El avalista

Si la propuesta del lehendakari obtuviera el respaldo de, por ejemplo, el 54% de los electores, pero todos ellos fueran nacionalistas, ?la considerar¨ªa Ibarretxe suficientemente legitimada como para llevarla adelante? La cuesti¨®n le fue planteada por I?aki Gabilondo el 30 de septiembre. Ibarretxe se fue por los cerros de ?beda, y menos mal, porque peor habr¨ªa sido que respondiera: 'Para eso tenemos a Madrazo'.

La pregunta es oportuna porque, si se trata de alcanzar un consenso no inferior al suscitado por el Estatuto de Gernika, ser¨¢ necesario que incluya a los partidos no nacionalistas. ?Bastar¨ªa IU para cubrir ese requisito? La presencia de Madrazo en Lizarra ya permiti¨® al PNV presentar aquel pacto como 'democr¨¢tico, y no s¨®lo nacionalista'. Madrazo rentabiliz¨® esa funci¨®n de avalista exterior de un proyecto nacionalista consiguiendo plaza en el Gobierno vasco pese a que sus tres esca?os no resolv¨ªan a PNV-EA su falta de mayor¨ªa. El puesto de avalista se cotiza ahora al alza, dado el nulo entusiasmo con que la propuesta de Ibarretxe ha sido acogida fuera de la familia.

El apoyo sin quiebra de Madrazo al PNV es visto con reticencia por la direcci¨®n federal de IU, que teme efectos electorales negativos en otras comunidades. Intentando compensar ese exceso de devoci¨®n con gestos de distanciamiento, el Consejo Pol¨ªtico Federal aprob¨® el d¨ªa 6 una resoluci¨®n cr¨ªtica con el plan de Ibarretxe. Sin embargo, Madrazo consigui¨® el d¨ªa 11 la aprobaci¨®n por el Consejo de Euskadi de un Informe Pol¨ªtico favorable a ese plan. El texto contiene una referencia significativa a los socialistas vascos: les reprocha ser 'rehenes de los miedos esc¨¦nicos que les impone Ferraz'. Suena a desaf¨ªo a su propio Ferraz.

El Informe Pol¨ªtico pone mucho ¨¦nfasis en el Federalismo de Libre Adhesi¨®n (FLA) como eje de la alternativa de IU. El nombre suena bien, pero no se entiende en qu¨¦ consiste. Parece ser algo que excluye tanto la independencia como el centralismo y que ofrece a los ciudadanos 'un marco jur¨ªdico en el que cada uno pueda desenvolverse con comodidad (...) independientemente de su sentimiento identitario'. Algo as¨ª quiso ser el Estatuto, pero Madrazo ya hab¨ªa aclarado en una entrevista que lo que 'algunos llaman incorrectamente autonomismo', es decir la defensa del marco actual, sin cambios, es en realidad 'centralismo' (El Correo, 28-7-02). El papel de la autodeterminaci¨®n en el federalismo de libre adhesi¨®n es confuso, pero al parecer dispondr¨ªan de ese derecho las 17 comunidades. Para evitar discriminaciones se generaliza la posibilidad de secesi¨®n. Pero si Cantabria tiene derecho a separarse de Espa?a, ?lo tendr¨ªa tambi¨¦n ?lava respecto a Euskadi?

Las dudas de interpretaci¨®n podr¨¢n aclararse f¨¢cilmente en el futuro porque Madrazo acaba de reconocer a Carlos E. Cu¨¦ (EL PAIS, 7-10-02) que la propuesta de Ibarretxe debe ser vista 'como un triunfo de IU' y un acercamiento a sus tesis, dado que 'hemos tenido mucha influencia' en su elaboraci¨®n. Si alg¨²n afiliado andaluz, por ejemplo, no acaba de entender qu¨¦ es el FLA bastar¨¢ con indicarle: 'lo de Ibarretxe'.

Entrevistado tambi¨¦n por Gabilondo, Madrazo se quejaba el pasado 9 de julio del 'linchamiento' a que le someten el PP y el PSOE 'y sus medios de comunicaci¨®n'. D¨ªas despu¨¦s declaraba (El Correo, 28-9) que consideraba 'un caso sin precedentes que una fuerza como la nuestra haya sobrevivido a las campa?as de linchamiento que buscan borrarnos del mapa'. Es una percepci¨®n muy subjetiva, porque habr¨ªa que ver lo que Madrazo (y los medios que suelen defenderle) habr¨ªan dicho de cualquier otro pol¨ªtico que tras proclamar durante meses que no participar¨ªa en un gobierno que no fuera transversal, con el PSE dentro, y luego que en todo caso ¨¦l nunca formar¨ªa parte del mismo, acabase de consejero, como hab¨ªa pronosticado desde diciembre del a?o anterior Arzalluz, y tambi¨¦n los cr¨ªticos de IU.

Arzalluz, que lo fren¨® en seco hace a?os con un terrible '?qui¨¦n es ese Madrazo?', alaba ahora 'su valent¨ªa' frente a quienes le empujan a romper con Ibarretxe. Sin embargo, no faltan espinas: el pasado verano, el bolet¨ªn de las juventudes del otro socio de Gobierno, EA, le acusaba de derrochador, tonto ¨²til y hasta de 'racismo oportunista'; esto ¨²ltimo, sorprendentemente, por haber nombrado director general de Inmigraci¨®n a un negro tan s¨®lo por 'el color de su piel'.