El desaf¨ªo de ganar en Sevilla

Conquistar Sevilla es un excelente term¨®metro para analizar el resultado de las elecciones municipales en Andaluc¨ªa. Quien gane la alcald¨ªa de esta ciudad, la m¨¢s poblada de la comunidad con sus m¨¢s de 700.000 habitantes, tiene un plus para presumir o no de una victoria global. Con esta idea, los dos grandes partidos, PSOE y PP, afrontan los comicios locales que se celebrar¨¢n el 25 de mayo de 2003.

Los socialistas, con Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn como candidato, quieren repetir mandato en el gobierno municipal, para lo que partir¨¢n con la ventaja de llevar cuatro a?os al frente del Ayuntamiento (entre 1991 y 1999 estuvieron en la oposici¨®n) y con el viento de cola de las encuestas.

La mayor¨ªa de los sevillanos piensa que el principal problema es la inseguridad ciudadana

Un sondeo de los empresarios dio el pasado mes de junio a los socialistas un crecimiento de dos concejales (de 12 a 14). Y un estudio encargado por el PSOE de Sevilla a la empresa Inner, realizado en mayo de este a?o, tambi¨¦n revela un crecimiento porcentual del voto socialista (del 35% actual a un 40%) y un estancamiento del PP (se queda en el 35%). La encuesta deja a Izquierda Unida con el mismo porcentaje de votos que obtuvo en 1999 (el 8%) y apunta un descenso del Partido Andalucista, que pasar¨ªa del 18% de sufragios a obtener un 14%.

Este sondeo pone de manifiesto la fortaleza del PSOE en Sevilla capital, donde ganar¨ªa claramente ante cualquier proceso electoral -generales (44%), auton¨®micas (46%) o municipales (40%)-. El sondeo constata un fen¨®meno que ocurre en todos los comicios: el PA come terreno a los dos grandes partidos en las elecciones municipales, lo que le permite tener la llave de la alcald¨ªa de Sevilla y formar gobiernos de coalici¨®n, circunstancia que puede repetirse en 2003. As¨ª, el 14% de votos que adjudica la encuesta a los andalucistas ante unas elecciones municipales, se reduce a un 5% ante unas generales y un 6% ante unas auton¨®micas.

Uno de los retos que tendr¨¢ que afrontar S¨¢nchez Monteseir¨ªn ser¨¢ fidelizar a este sector de votantes que cambian de voto en funci¨®n de las elecciones, para lo que ser¨¢ clave su capacidad de explotar la marca PSOE y el que esta organizaci¨®n refuerce la imagen de su candidato.

Esta convergencia parece que se est¨¢ produciendo en los ¨²ltimos meses, superando, de esta manera, la fase en la que daba la impresi¨®n de que desde el Ayuntamiento se marchaba a un paso diferente al marcado por el PSOE andaluz y la Junta de Andaluc¨ªa.

El ejemplo m¨¢s claro se produjo en plena guerra de las cajas de Sevilla, cuando S¨¢nchez Monteseir¨ªn se hizo una archiconocida foto con los anteriores presidentes de El Monte, Isidoro Beneroso, y San Fernando, Juan Manuel L¨®pez Benjumea, quienes pretend¨ªan imponer una fusi¨®n al margen de la Ley de Cajas y en contra de la opini¨®n del Gobierno de Manuel Chaves y de la direcci¨®n regional del PSOE.

Una vez superada esta fase, la comuni¨®n entre la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla se ha encarrilado, lo que se ha traducido en los ¨²ltimos meses en un pu?ado de proyectos en los que ambas administraciones van de la mano, como el futuro metro de la ciudad o Puerto Triana.

As¨ª las cosas, la sinton¨ªa entre Junta y Ayuntamiento para lograr resultados concretos para la ciudad se ha constituido en un elemento clave para que S¨¢nchez Monteseir¨ªn reedite el mandato municipal en 2003.

La encuesta del PSOE, realizada sobre una muestra de 800 entrevistas entre el 30 de abril y el 5 de mayo de este a?o, pone de manifiesto alguna de las debilidades del equipo de gobierno presidido por S¨¢nchez Monteseir¨ªn, entre las que destacaba el poco entusiasmo de los ciudadanos por la situaci¨®n de la ciudad, por la gesti¨®n del alcalde y por la del equipo que le rodea, sobre todo de este ¨²ltimo.

As¨ª, el 44% de los sevillanos aprueba la gesti¨®n de S¨¢nchez Monteseir¨ªn, por un 40% que le suspende; mientras que su gobierno es aprobado por el 42% y suspendido por el 39%. En cualquier caso, el peor parado es el PP, cuya tarea de oposici¨®n s¨®lo es aprobada por el 20% de los encuestados, por un 39% que la suspende.

El sondeo subraya la escasa valoraci¨®n del equipo de gobierno de S¨¢nchez Monteseir¨ªn y que el Partido Popular, pese a sus numerosas crisis internas desde 1999, est¨¢ m¨¢s unido.

En este sentido, la destituci¨®n de Carmelo G¨®mez como delegado de Hacienda y Personal a finales de septiembre se interpreta internamente como un golpe de autoridad de S¨¢nchez Monteseir¨ªn de para intentar llegar a las elecciones municipales con un equipo m¨¢s compacto, toda vez que a G¨®mez se le achacaban las filtraciones de las discrepancias internas y sobre la debilidad del liderazgo del alcalde

La encuesta pone de relieve que para los sevillanos el problema prioritario, de forma abrumadora, es la inseguridad ciudadana, seguida del empleo; la limpieza de las calles; los transportes p¨²blicos; las infraestructuras y equipamiento de los barrios y la falta de aparcamientos.

Destacable es la arraigada convicci¨®n de que la inseguridad ciudadana es el principal problema de la ciudad (el 70% de los sevillanos destacan este asunto). S¨¢nchez Monteseir¨ªn est¨¢ poniendo el acento en los ¨²ltimos meses en materia de seguridad, con peri¨®dicas reivindicaciones al Gobierno central para que aumente la dotaci¨®n policial en Sevilla.

Aunque la seguridad ciudadana es competencia del Gobierno central, el ciudadano suele mirar al Ayuntamiento para exigir soluciones a este problema, experiencia que S¨¢nchez Monteseir¨ªn sufri¨® hace dos meses.

Su desaparici¨®n durante los d¨ªas m¨¢s cr¨ªticos de los altercados ocurridos en agosto en el barrio de Los Pajaritos, tras la muerte de un joven atracador a disparos de un guardia civil, le supusieron un aluvi¨®n de cr¨ªticas.

S¨¢nchez Monteseir¨ªn ha explicado en algunos foros que no quer¨ªa que su comparecencia p¨²blica fuese interpretada como un acto de electoralismo y, p¨²blicamente, ha subrayado que las competencias en materia de seguridad corresponden al delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, en aquel momento Jos¨¦ Torres Hurtado, quien durante semanas evit¨® dar la cara para dar explicaciones. Pasado el tiempo, S¨¢nchez Monteseir¨ªn cree que fue un error no comparecer p¨²blicamente para hablar del asunto, toda vez que Torres Hurtado persever¨® en su silencio.