Colombia, caminos recientes
DESDE FINES de la d¨¦cada de los setenta se advierte un viraje en la perspectiva y en la concepci¨®n de los narradores colombianos, quienes cada vez menos preocupados por permanecer en Macondo, inician nuevos caminos y exploran nuevas formas para generar otros imaginarios. Estos trayectos pueden sintetizarse en una preocupaci¨®n por representar lo citadino, en una insistencia de revisar la historia y en una exploraci¨®n del lenguaje y del proceso mismo de escritura como objeto de representaci¨®n literaria.
Un buen n¨²mero de narradores intenta configurar im¨¢genes de la vida urbana con la intenci¨®n de interpretar los fen¨®menos sociales y de tematizar la existencia enfrentada a todo tipo de poderes; la captaci¨®n de los complejos y desiguales procesos de urbanizaci¨®n en Colombia, pa¨ªs de ciudades, pero sin conceptos elaborados sobre las mismas, genera representaciones de aqu¨¦llas en novedosas facturas textuales. Surgen as¨ª diversas versiones de Bogot¨¢ (Plinio Apuleyo Mendoza, ?scar Collazos, R. H. Moreno Dur¨¢n, Antonio Caballero, Helena Araujo, Luis Fayad y, recientemente, Pedro Badr¨¢n, Mario Mendoza o Santiago Gamboa), complejas recreaciones de Medell¨ªn (Mej¨ªa Vallejo, Ruiz G¨®mez, Fernando Vallejo, Jorge Franco), reconstrucciones par¨®dicas de Barraquilla (Marvel Moreno, Julio Olaciregui, Ram¨®n Ill¨¢n Baca) y de Cali (Humberto Valverde, Fernando Cruz Kronfly, Rodrigo Para Sandoval). O visiones de una Cartagena situada entre sedimentos premodernos y no bien direccionados caminos de modernizaci¨®n socio-econ¨®mica (Rodrigo Burgos Cantor).
Un corpus representativo de la narrativa de Burgos Cantor constituye un universo que se dilata y contrae para reinventar, desde la contemporaneidad, una Cartagena y una realidad humana donde los seres desean existir a plenitud frente a la presi¨®n de fuerza generadas en el vertiginoso y desigual movimiento de una modernidad dispuesta a romper ¨®rdenes y crear un nuevo c¨®digo de valores. La convivencia de lo tradicional-provinciano y lo novedoso-citadino en la Cartagena de Burgos Cantor engendra crisis, tensiones, desconciertos, soledades y sobre todo un divorcio entre lo que se es y lo que se desea ser, una distancia angustiosa entre la interioridad y la exterioridad y, a veces, la imposibilidad de mantener la identidad misma. Los textos sugieren la posibilidad de un rescate imaginario de Cartagena a trav¨¦s del poder fundacional de la escritura que a veces logra recuperar memoriosamente esencias de un entorno que identifica a Cartagena y al Caribe colombiano.
La preocupaci¨®n por revisitar el pasado
y reescribir la historia se constituye en pregunta problem¨¢tica sobre lo que hemos o no hemos sido y hubi¨¦ramos podido ser, intentando revelar procesos irresueltos o evidenciar las fracturas y contradicciones de un discurso hist¨®rico oficial. Las retrospecciones van desde las culturas precolombinas hasta la independencia, o un pasado cercano, en conexi¨®n con un presente incierto y un futuro lleno de incertidumbres (v¨¦ase la narrativa de Pedro G¨®mez Valderrama, Pr¨®spero Morales Pradilla, Bernardo Valderrama Andrade, Germ¨¢n Espinosa o Andr¨¦s Hoyos).
