El Peque suda su recuperaci¨®n
Tras su grav¨ªsima lesi¨®n, Ben¨ªtez, ex jugador del Espanyol, sufre con los calores de Paraguay
El tel¨¦fono se entrecorta; la voz se pierde entre el murmullo, la conversaci¨®n se complica por momentos... Uno piensa que los tel¨¦fonos m¨®viles, aunque muy ¨²tiles, no siempre responden en las largas distancias, en los miles de kil¨®metros que separan Paraguay de Espa?a. 'Lo siento mucho', se oye desde el otro lado del Atl¨¢ntico, 'pero est¨¢ a punto de caer una tormenta tropical y las comunicaciones son dif¨ªciles'. Y entonces uno puede imaginarse los nubarrones que anuncian agua y, en unos segundos, el diluvio universal condensado en 10 minutos. 'Ya sabe c¨®mo son las tormentas que tenemos en mi pa¨ªs...', insiste, con cierta resignaci¨®n, Miguel ?ngel Ben¨ªtez (Sant¨ªsima Trinidad, Paraguay, 1970), el ex jugador del Atl¨¦tico y el Espanyol, el menudo y h¨¢bil delantero que fue la figura de Paraguay en Francia 98.
Lejos quedan aquellos tiempos en los que El Peque, como se le conoce, abanderaba la selecci¨®n guaran¨ª (29 convocatorias y 11 goles). Una maldita lesi¨®n, la m¨¢s grave jam¨¢s vista por el doctor Ram¨®n Cugat, el m¨¦dico que le oper¨®, le apart¨® en febrero de 2000 del Espanyol y, en consecuencia, del combinado nacional. Nunca m¨¢s ha vuelto a ser convocado por Paraguay. La imagen de Ben¨ªtez abandonando el Calder¨®n, entre alaridos, tras una entrada de su compatriota Celso Ayala, a¨²n permanece viva en el recuerdo. Ram¨®n Cugat fue claro entonces: 'La triada es una pulga y lo que ¨¦l tiene un elefante'. No err¨® el diagn¨®stico. Ben¨ªtez estuvo 447 sin tocar el bal¨®n, 15 duros meses de eternas sesiones en el gimnasio. Muchos -incluso el doctor temi¨® por su pierna en algunos momentos- cre¨ªan que su historia con el f¨²tbol hab¨ªa concluido. Pero Ben¨ªtez persisti¨® y, a finales de la pasada temporada, su nombre apareci¨® de nuevo en la lista de Paco Flores y el Peque volvi¨® a desplegar su juego en Montju?c. Apenas tuvo tiempo de disfrutarlo. La temporada tocaba a su fin y su contrato expiraba en junio.
Vio el Mundial de Corea y Jap¨®n por la tele, apur¨® las vacaciones en su casa de Valencia y, sin escuchar ofertas, Ben¨ªtez regres¨® a Paraguay. Su abuela estaba delicada de salud. Y el Olimpia, el club decano del pa¨ªs, le ofrec¨ªa la posibilidad de jugar el torneo de Clausura. No se lo pens¨® y la aventura no le ha ido mal. Con tres goles (suma tres m¨¢s en Clausura), contribuy¨® a que su equipo se proclamase campe¨®n de la Copa Libertadores y dispute en diciembre la Intercontinental frente al Real Madrid. A cuatro jornadas de la conclusi¨®n del torneo de Clausura, el Olimpia es segundo, con posibilidades de ser campe¨®n. 'Tras dos a?os de recuperaci¨®n, ahora estoy contento', asegura Ben¨ªtez, mientras de fondo se escucha juguetear a David (5 a?os) y Omar (2), sus hijos. Ellos, como su padre, est¨¢n encantados de vivir en Paraguay, aunque ninguno se ha acostumbrado a¨²n a las elevadas temperaturas y a la pegajosa humedad del pa¨ªs. 'El calor me mata', confiesa Ben¨ªtez, al tiempo que admite que echa de menos el Espanyol. 'Jugamos a las cuatro de la tarde, con temperaturas de 40 o 45 grados', se?ala. 'Resulta matador'. En esas circunstancias, las secuelas de su grave lesi¨®n se evidencian a¨²n. 'La rodilla est¨¢ perfecta, pero todav¨ªa me falta acabar de coger el ritmo; jugando con estas condiciones, me cuesta', admite.
Pese a todo, Ben¨ªtez est¨¢ convencido de que volver¨¢ a brillar. Cree que le quedan dos a?os m¨¢s de buen f¨²tbol y le gustar¨ªa poder darlos en M¨¦xico. Quiz¨¢ as¨ª, regrese a la selecci¨®n, otro de sus deseos. Luego quiere retirarse en su pa¨ªs y cambiar el oficio de futbolista por el de representante de jugadores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.