Castilla del Pino cumple 80 a?os arropado por una c¨¢lida corriente de amistad y emoci¨®n

Fue un d¨ªa largo, emocionante y c¨¢lido. El m¨¢s c¨¦lebre psiquiatra espa?ol, Carlos Castilla del Pino (San Roque, C¨¢diz, 1922), cumpli¨® ayer 80 a?os rodeado de la amistad y el afecto de casi un centenar de personas: m¨²sicos, poetas, cient¨ªficos, actores, artistas pl¨¢sticos, profesores de Universidad, fil¨®sofos y amigos sin graduaci¨®n compartieron la jornada con Castilla del Pino. Como prueba de que su carisma personal y su magisterio intelectual han llegado a todos los campos de la cultura, las palabras m¨¢s o¨ªdas fueron 'humanista', 'maestro', 'amigo' y 'generoso'.

'Muy poca gente sin poder o dinero llega a ser importante para los dem¨¢s. Y Castilla del Pino es una referencia para la comunidad cultural, un maestro de nuestra convivencia y nuestro pensamiento. Tiene cualidades muy especiales, no todas comprensibles. Los sabios son extra?os. Suelen tener misterio. Por eso son distintos'.

Estas palabras de Amelia Valc¨¢rcel resumen el tono de admiraci¨®n y cari?o que impregn¨® ayer el homenaje a Carlos Castilla del Pino celebrado en el C¨ªrculo de Bellas Artes: sus amigos lo consideran un maestro y lo siguen como a un faro, aunque no todos alcanzan a descifrar toda la complejidad del autor de Pret¨¦rito imperfecto.

Por la ma?ana, tras recibir la Medalla de Oro del C¨ªrculo de manos de su presidente, Juan Miguel Hern¨¢ndez de Le¨®n, Castilla record¨® que el t¨ªtulo de sus memorias no responde s¨®lo 'a lo siniestro del periodo narrado', sino tambi¨¦n a sus 'propias imperfecciones personales'. Y a?adi¨®: 'La mayor satisfacci¨®n de mi vida ha sido poder conocer casi 30 a?os de democracia en este pa¨ªs, pero como la segunda parte de las memorias s¨®lo llegan hasta el 76 se seguir¨¢n llamando as¨ª, Pret¨¦rito imperfecto'. Tras ese breve acto, en el que decenas de amigos llegados de todo el pa¨ªs arroparon con aplausos y abrazos al doctor, la tarde fue una fiesta dedicada a sus pasiones.

El regalo

La present¨® el coordinador del homenaje, Juan ?ngel Vela del Campo, que explic¨® que 'se trataba de reunir a los amigos, dado que los poderes oficiales siempre son olvidadizos con estas cosas'. Adem¨¢s, Vela logr¨® implicar a esos amigos para que 'hicieran una pirueta que quedara'. Y esa pirueta fue el gran regalo de cumplea?os: el libro de semblanzas y art¨ªculos Con Carlos Castilla del Pino, que ha editado la fundaci¨®n del psiquiatra sin que ¨¦l lo supiera.

Participan 41 autores, entre ellos actores como Jos¨¦ Luis Pellicena; artistas pl¨¢sticos como Carmen Laff¨®n, Agust¨ªn Ibarrola o Juan Duarte; diversos colegas de la profesi¨®n psiqui¨¢trica; escritores como Jos¨¦ Luis Sampedro, Antonio Mu?oz Molina, Felipe Ben¨ªtez Reyes, Luis Garc¨ªa Montero, Eduardo Haro, Justo Navarro, Pablo Garc¨ªa Baena o Jacobo Cortines; fil¨®sofos (Javier Muguerza, Victoria Camps...); el jurista Javier P¨¦rez Royo, las pol¨ªticas Carmen Alborch, Amparo Rubiales o Carmen Calvo, la directora de cine Josefina Molina...

Fue la cineasta la encargada de entregar el libro al protagonista, que apareci¨® muy emocionado y que, seg¨²n Vela, 's¨®lo hab¨ªa visto la portada y ya rabia por empezar a leerlo'.

Se han editado 2.000 ejemplares, 220 se regalaron entre la gente que abarrot¨® la sala, y Pen¨ªnsula (que acaba de reeditar varias obras de Castilla) ha mostrado ya su inter¨¦s por publicarlo.

Antes de la presentaci¨®n del volumen, que en la portada muestra un gran retrato de Carmen Laff¨®n y dentro incluye varios dibujos in¨¦ditos de Ibarrola (adem¨¢s de unas fotos del m¨¦dico tentando vaquillas), hubo una mesa redonda sobre la contribuci¨®n de Castilla del Pino a la psiquiatr¨ªa espa?ola, y Valc¨¢rcel y Jos¨¦ Mar¨ªa Pozuelo trazaron a medias un apasionado perfil del personaje.

El plato fuerte qued¨® para el final: Pellicena recit¨® poemas de Garc¨ªa Baena, Cortines y Alberti; el pianista Jos¨¦ Mar¨ªa Colom toc¨® obras de Bach y Mompou (fragmentos de La m¨²sica callada) y la soprano Mar¨ªa Bayo, a quien Castilla adopt¨® como musa tras o¨ªrla cantar Pell¨¦as y M¨¦lisande en el Teatro Real, cant¨® algunas piezas de Montsalvatge, entre ellas la Canci¨®n de cuna para dormir a un negrito.

El psiquiatra cerr¨® la fiesta con unas palabras de agradecimiento, pero todav¨ªa tuvo fuerzas para un ¨²ltimo acto, quiz¨¢ su favorito: una cena con los amigos y una lenta conversaci¨®n.