Mamma Fiat, adi¨®s
Los errores de planificaci¨®n ponen contra las cuerdas al grupo italiano
La Fiat est¨¢ en boca de todos. Se habla de los problemas de la m¨ªtica firma de Tur¨ªn en mesas redondas, programas de televisi¨®n, interpelaciones parlamentarias, asambleas sindicales y reuniones del Consejo de Ministros. Los an¨¢lisis difieren, pero el sentimiento es com¨²n: los viejos tiempos de la casa del Lingotto no volver¨¢n jam¨¢s.
El grupo Fiat, no s¨®lo la divisi¨®n de autom¨®viles, lleg¨® la semana pasada a valer apenas 4.500 millones de euros
La idea que est¨¢ en estudio podr¨ªa ser separar completamente Fiat Auto de Fiat SA y fusionarla con Opel, de general Motors
La historia de la ca¨ªda en picado del coloso industrial turin¨¦s no empez¨® esta semana, cuando los representantes de la firma presentaron un plan de reestructuraci¨®n que deja fuera de las f¨¢bricas a 8.100 trabajadores (m¨¢s de una quinta parte del total de empleados en Italia), con una seria amenaza de cierre definitivo para dos plantas, la de Arese, en Mil¨¢n, antigua f¨¢brica de la Alfa Romeo, y la de Termini Imerese en Sicilia.
Hace al menos un decenio que analistas y expertos subrayaban la necesidad de que el grupo del Lingotto fusionase su divisi¨®n de coches con alguno de los grandes colosos internacionales. ?No hab¨ªa perdido acaso el Reino Unido, otrora orgulloso propietaria de Rolls Royce y Rover, sus prestigiosas firmas, vendidas a los fabricantes alemanes? En el mercado europeo, se repet¨ªa una y otra vez, no hab¨ªa sitio m¨¢s que para media docena de marcas. Pero la Fiat, controlada por la familia Agnelli, descendientes de Giovanni Agnelli, senior fundador de la firma en 1899, se comportaba como una novia exigente incapaz de encontrar el pretendiente justo.
As¨ª hasta 2000, cuando el avvocato, Gianni Agnelli, nieto de aqu¨¦l prohombre piamont¨¦s, acept¨® el matrimonio por poderes con la poderosa General Motors. Lo que entonces pareci¨® a ojos vistos una cesi¨®n camuflada de Fiat Auto a la casa de Detroit se ha revelado despu¨¦s como una compleja transacci¨®n que no ha favorecido a Fiat. La firma estadounidense compr¨® el 20% de las acciones de Fiat Auto a cambio de algo m¨¢s del 5% de sus t¨ªtulos que pasaron a la casa de Tur¨ªn, y suscribi¨® un compromiso para quedarse con el 80% restante a partir de 2004. Aunque los dirigentes de una y otra casa aseguraron que las sinergias estaban funcionando perfectamente y que el acuerdo hab¨ªa sido un ¨¦xito, la crisis de Fiat Auto sigui¨® incub¨¢ndose sin remedio.
Modelos poco atractivos
Una empresa de autom¨®viles lo debe todo a los modelos que saca al mercado y en los ¨²ltimos ocho a?os, s¨®lo un modelo de Fiat, el Punto, se ha mantenido en la lista de los diez m¨¢s vendidos en Europa. Podr¨ªa parecer un logro, pero no lo es porque Fiat compet¨ªa con marcas poderosas como Ford, Opel o Volkswagen, que han mantenido dos y hasta tres modelos propios en esta lista de superventas. Cuando la casa de Tur¨ªn quiso romper moldes apostando por un nuevo modelo destinado al nivel medio, el Fiat Stilo, lanzado el 6 de octubre de 2001, la apuesta no funcion¨®. Dos meses m¨¢s tarde ca¨ªa la cabeza de Roberto Testore, consejero delegado de la divisi¨®n de autom¨®viles, v¨ªctima propiciatoria de una larga cadena de errores de c¨¢lculo y de apreciaci¨®n y, sobre todo, de la p¨¦rdida misteriosa de los favores del p¨²blico.
El grupo ve¨ªa aumentar su deuda (hasta llegar hoy a cerca de 6.000 millones de euros) lastrado por la pesada carga de la divisi¨®n de coches. La gran casa turinesa se las ha visto con crisis no menos dura, en vida de Enrico Cuccia, el todopoderoso patr¨®n del sector bancario milan¨¦s fallecido en junio de 2000, que presid¨ªa Mediobanca. Pero siempre se encontraron soluciones. Ya fuera una inyecci¨®n de dinero libio, o recurriendo a ayudas del Estado. Pero los tiempos han cambiado y los banqueros prestamistas que en mayo pasado suscribieron un nuevo pacto con la firma para salvarla de la crisis, no parecen dispuestos a ver como se deval¨²a d¨ªa a d¨ªa en el mercado. La semana pasada, el grupo Fiat (no s¨®lo la divisi¨®n de coches, sino la que fabrica componentes de avi¨®n, tractores, camionetas, maquinaria el¨¦ctrica, piezas de recambio, servicios y la casa editora) lleg¨® a valer apenas 4.500 millones de euros.
La ca¨ªda del 'condottiero'
En junio pasado cay¨® otra cabeza, la del consejero delegado del grupo, Paolo Cantarella, un ingeniero que hab¨ªa dedicado media vida a la casa del Lingotto, y que se comportaba como un orgulloso condottiero al volante de su Fiat. Paolo Fresco, el americano, que sustituy¨® a Cesare Romiti en la presidencia del grupo en 1998, se hizo con las riendas de todo hasta que dos semanas despu¨¦s se instal¨® en el despacho de Cantarella otro hombre fiel a la familia Agnelli, Gabriele Galateri de Genola. Galateri era hasta entonces consejero delegado de Ifi y de Ifil, las dos financieras donde la familia Agnelli tiene depositadas las acciones del grupo Fiat, junto a muchas otras participaciones m¨¢s en innumerable empresas y sectores. El nuevo consejero delegado, mano derecha de Umberto Agnelli, el hermano menor del avvocato, representaba adem¨¢s una garant¨ªa para los bancos prestamistas. Con este elegante experto en finanzas al tim¨®n del grupo, Fiat dar¨ªa un nuevo paso en el camino de la reestructuraci¨®n emprendido tiempo atr¨¢s con el prop¨®sito de reducir burocracia interna y de redimensionar unas f¨¢bricas repletas de trabajadores de las que salen coches que cada vez se venden menos. De forma concertada con dos de los tres principales sindicatos se acord¨® en julio pasado la prejubilaci¨®n de casi 3.000 empleados, y se mand¨® a casa, temporalmente, a otros miles. En este contexto poco prometedor, la firma turinesa no ha podido acelerar la cesi¨®n de Fiat Auto a General Motors como era el deseo de una parte de la familia Agnelli. Por eso, se abre camino ahora una nueva hip¨®tesis, en la que, seg¨²n la prensa italiana estar¨ªa trabajando ya el grupo. La idea es separar completamente Fiat Auto de Fiat, SA y fusionarla con Opel dejando al menos un 35% de las acciones en manos de la casa italiana. Una posibilidad estudiada ya con los directivos de la casa de Detroit, seg¨²n algunas filtraciones, que habr¨ªan dado el visto bueno. En espera de tiempos mejores, Fiat habr¨ªa encontrado, al final, un esposo de compromiso.
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