Insulto a la inteligencia
La rectificaci¨®n del decretazo ha sido la noticia de la semana pol¨ªtica en toda Espa?a y, en consecuencia, tambi¨¦n en Andaluc¨ªa (y en Extremadura). Pero en nuestra comunidad lo ha sido de manera distinta. En t¨¦rminos jur¨ªdicos podr¨ªamos decir que en el resto del Estado se ha puesto fin al pleito entre el Gobierno y los sindicatos por el desistimiento de una de las partes. El Gobierno ha renunciado a seguir adelante con su reforma, parcial pero important¨ªsima, del mercado de trabajo, retorn¨¢ndose con ello a la situaci¨®n jur¨ªdica en la que se encontraban los trabajadores antes del decretazo, que es lo que los sindicatos hab¨ªan venido reivindicando desde el momento de su aprobaci¨®n.
Al rectificar casi en su integridad el 'decretazo', el Gobierno se ha quedado sin argumentos para justificar por qu¨¦ no ha rectificado en lo relativo al subsidio agrario
En Andaluc¨ªa, por el contrario, el pleito sigue vivo. Parcialmente, pero vivo, ya que la posici¨®n jur¨ªdica de los trabajadores del campo andaluz y extreme?o no ha retornado al momento anterior al decretazo. ?ste es el ¨²nico punto en el que no se ha producido la rectificaci¨®n del Gobierno.
Por qu¨¦ ha sido as¨ª es algo que no resulta f¨¢cilmente explicable y que, en todo caso, no ha sido explicado. El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, afirm¨® que se hab¨ªa llegado en la rectificaci¨®n todo lo lejos que se pod¨ªa llegar, pero no explic¨® por qu¨¦ a lo ¨²nico que no se pod¨ªa llegar era a rectificar la supresi¨®n del subsidio agrario y el PER. No se ha dado ninguna raz¨®n, ni cuantitativa ni cualitativa, que nos permita entender por qu¨¦ es as¨ª. ?Es el volumen de recursos que consumen el subsidio agrario y el PER lo que los hace insoportables? ?Es que son un obst¨¢culo para la modernizaci¨®n del campo andaluz y extreme?o que los condena a permanecer para siempre en la situaci¨®n en la que se encuentran? ?O es la existencia de un accidente geogr¨¢fico, como Despe?aperros, lo que justifica la decisi¨®n?
Es de suponer que el Gobierno dispondr¨¢ de alg¨²n argumento con el que justificar la supresi¨®n, pero ni lo conocimos en el momento de la aprobaci¨®n del decretazo ni lo hemos conocido tampoco tras su rectificaci¨®n. La medida se ha tomado porque s¨ª, porque se dispone de la mayor¨ªa parlamentaria para adoptarla y para mantenerla. Para los trabajadores del campo andaluz y extreme?o se ha hecho gala por parte del Gobierno del mismo autoritarismo en el momento de la aprobaci¨®n que en el de la rectificaci¨®n.
La irritaci¨®n que provoca la parcialidad territorial de la decisi¨®n del Gobierno es dif¨ªcilmente soportable. Hubo un plus de agresi¨®n a Andaluc¨ªa y Extremadura en el momento de la aprobaci¨®n del decretazo, en la medida en que al recorte de derechos general en el conjunto del Estado se a?ad¨ªa un recorte particular para los trabajadores del campo andaluces y extreme?os y ha vuelto a haber, no ya un plus de agresi¨®n en el momento de la rectificaci¨®n, sino una concentraci¨®n de la agresi¨®n en estas dos comunidades aut¨®nomas. Se pone fin al contencioso y se alcanza una pacificaci¨®n en el resto del Estado, mientras que se mantiene la agresi¨®n y se impone la continuaci¨®n del conflicto en Andaluc¨ªa y Extremadura.
?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ esta concentraci¨®n territorial de la agresi¨®n? ?Por qu¨¦ este ensa?amiento con una parte de la poblaci¨®n trabajadora que se concentra en dos comunidades aut¨®nomas?
No hay que ser ning¨²n experto en econom¨ªa para darse cuenta de que el mantenimiento de la supresi¨®n exclusivamente del subsidio agrario y el PER carece de toda racionalidad. Es discutible si el conjunto de medidas contenidas en el decretazo pod¨ªan suponer una mejora de nuestro mercado de trabajo y pod¨ªan, en consecuencia, mejorar el empleo en nuestro pa¨ªs, como argument¨® el Gobierno en su momento. Pero lo que no es discutible es que ninguna mejora cabe esperar de la retirada de todas las medidas y el mantenimiento de una de ellas exclusivamente.La supresi¨®n del subsidio agrario y el PER pod¨ªa tener sentido como una pieza m¨¢s dentro del conjunto de medidas contenidas en el decretazo, pero carece de todo sentido como una pieza ¨²nica de reforma del mercado de trabajo. Afirmar que se puede llegar a rectificar todo, desde los salarios de tramitaci¨®n al tratamiento de los fijos discontinuos, pero que no se puede llegar a rectificar el subsidio agrario y el PER, es un insulto a la inteligencia.
Al rectificar casi en su integridad el decretazo, el Gobierno se ha quedado sin argumentos para justificar por qu¨¦ no ha rectificado en lo relativo al subsidio agrario y el PER. La supresi¨®n de estos ¨²ltimos no era, ni de lejos, lo m¨¢s importante del decretazo. Era una medida particular 'complementaria' de una reforma de car¨¢cter general, que nunca se habr¨ªa adoptado al margen de ella. ?Por qu¨¦ corregida la reforma general se mantiene la medida particular? ?Por qu¨¦ se puede corregir el todo, pero no una de sus partes, que no era ni siquiera la m¨¢s significativa?
Los interrogantes de esta ¨ªndole podr¨ªan multiplicarse y no hay forma de responderlos con una racionalidad objetiva, esto es, de naturaleza econ¨®mico-laboral. El efecto de la supresi¨®n del subsidio agrario y el PER es insignificante en la econom¨ªa espa?ola y en el mercado de trabajo espa?ol. No tiene ning¨²n sentido decir que no se rectifica en esto porque no se puede.
La no rectificaci¨®n en este aspecto del decretazo tiene toda la pinta de un 'castigo' a unas comunidades 'rebeldes', parecido al que supuso el no reconocimiento del censo a efectos de financiaci¨®n o el impago del 2% en la liquidaci¨®n final de la participaci¨®n en los ingresos del Estado en los ¨²ltimos cinco a?os.
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