgo militar y tecnol¨®gico de EE UU, como su enorme poder econ¨®mico, unido a la falta de un contrapoder real en la actual aldea global, no deben permitirle actuaciones aisladas, sino, al contrario, le obligan, en mi opini¨®n, a actuar desde la responsabilidad, serenidad y aprobaci¨®n de la ONU y con la grandeza de la autoridad moral. Cada d¨ªa que pasa, los ciudadanos de los pa¨ªses democr¨¢ticos exigen m¨¢s informaci¨®n y razones para aprobar acciones b¨¦licas y sus preocupaciones prioritarias son su calidad de vida (trabajo, seguridad, sanidad, educaci¨®n, ocio) y la de los suyos. Considero muy reveladores los resultados de encuestas que se han publicado sobre la posici¨®n de los espa?oles ante el posible ataque de EE UU a Irak. Que una gran mayor¨ªa, m¨¢s de dos tercios, est¨¦ claramente en contra de la intervenci¨®n a pesar de que nuestro presidente Aznar se haya mostrado muy favorable a las tesis de Bush -probablemente por convencimiento y en agradecimiento al apoyo que EE UU nos presta en la lucha contra el terrorismo de ETA y sus c¨®mplices-, es muy significativo.
?Qu¨¦ dif¨ªcil es gobernar, Dios m¨ªo! Qui¨¦n iba a decirle a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar que tendr¨ªa que enfrentarse, en este dif¨ªcil contexto internacional, militar y econ¨®mico, al desaf¨ªo institucional del Gobierno vasco -lo est¨¢ haciendo con admirable serenidad y el inestimable apoyo del PSOE y de su l¨ªder, Rodr¨ªguez Zapatero- simult¨¢neamente a los continuos asesinatos y atentados de la banda de asesinos que es ETA. ?Se fijaron ustedes en la sobrecogedora soledad y el inmenso valor de las apenas 50 personas que en Leiza se manifestaron en contra del asesinato de un guardia civil? ?Comprendieron que a unos asesinos que iban a matar y que les estall¨® la dinamita, una corporaci¨®n local, elegida por los vecinos, nombre a uno de ellos hijo predilecto? ?Por qu¨¦ en Euskadi s¨®lo la mitad de los ciudadanos pueden opinar en libertad? Ser¨ªa dif¨ªcil resumir mejor que lo hizo Ram¨®n J¨¢uregui en EL PA?S del 1-10-02 la dificil¨ªsima situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco y me produce un profundo dolor recordar a tantos asesinados, en especial a Gregorio Ord¨®?ez, y ver que ni Arzalluz ni Ibarretxe, obsesionados con recoger los votos de Batasuna, son incapaces de dedicar la prioridad de sus intervenciones, en el Parlamento o en la campa, a la lucha contra el terrorismo, a garantizar la vida y la libertad de expresi¨®n de todos los ciudadanos vascos, es decir, a garantizar la democracia y el Estado de derecho.
En pol¨ªtica, cada mes puede cambiar la situaci¨®n y no es f¨¢cil predecir, pero tengo la impresi¨®n de que el resultado de las elecciones municipales ser¨¢ muy importante y significativo y estoy seguro de que el PP y el PSOE estudiar¨¢n todas las medidas legales factibles para intentar que haya el mayor n¨²mero de listas posibles y que los ciudadanos vascos puedan elegir. ?Veremos otro retroceso importante de un partido como Batasuna o siglas similares, que no ha condenado los asesinatos de ETA y ha sido suspendido por violar la ley?
La iniciativa de Ibarretxe me parece jur¨ªdicamente inviable, y econ¨®mica y socialmente imposible. Espero impaciente la postura de Confebask, la patronal vasca, que no debe evitar definirse. Considero bastante oportunista la toma de posici¨®n de Duran Lleida, parcialmente corregida por Pujol, pero CiU est¨¢ sometida a tensiones internas que estallar¨¢n si Artur Mas no consigue vencer a Maragall en las pr¨®ximas auton¨®micas.
En este oto?o turbulento tampoco ayudan las previsibles y anunciadas retiradas de la vida p¨²blica de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de Jordi Pujol. Me resulta dif¨ªcil pensar que el pr¨®ximo candidato a la presidencia del Gobierno y eventual presidente popular sea capaz de garantizar, como lo ha hecho hasta hoy Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, la autoridad y paz entre las diferentes familias y sensibilidades de un partido tan grande como el PP. Hoy son el secreto de polichinela los movimientos y maniobras de los equipos de los posibles candidatos y la memoria de elefante que tienen los viejos militantes de AP y del PP, hoy cargos important¨ªsimos del partido y del Gobierno, sobre la capacidad de intriga de algunos democristianos, capacidad que podr¨ªa da?ar mucho a un soberbio candidato, hay tres m¨¢s, como Jaime Mayor Oreja, el claro favorito de los votantes seg¨²n las encuestas. No parecen inocentes, sino miserables, las filtraciones sobre la vida privada de dos candidatos de espl¨¦ndidas trayectorias en los cargos p¨²blicos que ejercen.
En estas circunstancias dif¨ªciles, que podr¨ªan tensarse m¨¢s, creo que todos debemos apelar a nuestra clase pol¨ªtica para que conserven la serenidad, la libre expresi¨®n de sus ideas, sin demagogias de sal¨®n, y sean capaces de dialogar dentro de lo establecido en la Constituci¨®n.
Jos¨¦ A. Segurado es empresario y ex presidente del Partido Liberal.
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