La cruda historia en directo
Un superviviente del campo nazi Mauthausen relata su estancia en el infierno a estudiantes de bachillerato
Ram¨®n Bargue?o, de 84 a?os, viejo combatiente rojo, relata con m¨¢s humor de lo esperado c¨®mo sali¨® vivo de Mauthausen, una de las factor¨ªas punteras en la industria nazi del extermino. Pero hacia el final de su discurso, Bargue?o se pone m¨¢s grave. 'Los j¨®venes deb¨¦is saber estas cosas y sobre todo no olvidarlas', advierte a un grupo de estudiantes de bachillerato de los institutos Ant¨®n Fraguas y Fonti?as, en Santiago de Compostela. 'Cuando ve¨¢is una cruz gamada, ten¨¦is que conocer lo que hay detr¨¢s de ella'.
No es una advertencia f¨²til, como saben los profesores que llevaron al superviviente a hablar ante sus alumnos y que, no por simple rutina, hab¨ªan titulado la charla con una apelaci¨®n a la Etica de la memoria. El profesor de Filosof¨ªa Rafael Varela lo explica: 'Los alumnos ven a Franco como nosotros ve¨ªamos a cualquier personaje siniestro del siglo XIX que nos sonaba muy lejano. Hitler tiene m¨¢s presencia medi¨¢tica, pero muchos tampoco calibran bien lo que hay detr¨¢s de su figura'.
Desde hace a?os, Varela dedica una parte de sus clases de ¨¦tica a explicar a sus alumnos la demencia sanguinaria del totalitarismo, el veneno del siglo XX, singularizado en el caso nazi. En esta ocasi¨®n se unieron profesores de dos institutos para llevar ante los chicos a un testigo directo del 'mal radical', como lo defini¨® en su presentaci¨®n Elena G¨®mez, otra de las docentes. Antes de que hablase Bargue?o, el medio centenar de alumnos de primero y segundo de bachillerato asisti¨® a la proyecci¨®n de un documental grabado por las fuerzas aliadas que liberaron el campo de Bergen-Belsen. Algunos chicos a¨²n ahogaban las carcajadas cuando se apagaron las luces. Media hora despu¨¦s, volvieron a encenderse entre un silencio inmaculado.
Y entonces compareci¨® el testigo, 'una figura singular del siglo XX', como explic¨® el catedr¨¢tico Alberto Sucasas, la prueba que da fe de un mal casi inveros¨ªmil. Bargue?o, nacido en Toledo, relat¨® el fusilamiento de su padre en la Guerra Civil, su huida de Espa?a, su adhesi¨®n a la Resistencia francesa y su ca¨ªda en el vertedero humano de Mauthausen. Con naturalidad, sin cargar las tintas, el testigo va dejando caer los sucesos m¨¢s escabrosos. Dice que ¨¦l era un afortunado: 'Con los jud¨ªos se ensa?aban, pero a los espa?oles nos respetaban bastante'. Poco a poco, entre episodios a veces humor¨ªsticos, afloran el olor a carne quemada, las violaciones de mujeres antes de su ejecuci¨®n, la retorcida crueldad con que se negaban los alimentos o los espectros de piel y huesos, m¨¢s muertos que vivos, obligados a pasear desnudos en medio de la noche nevada. Y la voluntad de supervivencia: 'Hab¨ªa que resistir al suicidio, no caer en la tentaci¨®n, como les ocurr¨ªa a los que se lanzaban contra las vallas electrificadas'.
Los timbres ya anunciaban el final de la jornada escolar, pero los chicos a¨²n se quedaron casi media hora m¨¢s interpelando a Bargue?o: ?era posible evadirse?, ?hab¨ªa ni?os en el campo?, ?se pod¨ªan mantener relaciones sexuales?, ?qu¨¦ le parece la posible guerra contra Irak y la pol¨ªtica de Israel con los palestinos...? 'Siempre ocurre lo mismo', confirma el profesor Varela, 'los chicos se interesan tanto que podr¨ªamos pasarnos un mes con el tema. Eso gratifica mucho, tal como est¨¢ la educaci¨®n'.
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