Hasta la temporada que viene
El c¨¢ncer de test¨ªculos no es particularmente com¨²n entre los deportistas. La reciente concatenaci¨®n de casos en ese gremio se debe posiblemente a un factor de riesgo muy distinto: la juventud. Aunque se trata de una enfermedad bastante infrecuente en la poblaci¨®n general (cada a?o s¨®lo aparecen cuatro nuevos casos por cada 100.000 habitantes), es uno de los c¨¢nceres m¨¢s comunes en hombres de entre 15 y 35 a?os. La buena noticia es que suele responder muy bien al tratamiento.
A Molina se le diagnostic¨® el c¨¢ncer por primera vez durante la temporada pasada. 'Tras ese diagn¨®stico hay que extirpar el tejido testicular afectado y analizarlo para ver si es maligno', explica Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Larriba, onc¨®logo del Hospital Cl¨ªnico de Madrid y especialista en tumores urol¨®gicos de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica. Molina se someti¨® a esa operaci¨®n en junio de 2001, al acabar la temporada, y las pruebas revelaron que el tumor era maligno. 'Despu¨¦s', prosigue Gonz¨¢lez Larriba, 'es necesario hacer seguimientos peri¨®dicos para ver si el tumor se extiende a los tejidos vecinos o forma met¨¢stasis [tumores secundarios]'.
Estas complicaciones son relativamente f¨¢ciles de detectar en el caso de esta enfermedad, seg¨²n el especialista. El c¨¢ncer testicular es uno de los pocos para los que se dispone de marcadores fiables en un an¨¢lisis de sangre. En caso de complicaciones, adem¨¢s, es com¨²n que aparezcan c¨¦lulas tumorales en el denominado retroperitoneo, en la parte posterior del abdomen. Esa zona est¨¢ llena de ganglios, y desde ellos las c¨¦lulas malignas pueden diseminarse a otros ¨®rganos. Uno de estos signos de alerta debi¨® de detect¨¢rsele a Molina el pasado mi¨¦rcoles.
'Si aparecen c¨¦lulas cancerosas en el retroperitoneo', explica Gonz¨¢lez Larriba, 'el paciente debe someterse a sesiones de quimioterapia para destruir cualquier c¨¦lula que se haya diseminado desde su enclave original en los test¨ªculos. Por fortuna, es un tipo de c¨¢ncer que responde excelentemente a la quimioterapia. Incluso cuando ya han aparecido c¨¦lulas malignas, el porcentaje de curaci¨®n alcanza el 80% o el 90%'.
Efectos secundarios
Nada impide que Molina vuelva a jugar al f¨²tbol, pero es muy improbable que lo haga antes del verano. Lo habitual es aplicar tres o cuatro ciclos de quimioterapia, lo que lleva unos cuatro meses, a los que seguir¨¢n otros cuatro de revisiones. Los efectos secundarios asociados a la quimioterapia -decaimiento, n¨¢useas, v¨®mitos, ca¨ªda del pelo- pueden ser compatibles con una vida normal para mucha gente, pero no para un deportista profesional. La temporada que viene, eso s¨ª, Molina podr¨¢ jugar tranquilo. Ni hacer deporte ni recibir balonazos son factores de riesgo para este c¨¢ncer.
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