La novel¨ªstica de Germ¨¢n Espinosa resulta paradigm¨¢tica de las relaciones historia-ficci¨®n; se sustenta en el trabajo miniaturista del lenguaje cuya forma barroca absorbe multitud de referentes culturales, ampl¨ªa las coordenadas espacio-temporales y desborda la significaci¨®n a trav¨¦s de complejos simbolismos que permiten la coincidencia de opuestos, desnudan contradicciones y traen significados reprimidos o expulsados de la conciencia colectiva. Las estructuras narrativas aprovechan el poder de la ficci¨®n para se?alar aspectos problem¨¢ticos de la historia y para lograr sorprendentes reinvenciones del pasado con el objeto de reconstruir una memoria cada vez m¨¢s desdibujada. Ejemplo de ello son La tejedora de coronas (1982), por ejemplo, reelabora la historia de Cartagena desde fines del siglo XVII hasta la plenitud del siglo XVIII; Sinfon¨ªa desde el nuevo mundo (1990) aborda la ideolog¨ªa rom¨¢ntica que anim¨® la formaci¨®n de las rep¨²blicas hispanoamericanas durante el primer tercio del siglo XIX, y La balada del pajarillo (2000), en cambio, se nutre de referentes contempor¨¢neos que abarcan los ochenta y noventa, ubicados en un espacio hispanoamericano, mixto entre Cartagena y Bogot¨¢.
Los imaginarios urba-
nos y la revisi¨®n cr¨ªtica de la historia o simult¨¢neamente con ¨¦stas, la narrativa colombiana reciente explora el lenguaje, despliega una alta conciencia de escritura y ficcionaliza el proceso creativo de la misma a trav¨¦s de distintas formas metaficcionales, con el objeto de complejizar las relaciones entre lo nombrante y lo nombrado, entre realidad y ficci¨®n. Se generan as¨ª textos de goce, como se?alara Barthes, en cuanto desestabilizan los presupuestos hist¨®ricos y culturales del lector, cuestionan la solidez de sus referentes y lo intraquilizan porque lo que sucede es problema del lenguaje. Esta l¨ªnea ya se manifestaba en El oto?o del patriarca, seguida luego por la narrativa de Rodrigo Parra Sandoval, Philip Potdev¨ªn y algunas novelas de Fernando Cruz Kronfly, Fanny Buitrago o R. H. Moreno Dur¨¢n.
El ¨¢lbum secreto del Sagrado Coraz¨®n (1978) y Tarz¨¢n y el fil¨®sofo desnudo (1996), de Rodrigo Parra, son textos emblem¨¢ticos de esta tercera tendencia. En ambos casos, el dise?o narrativo se logra a partir de parodias sobre parodias; la atenci¨®n se centra en el lenguaje y en el texto como escritura, la cual conserva a un mismo tiempo lo verdadero y lo ficticio; los referentes suelen ser los mismos que se pretenden disolver, se violentan, se ironizan o se invierten para desestabilizar la solemnidad, el academicismo y el acartonamiento de una cultura formalista y ret¨®rica. La fiesta de lenguajes permite desmitificar o exorcizar realidades personales, represiones colectivas, falsas convicciones, discursos de poder, arquetipos culposos o las diversas violencias que identifican el devenir de la cultura colombiana.
Las anteriores b¨²squedas y otras m¨¢s exploradas por la narrativa colombiana del ¨²ltimo cuarto del siglo XX demuestran que los narradores de nuestros d¨ªas intentan deconstruir discursos y construir sujetos colectivos e identidades m¨²ltiples, quiz¨¢ con el prop¨®sito de situar cr¨ªticamente las temporalidades que nos caracterizan en el mapa m¨®vil de la globalizaci¨®n.
Algunos de los autores colombianos citados que han sido editados recientemente en Espa?a son: Plinio Apuleyo Mendoza, Antonio Caballero, Mario Mendoza, Santiago Gamboa, ?scar Collazos, R. H. Moreno Dur¨¢n, Manuel Mej¨ªa Vallejo, Jorge Franco, Fernando Vallejo y Germ¨¢n Espinosa. Cristo Rafael Figueroa S. es director de la Maestr¨ªa en Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogot¨¢.
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