Un aut¨¦ntico C¨¦zanne
Un bisnieto del genial pintor relata en el IVAM los avatares de la vida del artista y c¨®mo se qued¨® sin un cuadro
Jean Gobert C¨¦zanne se acostumbr¨® 'a vivir rodeado de cosas bonitas desde peque?o, sin darle importancia'. Despu¨¦s, 'cuando aprende', uno se da cuenta de la importancia de las cosas, recuerda el bisnieto del famoso pintor, sentado en la terraza del IVAM. Cosas como un autorretrato -en la imagen- del artista impresionista que puso las bases de la abstracci¨®n o de un retrato de su nieta realizado por el amigo de la familia, August Renoir. Ambos cuadros fueron receptores de algunos fallidos pelotazos de Jean Gobert y sus hermanos cuando disputaban un partidete de f¨²tbol en un sal¨®n de su casa. Esbozando media sonrisa, el bisnieto de C¨¦zanne rememora sus juegos infantiles, antes de intervenir en la conferencia inaugural del ciclo Genios del arte vistos por sus descendientes, organizado por el Institut Valenci¨¤ d'Art Modern. Repas¨® la historia del bisabuelo, apoy¨¢ndose en el rico material fotogr¨¢fico de su propiedad.
Ninguna de las obras de su bisabuelo ha llegado a sus manos. 'Mi abuelo se dedic¨® a la bonita profesi¨®n de rentista, viviendo por todo lo alto. La casa siempre estaba llena de gente. Me acuerdo de un arc¨®n que siempre estaba lleno de cajas de champaigne', relata con fino humor. 'Tengo un recuerdo vago de ¨¦l, voluminoso y con capa', a?ade. Total, que el abuelo, que bien podr¨ªa haber interpretado una pel¨ªcula de Otar Ioseliani, acab¨® con la herencia de 'su padre y de su abuelo', es decir, del magn¨ªfico pintor de los nen¨²fares y los ba?istas.
Tampoco pint¨® mucho C¨¦zanne, a quien le obsesionaba su trabajo. '800 pinturas, 350 acuarelas y otros tantos dibujos; no es mucho para un hombre que dedic¨® toda su vida a pintar', explica Jean Gobert. El retrato que el artista realiz¨® de Ambroise Vollard fue fruto de 115 sesiones de tres horas y media cada una. Era muy 'testarudo y muy trabajador', concluye. Fue el 'avispado' Vollard, otro amigo de la familia, el primero en empezar a comprar obras de C¨¦zanne, de Monet..., de los impresionistas, cuando a¨²n arreciaba el rancio academicismo, apunta.
Amigo inseparable de ?mile Zola, con quien coincidi¨® como estudiante en Aix-en-Provence, C¨¦zanne (1839-1906) no vendi¨® apenas un cuadro hasta bien entrada la cincuentena. Pero pudo dedicarse a pintar gracias a la 'peque?a' pensi¨®n que le pasaba su padre, que hab¨ªa amasado una importante fortuna como prestamista y banquero. Jean Gobert abunda en la importancia de su tatarabuelo, quien a pesar de su racaner¨ªa, permiti¨® la realizaci¨®n de una obra que forma parte de cualquier manual de arte.
El bisnieto relata los hechos con gran naturalidad en un perfecto castellano. Sin ninguna afectaci¨®n, se?ala que vive la vida que le ha tocado vivir. 'El m¨¦rito no es m¨ªo', dice al respecto de su apellido que obviamente ha marcado su vida, 'pero no demasiado'. Jean Gobert es decorador y reside en Castell¨®n, en invierno, y en Benic¨¤ssim, en verano. Hace 38 a?os que aterriz¨® en la Benic¨¤ssim de entonces y se qued¨® prendado del 'paisaje, del mar y del ambiente'. As¨ª dej¨® su trabajo de anticuario en la fr¨ªa Par¨ªs.
Ahora, este aut¨¦ntico C¨¦zanne acude puntalmente a las cenas organizadas por su familia y por los Renoir, con quien finalmente emparent¨® el linaje de uno de los artistas m¨¢s copiados y reproducidos de la historia.
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